miércoles, marzo 31, 2010

Genghis Blues

Título:Genghis Blues


Director: Roko Belic


Año: 1999


País: USA


Duración: 88












Cuando Paul Pena capta como radioaficionado una emisora de Moscú donde suena un extraño sonido musical, se obsesiona con descubrir de qué se trataba. Llega así al canto difónico de la región te Tuvá, consiguiendo entrevistarse con el cantante más famoso de este peculiar estilo, Kongar-ol Ondar, quien lo llevará a un concurso de canto en la propia Tuvá al escuchar cómo consigue hacerlo Pena.

Les aseguro, aunque les parezca increíble, que más de dos de sus conocidos no sabrían ni situar en un mapa la República de Tuvá, y probablemente desconozcan su existencia como país independiente. De hecho, habitualmente cuando se habla del canto difónico solo se tiende a pensar en Mongolia, obviando otros países asiáticos donde también está presente, como Uzbekistán o Kazajistán o la propia Tuvá (aunque sea casi una parte de Mongolia), donde es parte fundamental de la cultura base, al igual que se obvian regiones como la de Cerdeña, donde también está presente en el folklore.

Y eso, ahora que empieza a tener una cierta repercusión en occidente, en gran medida apoyado por este documental y por la globalización, que nos permite beber más que nunca de lo que se experimentó en otros lugares del mundo a lo largo de la historia para aprender mutuamente, y así poder llegar a mezclar el canto difónico con blues, como es el caso de Paul Pena en la presente cinta o lo que harían Quest For Blood en su cd con Yukihiro Isso, o esas extrañas mezclas de todo tipo de cosas que hacen Estradasphere, o la música de Gogol Bordello

Pues eso, que esto es un documental nacido justo en el previo a esa gran fase de globalización que fue la expansión de Internet, con un protagonista que descubre por casualidad la música tuvana jugando con su equipo de radioaficionado y quedándose enamorado de ella. Y a partir de ahí, su odisea particular, acompañado de un puñado de locos que ven interesante la experiencia, consiguiendo transmitir esa diversión y emoción que sienten en gran parte del metraje.

Uno de los problemas que encuentro, de todos modos, es el hecho de que se nota que está planteado con muy poca previsión, largándose demasiado a la aventura, y trabajando posteriormente para buscar un sentido lógico y dramático, empleando para ello mucha narración en off de entrevistas hechas a los protagonistas, y aún así consiguiendo frescura en ciertos momentos, además de una buena orientación hacia el espectador respecto a lo que está ocurriendo, pero cayendo en faltas de continuidad en algunos momentos y, en cierto modo, de lógica narrativa en otros. Especialmente notable es ese momento ya hacia el final donde se busca un giro mucho más trágico del viaje, forzando un intento de clímax de un modo bastante cutre, o el hecho de dejar cosas en el tintero, como serían las normas del concurso, momento más importante de toda la visita a Tuvá.

Un problema bastante grande, por tanto, también de la dirección de Roko Belic, que no consigue establecer una lógica narrativa, orientándose en varias partes a momentos sin demasiado interés para el espectador, y aparentando ser más un vídeo familiar, como sería cuando en la ciudad ven la graduación de las muchachas. No obstante, con esto también se logra una cercanía que ayuda en el entrar en el mundo de Pena y que el espectador se pueda emocionar en momentos como el del concurso.

Y es que el montaje que plantea está demasiado marcado por esa necesidad de seleccionar planos para buscar el dar ritmo y sentido concreto a las escenas y a toda la narración, y precisamente por ello carece de demasiada intensidad, aunque por suerte la historia contada tiene la suficiente por sí misma, y tanto con Paul Pena como con Kongar-ol Ondar el espectador es capaz de conectar desde un principio por su sencillez. Destacable también para mal el hecho de que en un par de ocasiones nos encontramos ante canciones tuvanas sobre imágenes que aparentan estar metidas solo con la intención de rellenar y alcanzar una duración, bajando el ritmo global.

