martes, julio 27, 2010

Mirageman

Título: Mirageman


Director: Ernesto Díaz Espinoza


Año: 2007


País: Chile / USA


Duración: 90









Años atrás, Maco (Marko Zaror) y su familia fueron asaltados, acabando sus padres muertos y su hermano Tito (Ariel Mateluna) en un psiquiátrico. Ahora Maco es un luchador formidable que de pronto, al salvar a Carol Valdivieso (María Elena Swett), descubre su vocación en actuar como un superhéroe de cómic, enfundado en su propio traje que le proporcione una identidad nueva a los ojos de la opinión pública. Pero Carol es una reportera sin escrúpulos que no dudará en utilizarlo para medrar en la cadena para la que trabaja, llevando a Mirageman a ser un personaje risible para casi todo Chile.

Antes, con cabinas, aún, pero ahora cambiarse en la calle es un problema

Lo de tipos normales que se enfundan en un traje y se dedican, sin nada más que sus propias capacidades físicas, a combatir el mal, es algo que parece haber sido descubierto gracias al cine ahora, a finales de la primera década del presente milenio gracias a las adaptaciones de Kick Ass o Watchmen. Pero, dejando aparte la necesaria nota de que Watchmen ya fue publicado en 1986 y que en el 1999 ya se estrenara Mystery Men, también hay que tener en cuenta que, básicamente, toda esta parafernalia aparece en el mundo de los superhéroes desde los comienzos, donde estaban superhéroes como Batman (aún con sus batmecanismos), el Capitán América (aunque tenía el suero de Supersoldado), o Kingpin (con su imperio criminal como defensa) dentro del bando de los villanos. Y esto por citar solo unos cuantos nombres bien conocidos por el público masivo.

Escoger un nombre nunca fue fácil

Pero bueno, tampoco entrarían demasiado dentro de la categoría de “gente normal”, como ya es más el caso de los vigilantes o los freaks de Kick Ass, o incluso de toda esa gente que en la realidad coge esta idea como inspiración y ya están defendiendo el bien con nuevas identidades. Y el protagonista de la presente cinta también debería incluirse en este campo. Y destacando que es anterior a las otras dos pelis.

Solo que siendo chilena, pues con muchas menos probabilidades de triunfar, cosa que es una auténtica pena, porque calidad no le falta. Ya desde la historia, que se mueve constantemente entre un cine de acción que aprovecha los conocimientos de artes marciales de su protagonista al igual que ya habían hecho los mismos autores en Kiltro, y una comedia desfasada que se basa en la absurdez inherente a la sociedad actual y al propio hecho de que un tío se vista de superhéroe. Destacables los momentos de diseño de traje, más problemático aún que el de Spider-Man, o cosas como el presentar las misiones en un aspecto que parece entrar directamente del mundo de los videojuegos.

Es una suerte tener un hermano que te imagina los trajes y dibuja bien

Esto, con una trama que mezcla bastantes aspectos, desde los problemas y motivaciones del propio protagonista en relación a su hermano y el crimen que sufrieron de pequeños al estilo de Batman Begins, hasta los personajes que van apareciendo y los comentarios de la opinión pública y todo el sensacionalismo absurdo y enfermizo de las televisiones. Eso sí, en este aspecto no acaba de convencerme todo el ascenso a la gloria de la reportera, ni queda demasiado creíble por lo superficial del caso que se le hace. Aún así, consigue ser entretenida y sin apenas ningún bajón a lo largo de todo el film, ni siquiera en rellenos como lo es el del trabajo de portero que consigue el protagonista.

Superhéroe de día y portero de noche, así es la vida de Mirageman

Aparte, también desde el punto de vista técnico es notable el buen trabajo narrativo que Ernesto Díaz Espinoza hace con la cámara y la ambientación, consiguiendo mantener bien la atención del espectador todo el tiempo, jugando con efectos clásicos de movimiento de lentes y cámara constantes, pero dejando ver y entender lo que está ocurriendo. Lo que no me acaba de convencer es, hacia la parte final, el juego de color extraño que se lleva a cabo, no se si culpa de la dirección de foto de Nicolás Ibieta, por otra parte sin demasiados errores pero tampoco grandes momentos, o por efectos de eliminación de colores y saturación de los azules que haya usado el propio Díaz Espinoza en el montaje.

