Título: Môj Pes Killer
Director: Mira Fornay
Año: 2013
País: Eslovaquia / República Checa
Duración: 90
Marek (Adam Mihál) tiene un perro al que entrena todos los días. También tiene problemas económicos, una madre ausente y un hermanastro pequeño por parte de esa madre y fruto de un lío con un gitano que ya no parece hacerse responsable. Todo duro pero más o menos asumible, salvo por el entorno extremadamente racista y lleno de odio hacia los gitanos en el que Marek se mueve y que él asume como normal dejándose guiar por sus amigos skins o su tío, aparentemente también de tendencias filofascistas.
El racismo es malo y provoca sufrimiento. Además, el mundo de los nazi skins está lleno de violencia. Que estas reflexiones plasmadas en una película nos sorprendan solo puede suponer que no hemos visto una película en nuestra vida. Y son, básicamente, las que nos deja esta cinta eslovacocheca. Reconozco que, habiendo vivido en Chequia, en un solo mes me di cuenta de que el tema del racismo hacia los gitanos era un asunto serio en la zona, al menos en Moravia. Y ni siquiera hacía falta pisar las zonas más hundidas socialmente. Pero vamos, que aun así tampoco me parece suficiente excusa para hacer la enésima producción al respecto, con unos protagonistas también bastante prediseñados.
Como puntos de interés, señalar que al menos a nivel narrativo se muestra bastante bien la humanidad del protagonista en los instantes finales de la película y su deambular perdido le da un aire interesante. Además, la puesta en escena, fría y extendiendo la duración de los planos, sumados a una fotografía de tonos apagados, no hace sino sumar en este aspecto borderline que tanto Marek como el mundo que le rodea comparten, añadiendo también ese aire de desolación al que ayuda la campiña fría y las localizaciones en que se rueda, a ambos lados de la frontera.
El racismo es malo y provoca sufrimiento. Además, el mundo de los nazi skins está lleno de violencia. Que estas reflexiones plasmadas en una película nos sorprendan solo puede suponer que no hemos visto una película en nuestra vida. Y son, básicamente, las que nos deja esta cinta eslovacocheca. Reconozco que, habiendo vivido en Chequia, en un solo mes me di cuenta de que el tema del racismo hacia los gitanos era un asunto serio en la zona, al menos en Moravia. Y ni siquiera hacía falta pisar las zonas más hundidas socialmente. Pero vamos, que aun así tampoco me parece suficiente excusa para hacer la enésima producción al respecto, con unos protagonistas también bastante prediseñados.
Como puntos de interés, señalar que al menos a nivel narrativo se muestra bastante bien la humanidad del protagonista en los instantes finales de la película y su deambular perdido le da un aire interesante. Además, la puesta en escena, fría y extendiendo la duración de los planos, sumados a una fotografía de tonos apagados, no hace sino sumar en este aspecto borderline que tanto Marek como el mundo que le rodea comparten, añadiendo también ese aire de desolación al que ayuda la campiña fría y las localizaciones en que se rueda, a ambos lados de la frontera.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 5.0
Técnica: 7.5
Guión: 6.5
Actuación: 7.5
TOTAL: 6.5
Originalidad/Riesgo: 5.0
Técnica: 7.5
Guión: 6.5
Actuación: 7.5
TOTAL: 6.5
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