El sonido, pues relativamente bueno, ya que aunque al respecto de la música (lógicamente lo más importante aquí) esté todo bastante bien y haya que perdonar los problemas que surgen al estar grabando la realidad en un documental, sí hay partes grabadas en estudio donde todo queda bastante fuera de lugar, notándose también algunas partes de montaje variando con ello las declaraciones de los personajes (aunque no su contenido (supongo)), o de las canciones.

En resumen, un documental entretenido, más por su historia y sus protagonistas que por su calidad técnica o su planteamiento narrativo, que no obstante sirve para mostrar bastante sobre el pueblo tuvano y su folklore, aún quedándose corto si esto es lo que se busca.








PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 6.0
Guión: 6.5
Interés: 7.5

TOTAL: 7.0

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miércoles, marzo 17, 2010

Las Manos En Los Bolsillos

Título:I Pugni In Tasca


Director: Marco Bellocchio


Año: 1965


País: Italia


Duración: 105












Alessandro (Lou Castel) está cansado de su familia, y siente que no son más que estorbos, él incluido, para su hermano Augusto (Marino Masé), ya que es él quien tiene que cuidarlos teniendo en cuenta la ceguera de su madre (Liliana Gerace), los ataques que sufre él mismo y la deficiencia psíquica que sufre su otro hermano, Leone (Pier Luigi Troglio). Sólo su hermana Giulia (Paola Pitagora) es medianamente normal, y con ella conseguirá Alessandro una curiosa complicidad que le hará ver las cosas desde otro punto de vista.

Ante los problemas que presenta una familia disfuncional para sus miembros, hay muchas formas de actuar, sin necesidad de llegar a cargárselos. Qué sería de la familia de Leatherface en La Matanza de Texas (lo de que tuvieran apellidos fue cosa de la 2ª parte, así que no los denominaré por él), o de los protagonistas de A Dos Metros Bajo Tierra, si ese fuese el único modo de solucionar los problemas en familia?

Pero bueno, lo más tradicional es que la violencia, ya sea física o mental, sí haga acto de presencia, y ahí está Qué Fue De Baby Jane, Dogtooth, o incluso Jaula Sin Techo. Y que conste, que también se podría optar por los visitantes externos y demiúrgicos para solucionar los problemas, como ocurre en Teorema o en Visitor Q, pero eso ya son otras veredas más extrañas y filosóficas, como ocurriría con las hermanas de Gritos Y Susurros.

Pero aquí, la base que se toma para construir el relato es precisamente esa cuestión sobre el homicidio como forma de mejorar la estabilidad familiar, y de un modo tremendamente sobrio, aunque con una contundencia mucho menor de la que pretende tener, ya que al obviar prácticamente todo lo referente al exterior de la familia cae en un universo demasiado reducido, en el cual incluso deja demasiados tiempos elípticos. Aún así, logra no perder continuidad en el relato ni coherencia en él mismo (vale, alguna si, como la falta de investigaciones, sobre todo teniendo en cuenta lo extraño de la familia).

Además, el ritmo se hace bastante llevadero, teniendo en cuenta la enorme sobriedad con que está presentado, y se consiguen unos buenos niveles de tensión y suspense a medida que avanza la peli y va aumentando la demencia del protagonista, al mismo tiempo que, por encima, aparenta ser cada vez más maduro y coherente en sus pensamientos, jugando de este modo también con la percepción del espectador, y situándola muy cercana al propio protagonista.

Técnicamente, sigue también con esta tremenda sobriedad, con una ambientación muy cuidada, y una dirección de fotografía que logra, a través de una iluminación y una situación de la cámara muy bien planteadas, introducirnos en el ambiente de la familia y en la óptica del personaje principal, aunque con una apariencia de frialdad y objetividad que en cierto modo nos engaña como espectadores. Resaltable, al respecto del buen uso de la cámara, son los travellings que rodean a Alessandro, en momentos como ese en el que está al lado de la curva, él solo.