Un montaje bien empleado, aunque excesivo en algunas de las peleas, donde, aunque se evidencia que las coreografías hechas por Marko Zaror son perfectas y los que las interpretan saben lo que hacen, en pos de la espectacularidad se opta por acercamientos para aumentar la potencia de los golpes. Conste que funciona bastante bien. En cuanto al resto, un comienzo algo más zafio y cortado, pero que consigue mejorar con el tiempo, apoyando a la perfección el ritmo del guión y el trabajo de cámara.

Mirageman contra los adolescentes pandilleros. Misiones de alto riesgo

Y el sonido, aunque marcado en más de una ocasión por el trabajo de postproducción, perfectamente integrado dentro de la imagen, utilizándose para aumentar toda la fuerza, exagerando sólo lo necesario los golpes, y funcionando bastante bien, a excepción de algunos momentos donde el ruido de fondo tapa demasiado las voces, sacando al espectador de la peli. Pero esto pasa sobre todo al principio, y en momentos puntuales. La música, desapercibida y acompañando correctamente a la historia, pero sin destacar en absoluto.

Y en cuanto a las actuaciones, destacable Marko Zaror consiguiendo un papel interesante, que aparte de dar hostias como panes perfectamente coreografiadas (a excepción de algunos momentillos que canta demasiado la distancia de seguridad), transmite un mínimo de profundidad dentro de su aspecto de gorila sin demasiadas luces. María Elena Swett, forzada en casi todas sus apariciones, sin llegar a hacerse creíble en ningún momento, y cargándose más de lo que consigue crear dentro del film con su personaje, ya de por sí bastante odiable.

"Si no está Mirageman, estoy yo, así que tengan cuidado" Pseudo-Robin dixit

Iván Jara, por su parte, genial en cuanto a los momentos de humor más físico, y algo menos en su personaje de bufón absoluto, aunque llegando a resultar ridículo en algún momento, y traspasando la línea hasta la cual todavía tenía gracia. Ariel Mateluna, un buen papel, para el poco tiempo que tenía, especialmente cuando empieza a abrirse, porque en los momentos más introvertidos fuerza los problemas mentales de su personaje. Y entre los restantes, destacar a Mauricio Pesutic, forzado pero bien en la dureza y autoconfianza de su personaje.

Batman porque era millonario, que si no, hostias del Batmóvil

Resumen:

Una película divertida y entretenida, muy bien planteada desde el plano técnico, y basándose en un guión que mezcla artes marciales, un héroe sin superpoderes y algo de crítica a la sociedad actual, pero sin renunciar a su condición de comedia de acción.




PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 8.0
Guión: 8.0
Actuación: 7.5

TOTAL: 8.0

VER ENTRADA COMPLETA

martes, julio 20, 2010

Kiltro

Título: Kiltro


Director: Ernesto Díaz Espinoza


Año: 2006


País: Chile


Duración: 93









Zami (Marko Zaror) salva a Kim (Caterina Jadresic) de un par de violadores. Ella le da un beso para agradecérselo, dejando al pobre chaval prendado durante 2 años, en los que apaliza a todo el mundo que se le acerca para impresionarla. Pero no lo consigue, y de pronto, aparece Kalba (Miguel Angel De Luca) atacando la escuela de artes marciales de Terán (Man Soo Yoon), el padre de Kim. Kalba es un hombre que juró venganza contra él, al igual que contra el padre de Zami y el resto de la secta de la que ambos formaban parte. Y un hombre al cual Kim no será capaz de vencer si no estudia las mismas artes marciales que estudiaron su padre y Terán.

Como ya tenemos explicado en multitud de ocasiones, el cine es un vehículo que, desde su invención, ha transportado las culturas y sus idiosincrasias a lo largo del mundo de un modo brutal, sirviendo como base ideal para el proceso de globalización en que vivimos hoy en día. Y por ello, si en los años 70 ya no era de extrañar que un hombre nacido en Hong Kong como Bruce Lee protagonizara películas de artes marciales con producción americana como es el caso de Operación Dragón, o que Chuck Norris, un tipo nacido en Oklahoma, fuese el campeón mundial de Karate, tampoco es de extrañar que en pleno 2006 en Chile también aparezca un film de artes marciales, protagonizado por un propio artista local.

<>
Patada doble con tirabuzón y giro, te cagas

Y precisamente como en esas producciones de los 70 se sentaron las bases sobre el cine de artes marciales, con esa obsesión por la venganza como leitmotiv (véase Las 36 Cámaras De Shaolin, Five Fingers Of Death o Lady Snowblood como ejemplos), pues aquí no iba a ser menos. Porque joder, si vamos a repartir hostias y cargarnos a los malos, que sea por algún motivo, y cuál mejor que la venganza?. Pues eso, que aquí tenemos ese guión estilo Shaw Bros. de presentación-llegada del malo montándola-entrenamiento-venganza. Pero con chica que conseguir por el medio, por aquello de darle un sentido a la filosofía que desarrolla desde un comienzo acerca del amor como fuerza que guía toda nuestra vida.

Con ello, el ritmo que desarrolla es bastante discontinuo, bastante malo en la presentación, y ganando muchos enteros en la parte final, donde se reparte todo lo que el espectador quiere ver al sentarse frente a una peli de estas características. Esto se debe a lo tremendamente tópico del planteamiento, con un protagonista loser que es rechazado por la tía que le gusta, siendo un poco interesante por lo de que es grande y pelea con los ligues de la muchacha. Y no ayuda la llegada del antagonista, que aunque ya sienta las bases de lo que vamos a ver, arranca la parte más absurda de la historia con el padre de Zami en una secta de luchadores, amenazada por culpa del mal de amores que sufre Kalba (otra vez reiterando lo del amor como fuerza).

Yo esto lo he visto en algún lado...

Aún por encima, se plantea con un exceso de partes dialogadas, además de aprovechar toda la filosofía manida de las artes marciales al estilo de Karate Kid. Con todo, la trama acaba teniendo un mínimo gancho, ya que, como decía, en la parte final se compensan bastante todos los errores del resto, aunque sea una pena no tener más acción y peleas. Además, destacan varios homenajes/plagios de cintas como Ichi The Killer, de donde aparecen las cuchillas en los talones del traje del protagonista o el padre de Kim colgando de la espalda, y aparte algunos momentos más simpaticotes tipo rematar con una chilena a un tipo mandándolo a la escuadra de una portería callejera, que aunque no alivian mucha carga dramática de la historia, al menos sí que le dan un toque divertdo.

Y este plano también...

Todo esto contado de un modo bastante adecuado, con un buen trabajo de Ernesto Díaz Espinoza, dejando que los artistas se luzcan en gran medida, y utilizando la cámara y el montaje para apoyar el espectáculo. Con un trabajo relativamente bueno como director de foto de Victor J. Atkin, aunque hay varias tomas que dejan demasiado una apariencia de estudio, especialmente en la parte del entrenamiento y retiro al desierto, además de marcarse demasiado la iluminación artificial, sacando al espectador.

Y desde el montaje, del propio Espinoza, lo que comentaba, apoyando totalmente la espectacularidad de los combates, sin miedo a hacerse excesivo, y de hecho, siéndolo en muy poquitas ocasiones. Donde se le podría echar en cara más fallos es a la hora de imprimir un ritmo correcto al desarrollo de la historia, con problemas tanto en cuanto a lo excesivo de los tiempos de flashback como en la parte del entrenamiento, que me recordó enormemente a esas transiciones musicales que usaban en Dos Hombres Y Un Destino. Además, los efectos digitales, de Ismael Cabrera, demasiado evidentes para la calidad aparente del resto de aspectos de la cinta, bajando un poco la credibilidad al destacar excesivamente. Al igual que algunos saltos y golpes con cables, pero que son minoría.