También desde el montaje se busca esta línea sencilla, sobria, y con una buena ejecución. Destacar al respecto el momento final, consiguiendo un clímax con muchísima fuerza, y residiendo el secreto de la misma en el buen montaje paralelo, y su enganche con la música que suena (en concreto, Sempre Libera de La Traviata de Verdi). Por cierto, destacable la banda sonora compuesta por el sr. Morricone, y la buena calidad del sonido que consigue Vittorio de Sisti, sobre todo teniendo en cuenta que son doblajes y por tanto eso implica sonido en postproducción, pero se integra a la perfección con la imagen. También destacable en cuanto al montaje el cómo evitar a producción gastarse nada en efectos, jugando solo con la mente del espectador y la lógica narrativa.

A nivel actoral, destacar a Lou Castel, por supuesto, como protagonista, y que consigue guiar al espectador por su forma de pensar durante todo el film, interpretando a Alessandro como un personaje profundo y complejo, ayudado por Paola Pitagora, quien crea también a un personaje al cual no acabamos de entender en su totalidad, pero se mueve y actúa de un modo bastante coherente, mostrando que tiene más en el interior, especialmente en la última secuencia.

Por su parte, Marino Masé bastante más flojo que los anteriores, aunque también a un buen nivel, y destacaría negativamente a Pier Luigi Troglio debido a su variación al respecto del personaje más difícil de interpretar, por sus problemas. Liliana Gerace solvente y poco más, y Jeannie McNeil un poco insoportable en el poco tiempo que está en pantalla, aunque más por guión que por actuación, donde no le podemos echar mucho en cara.

Para terminar resumiendo, una película sobria y bien hecha en sus formas, pero bizarra en contenido, con unos personajes muy bien desarrollados que sirven, con sentido, como hilo conductor para la historia y el desarrollo del protagonista.








PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 8.5
Guión: 7.5
Actuación: 8.0

TOTAL: 8.0

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miércoles, marzo 10, 2010

Peur(s) Du Noir

Título:Peur(s) Du Noir


Director: Blutch / Charles Burns / Marie Caillou / Pierre Di Sciullo / Lorenzo Mattotti / Richard McGuire


Año: 2007


País: Francia


Duración: 85












6 historias que representan distintos miedos e historias de terror orientadas hacia el terror psicológico: Un hombre solitario cuya novia acaba afectada por su afición infantil por los insectos, una niña que es atacada por los fantasmas de un pueblo al que llega, un hombre que recuerda un suceso extraño en donde veraneaba de niño, un hombre solo en una casa que se encuentra con lo extraño de la imaginación, un hombre con perros excesivamente agresivos, y una mujer que se enfrenta a su miedo e inseguridad social.

Las recopilaciones de cortos dando forma a un largometraje son bastante comunes. Ya sea para sacar tajada de las primeras obras de directores consagrados, como serían el caso de The Short Films Of David Lynch, The Collected Shorts Of Jan Svankmajer, o Santiago Segura Jistory o casos que, ya de entrada, se diseñan como una serie de cortos dirigidos por varios directores y unidos, o no, por un hilo común. Este sería ya el caso de cosas como Four Rooms, Ro.Go.Pa.G. o Lumière Et Compagnie.

Este tipo de recopilaciones, serían más o menos el equivalente a las recopilaciones de relatos, al estilo de los de H.P. Lovecraft o Edgar Allan Poe, o lo que serían las recopilaciones en el mundo del cómic, como se han hecho de Mafalda, Iznogud, o de Silvio José. Creo que está claro a donde quiero ir a parar, que las recopilaciones están ahí desde hace tiempo en diversas artes narrativas, y pueden funcionar.