El bastón con garra, quizás el arma más mortífera desde La Guillotina Voladora

Lo que sí pega un bajón, es la música, de Rocco, que se hace excesivamente presente a lo largo de toda la cinta. Y si bien en algunas partes es bastante correcta y transmite la tensión que exige la historia, en muchas está bastante por debajo, quedando más ridícula que otra cosa. En cuanto al resto del sonido, correcto y sin errores, tanto en las peleas como en las partes dialogadas, pudiéndose echarle en cara solamente algunos momentos en los que los personajes no se escuchan del todo bien.

Para algo la peli es chilena

Entre los actores, por supuesto destacar a Marko Zaror, un tipo que parece diseñado para este tipo de papeles, con su físico de brutote grande y medio tonto que recuerda al Gran Khali, pero con una agilidad asombrosa, fruto de su entrenamiento desde crío. Pero ahí se queda, puesto que en las partes de diálogo se le ve forzado y vacío, sin transmitir demasiado, y apoyando por eso poquito a la hora de guiar la historia.

Por parte de Miguel Angel De Luca, mucho mejor trabajo de cara a lo dramático, aunque excediéndose y pareciendo un malo de opereta puro y duro. Además, luciéndose en las escenas de acción, siendo chocante además por su edad, aunque no cuando descubrimos que en realidad es maestro de Kung Fu. Caterina Jadresic, pues haciendo un papel bastante vacío y con poco interés, pero al menos interpretando mínimamente. Y entre el resto, destacar a Man Soo Yoon, que con poco tiempo consigue hacer un buen papel, creíble e interesante en comparación al resto.

"Estoy viejo y soy enano, me crees capaz de vencer a Max Kalba?: Frasaza"


Resumen:

Una película plagada de tópicos dentro del cine de artes marciales, aunque dependiendo demasiado del diálogo para evolucionar la trama, y con un desarrollo un tanto problemático. Aún así, se hace entretenida gracias a la buena acción que presenta.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.0
Técnica: 6.5
Guión: 6.0
Actuación: 6.5

TOTAL: 6.5

VER ENTRADA COMPLETA

martes, julio 13, 2010

La Campana Del Infierno

Título: La Campana Del Infierno


Director: Claudio Guerín


Año: 1973


País: España / Francia


Duración: 93









Juan (Renaud Verley) acaba de salir de una clínica mental. Su tía Marta (Viveca Lindfors) no está muy de acuerdo con ello, ya que sabe que él le va a disputar la herencia dejada por la madre de Juan (Susana Latour). Además, Juan es un hombre que disfruta riéndose de la gente de un modo cruel, y esto le lleva a tener conflictos con Don Pedro (Alfredo Mayo), un aparejador que un día tiene la mano demasiado larga con una niña que salva Juan. Pero Juan tiene planes para reírse el último con todo el mundo.

Algunas películas consiguen más fama por factores externos. Tal es el caso de la leyenda de los fenómenos acaecidos al equipo de La Profecía, las locuras del sr. Kinski y el sr. Herzog en el rodaje de Fitzcarraldo, la muerte de Brandon Lee en El Cuervo, el fantasma de 3 Hombres Y Un Bebé, o la supuesta condición de snuff de Flowers Of Flesh And Blood. Y sin embargo existen casos en los que ni palmando el director logran fama, como en la presente. Aún así, es el reclamo con el cual muchos llegamos a verla, tras descubrir la cruz que marca el lugar de su muerte en la plaza de la iglesia de Noia y que nos contaran la historia.

Esta es la iglesia en cuestión


Pero bueno, esto del aprovechamiento publicitario es algo de lo que sabemos más bien poco en este país, así que es normal, e incluso bonito que se respetara al muerto en vez de hacerlo funcionar como reclamo. Que eso de usar muertos ya lo hicimos con el Cid. De todos modos, no deja de ser curiosa la relación entre la realidad y la ficción, con la campana como elemento repetitivo y que marca el final, lleno de influencia/homenaje al sr. Poe, además de lo curioso del punto final que se da con todo el tema de película póstuma.

Pero centrándonos en la película propiamente dicha, destacar lo extraño de todo el guión, donde no llegamos a saber a ciencia cierta hasta donde llega la locura del protagonista o hasta donde es malvado, teniendo incluso cierta razón otorgada por la venganza, gracias a la cual, como espectadores, estamos en todo momento de su lado. Y esto se consigue mediante el hecho de dar muy poca información sobre el pasado de los personajes, al hablarlo ellos como algo sabido y no dar mayores explicaciones, centrándose solo en el presente en que se desarrolla la historia.

Comiendo bajo un árbol

Además, plantea dos tramas sin una distinción clara por cuál es la fundamental, ayudando en aportar variedad y ritmo, sumándose esto al hecho de definir más la personalidad del protagonista. Por otro lado, incluso sirve de refuerzo a los giros del final, donde se encuentran las dos tramas. El problema es que provoca un poco de fragmentación, especialmente en la parte de la presentación, donde no acabamos de encontrar mucha lógica a que el protagonista salve a la niña ni a la relación con Don Pedro.

Pero bueno, a todo este guión se suma una ambientación oscura, descendiente y prueba clara de lo que era el estilo del fantaterror español de los 70, sumado a todo ese encanto de las casas antiguas, y todo el juego que Claudio Guerín le sabe sacar a las localizaciones en bosques y en las calles empedradas. Así consigue involucrar al espectador en la historia y en el personaje, todo con ayuda de la dirección de foto de Manuel Rojas, efectiva en su simplicidad a la hora de iluminar, y una composición de planos concienzuda, interesante y original en muchos momentos pero sin entorpecer a la historia, sino apoyándola saltándose el clasicismo y tirando de angulaciones y posiciones extrañas a lo largo de casi todo el metraje. Destacar a este respecto momentos como el plano desde debajo del somier o la visión de Teresa mirando el vídeo proyectado.


Aquí está el plano del vídeo proyectado, en todo su esplendor


Y aquí, el del somier


Aparte, el montaje de Magdalena Pulido juega un buen papel, destacando en el buen criterio a la hora de las transiciones entre escenas, y siendo totalmente destacables los planos que se mezclan con las imágenes del vídeo de cuando eran críos, apoyando el terror de los ataques de Juan. Al igual que los flashbacks para provocar un mayor impacto al mostrar el matadero en funcionamiento. Sobre todo, destacable teniendo en cuenta el desconocimiento de las intenciones del director original, labor de la que se tuvo que hacer cargo Juan Antonio Bardem, consiguiendo un resultado que, aunque extraño, funciona bien.

En cuanto al sonido, es difícil de decir teniendo en cuenta que la versión que conseguí ver, al ser sin cortes para la versión extranjera, está con partes incluso en inglés, es decir, la banda de sonido grabada que se mezcla con la versión original estrenada en España. Y a esto se le suman partes que saltan a la banda inglesa, y no acabo de saber si son de la original o de la edición, pero que quedan fatal por la diferencia de calidad. Así, la parte doblada presenta un sonido más sucio, que le quita bastante del sabor a estudio, aunque no totalmente. Y estos cambios marcan demasiado, dando ese regustillo a cutre necesario en el fantaterror, y en esa orientación directa a mercado extranjero que tiene la cinta. Por otro lado, la música es cojonuda, especialmente la introducida por vías diegéticas, extraña y terrorífica a partes iguales.