Eso sí, el problema al que se suelen enfrentar este tipo de recopilaciones es a la diferente calidad de cada una de sus secciones, ya que si alguna de ellas es especialmente floja, tiende a arrastrar al resto, bajando la calidad del conjunto al aburrir al espectador. Y francamente, es lo que ocurre en esta cinta.

Y es que comienza bastante bien con un corto de Charles Burns que supone una especie de visión desde el exterior de La Metamorfosis, mezclándose con las ideas de robo de cuerpos de La Invasión De Los Ladrones De Cuerpos, interesante y entretenido a pesar de jugar con un punto demasiado evidente. Esto está mezclado ya desde el principio con un corto mudo de Blutch que si no fuese por estar partido a lo largo de la cinta se haría tremendamente repetitivo y vacío, así como con una voz en off sobre imágenes casi aleatorias de Pierre Disciullo, la verdad es que con una crítica muy superflua y con apariencia gafapastoide al temor a las apariencias externas y al pensamiento dubitativo del ser humano.

Los otros tres trabajos que componen la cinta y se muestran con continuidad ya van bajando el listón, siguiendo un corto de Marie Caillou ambientado en Japón, y jugando con toda la mitología fantasmal del país nipón en un juego mezclado con ideas oníricas que, aunque flojea un poco en el ritmo, consigue un conjunto interesante, mal cortado por cierto por el propio corto de Blutch, rompiéndole el ritmo a la mitad. Donde ya empieza a bajar la calidad es en la parte hecha por Lorenzo Mattotti, con un trabajo en voz en off que aparenta más ser un relato sobre un ataque de un monstruo a un pueblo para el medio escrito, haciéndose tremendamente aburrido para un formato audiovisual como es el que tenemos entre manos. Y se termina con una obra muda de Richard McGuire que funciona relativamente bien, pero a la cual le pesa mucho el aspecto excesivamente experimental de la búsqueda de lo mudo.

En cuanto a la técnica utilizada, hay que resaltar los buenos dibujos de la parte hecha por Blutch, tremendamente oscuros y sucios, con un trabajo que crea bastante bien una sensación incómoda necesaria para lo que pretende, aunque en algún momento los gestos de los personajes sean excesivamente forzados. Destacar aquí, también, la canción que suena cuando los perros atacan a la bailarina (Polo, de Manuel de Falla, cantado por Conchita Supervia), que apoya todavía más esta oscuridad de la historia.

Por su parte, el fragmento de Charles Burns, buscando más la funcionalidad narrativa que la ambientación por medio del dibujo, y así, consigue resaltar la oscuridad de lo contado solo mediante un alto contraste de luces y sombras dentro del aspecto de imagen hecha en 3D y pasada a 2D que tiene. Un estilo similar lo sigue Richard McGuire en su corto, aunque haciendo un mayor hincapié en las zonas oscuras, y dando una mayor apariencia de animación en 2D, además de escapar del aspecto realista en los humanos, especialmente en el protagonista, dejando el escenario mucho más orientado a la creación de sombras y efectos que apoyen la narración.

En el de Marie Caillou, destacar el aspecto cercano al manga europeo que se consigue, contando de un modo sencillo pero efectivo toda la historia, aunque fallando un poco en la intención excesivamente onírica, que saca al espectador de la narración con tanta pretensión. Lorenzo Mattotti, por su parte, con un dibujo que pretende lograr una complejidad y profundidad mucho mayor que la que realmente consigue, cayendo también en este aspecto en una pretenciosidad bastante grande, aunque con momentos bastante buenos en el juego audiovisual como es el momento del ataque a la bestia, con golpes de sonido y las imágenes solo a medias. Y dejo para el final el de Pierre Disciullo, ya que la imagen solo se trata de formas que van variando sin ninguna razón aparente, en un juego que es la quintaesencia de tantas obras gafapastas (y si, me permito criticar lo gafapasta usando la palabra quintaesencia en mi crítica), y que solo se podría hablar del sonido, bien recogido.