Como NO mostrar pechamen

Por parte de los actores, y dejando ya sobre la mesa todo lo que les quita el doblaje, tenemos un nivel bastante aceptable. A Renaud Verley destacarle esa cara continua de loco controlado, con el punto de histrionismo justo, recordándome en muchos momentos al Alex DeLarge de Malcolm McDowell. Por parte de Viveca Lindfors, también un buen papel, aunque un tanto ausente en algunos momentos, sin acabar de definir al personaje. Algo similar a lo que ocurre a Alfredo Mayo, quien consigue un buen papel en cuanto a la presentación del personaje y su depravación, aunque se diluye totalmente hacia la parte final.


Las bromas de Juan a Don Pedro


Por parte de las hijas, Christina Von Blanc hace un papel demasiado apartado y pasivo, sin personalidad y plano, frente a Maribel Martín, donde destaca un desparpajo y definición bastante interesante, ganándose algunos de los mejores momentos del film, y consiguiendo un personaje que entendemos. Por parte de Nuria Gimeno, mejor en cuanto cobra un poco de protagonismo, aunque bastante forzada en la mayor parte del film. Entre el resto del reparto, poco destacable, a excepción de Tito García y Juan Cazalilla, especialmente el primero, geniales en su pequeña aparición como cazadores que casi violan a una niña.


Momento de la violación

Resumen:

Una película oscura y extraña, con un guión que podría mejorarse en lugar de presentar toda la fragmentación que tiene, pero que funciona bastante bien, sobre todo en cuanto al juego psicológico del protagonista y la circunstancia que vive.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 7.5
Guión: 6.5
Actuación: 7.0

TOTAL: 7.5

VER ENTRADA COMPLETA

martes, julio 06, 2010

Kin-Dza-Dza

Título: Кин-Дза-Дза (Kin-Dza-Dza)


Director: Georgi Daneliya


Año: 1986


País: URSS


Duración: 128









Vladimir Nikolaevich (Stanislav Lyubshin) y Gedevan Alexandrovich (Levan Gabriadze) son dos desconocidos que, intentando ayudar a un mendigo que dice venir de otro planeta, acaban teletransportados. Aparecen en Pliuk, un planeta en el que todo es un enorme desierto, y donde las cerillas son una moneda de cambio estupenda. Y como Vladimir tiene en cantidad para encenderse los cigarros, no tardan en aparecer gentes locales dispuestas a traerlos de vuelta a la Tierra para hacer negocio, o directamente dispuestas a robarles. Entre todos, se destacan Wef (Egveni Leonov) y Bee (Yuriy Yakovlev), con quienes se cruzarán en repetidas ocasiones mientras aprenden el funcionamiento de Pliuk y las posibilidades de viajar de vuelta.

Cuando pensamos en una distopía, con ambientación en un desierto, ciertas dosis de cyberpunk postapocalíptico y viajes espaciales, lo lógico es pensar en exploitation, y al pensar en exploitation, en ficción americana. Pero coño, el cine es una cosa lo suficientemente global, y desde el bloque soviético también intentaron hacer sus pinitos en el estilo, que para algo tenían a mano los desiertos de la zona de Uzbekistán y Turkmenistán, igualicos en apariencia a los americanos de tantas pelis, como A Boy And His Dog, y a los australianos que salían en Mad Max.


Eso es una fuente de agua

Y no cito estas dos pelis de casualidad, puesto que la influencia de ambas es más que notable, sobre todo en el hecho de la no existencia de agua, la vida subterránea de algunas zonas, y la extremada dictatorialidad de la sociedad así enfangada. También sería de destacar en la franja final unos ciertos toques que me recordaron a Matadero Cinco, sobre todo si tenemos en cuenta la relación entre los viajes en el espacio-tiempo, la forma de afectar a los viajantes y el hecho de que quien lo domina son unos extraterrestres todopoderosos, que en este caso viven en un Edén similiar al de los inmortales de Zardoz, pero aún sin degenerar.