Y las interpretaciones de los doblajes, con un Guillaume Depardieu que hace una narración en off bastante adecuada para la historia del insecto. El corto ambientado en Japón, el más complejo al respecto, con un trabajo muy bueno por parte, sobre todo, de Louisa Pili, ayudada por Melaura Honnay y Adriana Piasek-Wanski. En cuanto al otro corto con continuidad, el del monstruo, un trabajo demasiado aburrido como narrador por parte de Arthur H, aunque el texto no apoyaba en absoluto. Y en cuanto a la mujer que habla, pues Nicole Garcia lo hace bien, y al menos sí aparenta sufrir esas dudas hasta cierto punto, con la frialdad necesaria para lo que es ese pensamiento divagante que representa el guión.

Vamos, unas cuantas historias cortas con grandes tintes gafapastas en sus formas y sus intenciones, pero con unas buenas ideas en algunas de ellas, aunque en conjunto existan demasiados altibajos para poder considerarse interesante en la totalidad.








PUNTUACION

PUNTUACION

Insecto//Japón//Monstruo//Casa//Perros//Mujer//Total


Originalidad/Riesgo: 8.5//8.0//7.5//7.5//7.5//3.0//7.0
Técnica: 7.0//7.5//6.0//7.5//8.5//3.5//6.5
Guión: 7.5//7.0//4.5//6.5//6.5//3.5//6.0
Actuación: 7.0//7.5//6.0//---//---//7.5//7.0


TOTAL: 7.5//7.5//6.0//7.0//7.5//4.5//6.5

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martes, marzo 02, 2010

Al Azar, Baltasar

Título:Au Hasard Balthazar


Director: Robert Bresson


Año: 1966


País: Francia / Suecia


Duración: 95












Baltasar es un burro bautizado por unos niños cuando todavía es una cría, que se verá obligado a vivir una vida errante trabajando y sufriendo con distintos dueños, entre los que verá la decadencia y la perversidad de los humanos, siendo solamente amado, durante algún período de tiempo, por Marie (Anne Wiazemsky), una de las niñas que estaban en su bautizo y que ha crecido en la misma región, alejada del niño que le declarara su amor, Jaques (Walter Green), quien no se ha olvidado todavía de las promesas que se hicieron.

Los equinos nunca han sido un animal con demasiado protagonismo dentro del mundo del cine, y mucho menos si nos centramos ya en los burros. Caballos podemos encontrar a algunos como es el caso de Mr. Ed, El Corcel Negro o Spirit si ya pasamos al mundo de la animación. Sin embargo, el papel para los pollinos, tan amables y bondadosos en el imaginario colectivo, se ha visto relegado a simples animales de carga o para hacer humor al compararlo con los caballos, como sería en las versiones de El Quijote, o incluso para ser asesinado en pantalla como es el caso de Las Hurdes, Tierra Sin Pan.

Es en la animación donde este simpático animal tiene un poco más de fortuna y logra algo de respeto, aunque funcionando siempre como bufón bobalicón, destacando de este modo Asno en la saga de Shreck, Igor en las historias de Winnie The Pooh, o el burro en las adaptaciones de Los Músicos de Bremen, como el caso Los Trotamúsicos (aquí era Tonto), siendo estas dos últimas adaptaciones infantiles de cuentos y la primera una versión perversa y humorística de los mismos. No obstante, como se ve, es difícil encontrar casos donde el burro sea tratado con dignidad y respeto (más allá del respeto que se enseña con la corrección política en estos casos, donde se le ve más con condescendencia que con respeto real).

Pero este es el caso, o al menos en gran medida, de la presente cinta. Digo esto de en gran medida porque, antes de nada, quisiera criticar los maltratos que sufrió al menos un burro en el rodaje, y que se evidencia en algún momento de la cinta, como el del fuego en la cola, cosa que detesto profundamente, como ya he mencionado en alguna ocasión.