Cómo vestirte para ir al Edén llamado Alpha

El problema que plantea la película, de todos modos, es que la dirección de Georgi Daneliya y el uso de cámara que hace con ayuda de Pavel Lebeshev, se basa en planos demasiado largos y vacíos por norma general, y aunque consigue transmitir de un modo correcto el coñazo que es la vida de los dos protagonistas en el planeta Pliuk y aprovechar correctamente los recursos para movernos por los distintos sets que ambientan a la perfección el planeta desierto, afectan demasiado a una ralentización de la narración respecto al ritmo que parece exigir el guión.

El montaje de Natalya Dobrunova, por su parte, está bastante bien teniendo en cuenta la forma de los brutos que debía haber y esa pretensión del conjunto en transmitir una cierta lentitud. Y además, no plantea errores demasiado evidentes e incluso presenta algunos momentos de trucajes básicos bastante acertados, así como unas transiciones en forma de planos muertos que consiguen apoyar todo el sentimiento vacío que se intentaba dar.


Es el problema de las naves modernas, que hay que empujar cuando no queda combustible

Estos planos se ven acompañados en más de una ocasión con el buen criterio del uso del sonido, trabajado por Yekaterina Popova, y que no duda en dejar voces en off o en acercarnos la conversación de los personajes a pesar de estar caminando a muchos metros de nosotros. Y con una música no especialmente destacable, pero que sí apoya la narración sin demasiado problema.

Todo ello, como digo, con una forma narrativa pausada aunque tenga sus dosis de comedia y absurdo, partiendo ya de de las relaciones entre los personajes, los diálogos usando solo la palabra ku (si, como los caballeros que dicen ni), o el mandato basado en una división social en clases que deben vestir pantalones de diferentes colores ejercido por un líder con una especie de amante con algunas deficiencias mentales.


El vestuario de la policía, mucho más molón que la guardia civil

Pero bueno, también desde el guión se afecta en partes al ritmo, planteando en algunos momentos situaciones que no llevan una solución de continuidad lógica, y destacando la rotura rítmica y decisiva que es esa parte final en la cual los personajes desembarcan sin venir casi a cuento. Pero bueno, que es una rotura hacia la mejor parte de la historia, donde solo se echa de menos algo de explicación. Explicación que también se echa de menos en lo que sería el final de la primera parte, con una secuencia que no viene a cuento de nada ni por tiempo, ni por espacio, ni por narración. Solo sirve para terminar esa primera parte.

Los personajes, por su parte, quedan bastante bien caracterizados, sobre todo a medida que avanza la película y descubrimos cosas al principio ocultas de cada uno de ellos. Destacable en este sentido es la interpretación de Levan Gabriadze, quien muestra un carácter a priori noblote y tranquilo que se mantiene exteriormente toda la peli, pero al que vemos, a medida que avanza, cómo solo busca fama y roba todo lo que puede para ello. Por parte del protagonista, el carácter arisco queda presente desde el principio, aunque Stanislav Lyubshin no consiga lucirse y quede algo forzado en casi todo el metraje.

Por parte de Egveni Leonov y Yuriy Yakovlev, unos personajes ya de por sí lo suficientemente extraños como para permitirles una actuación bastante libre. Ellos la aprovechan para engañar al espectador al igual que a los otros personajes, no dejando nunca ver por donde van los tiros de sus pensamientos, y resultando naturales y creíbles dentro de su absurda vida. Entre el resto, no tienen demasiado tiempo para hacer mucho, salvo en cierto modo Irina Shmeleva, destacable por su belleza que le permite interpretar el papel, pero aparentando ser demasiado mundana para lo que debería. Aún así, bien.


"Una sociedad sin distinción cromática de
pantalones es una sociedad sin objetivos.
"


Resumen:

Una película que se sitúa en un cruce de caminos entre ritmo pausado, postapocalipsis, y comedia, consiguiendo dejar un buen sabor de boca aunque con la impresión de haber podido llegar a más con un poco más de esfuerzo y decisión hacia alguna de las opciones.






PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 7.0
Guión: 7.5
Actuación: 7.0

TOTAL: 7.5

VER ENTRADA COMPLETA
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...