Dejando esto aparte, y centrándonos en el análisis narrativo del guión, es importante evidenciar el tratamiento del burro como contraejemplo a la perversidad humana, observando éste silenciosamente, sin protestar, haciendo su trabajo, y asumiendo lo que le viene, presuponiendo desde la narración todo esto al alma cristiana que logra al ser bautizado cuando aún es una cría (y no me meteré todo lo que se podría hacer contra la religión cristiana aquí, que estoy en una crítica de cine, así que me callo).

El problema está en que la pura muestra de lo que ocurre alrededor de Baltasar no alcanza para crear demasiado conflicto por ningún lado, y todo se fragmenta. Si bien esta fragmentación es una intención clara del propio Bresson que guioniza, es algo que provoca que todo el conjunto se quede en una mera anécdota que se alarga para mostrar unas cuantas debilidades y vicios humanos, recogiéndose varios de los pecados capitales, como la avaricia, la soberbia o la lujuria.

Por ello, la película tiende a un ritmo casi nulo, dejando caer el interés del espectador constantemente, salvándose este aspecto únicamente por la vida errante del burro, que crea una compasión hacia él, y un interés en la duda de si podrá encontrar un lugar donde estar, al menos, tranquilo. Destacar también el uso de elipsis y huecos que permiten a los personajes variarse dentro de las situaciones que viven al margen del burro y dejar así sin explicar partes de la historia para emplearlas como trasfondo del que recoger en caso de necesidad (el caso del asesinato es un buen ejemplo)

A toda esta parsimonia se le ayuda desde el plano técnico, que si bien plantea una estética muy cuidada que busca la belleza de los planos combinándose con una gran austeridad y explica bastante bien todo lo contenido en ellos con una dirección de fotografía por parte de Ghislain Cloquet muy atenta a los detalles, olvida el plantear un mínimo de movimiento narrativo para apoyar un poco el interés del espectador y la creación de un drama que pueda permitirle ir más allá del pensamiento racional que le asaltará a la mitad de metraje al ver la crueldad humana reflejada. Destacan aún así algunos momentos entre esta muestra de lo cruel, como la secuencia donde Baltasar mira a otros animales, conmovedora y dura al mismo tiempo.

El montaje de Raymond Lamy, por su parte, se estructura de un modo simplista, procurando ayudar a este juego de la belleza visual, pero con algunos problemas de raccords de movimientos que provocan tosquedades perdonables teniendo en cuenta las posibilidades que habría de montar y encajar eso correctamente con el bruto que habría. El sonido, por su parte, esencial para este ritmo pausado y supuestamente profundo con grandes silencios que obligan a dar importancia a lo que ocurre en pantalla, y destacándose por estos momentos especialmente, además de por acompañarse excesivamente los momentos de bajón con música de Jean Wiener demasiado orientada al respecto, llegando a aburrir con toda la cantidad de la misma que hay.

Y los actores, dejando aparte al burro, que hay que reconocer que se mueve y actúa de un modo muy profesional (y no bromeo, hace las acciones donde y cuando debe a la perfección, cosa que sabe recoger la cámara y el montaje con mucho acierto), pues tremendamente frías, ausentes. Especialmente destaca Anne Wiazemsky, quien no llega a mostrarse nunca como nadie que tenga nada por dentro, pero sin embargo mostrándose forzada en esa intención de mostrarse fría. Entre el resto, podemos destacar a Nathalie Joyaut, y Walter Green los únicos que parecen tener sangre y no hacerse ridículos en ese aspecto frío que, aún así, consiguen.

Vamos, un film lento, con unas pretensiones metafóricas y estéticas altas, aunque curiosamente más bajas de lo que se pretende mostrar, por lo que realmente las logra alcanzar en gran medida con la consecuencia de hacerse repetitivo y aburrido.







PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 7.5
Guión: 5.5
Actuación: 4.5

TOTAL: 6.5

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