martes, julio 27, 2010

Mirageman

Título: Mirageman


Director: Ernesto Díaz Espinoza


Año: 2007


País: Chile / USA


Duración: 90









Años atrás, Maco (Marko Zaror) y su familia fueron asaltados, acabando sus padres muertos y su hermano Tito (Ariel Mateluna) en un psiquiátrico. Ahora Maco es un luchador formidable que de pronto, al salvar a Carol Valdivieso (María Elena Swett), descubre su vocación en actuar como un superhéroe de cómic, enfundado en su propio traje que le proporcione una identidad nueva a los ojos de la opinión pública. Pero Carol es una reportera sin escrúpulos que no dudará en utilizarlo para medrar en la cadena para la que trabaja, llevando a Mirageman a ser un personaje risible para casi todo Chile.

Antes, con cabinas, aún, pero ahora cambiarse en la calle es un problema

Lo de tipos normales que se enfundan en un traje y se dedican, sin nada más que sus propias capacidades físicas, a combatir el mal, es algo que parece haber sido descubierto gracias al cine ahora, a finales de la primera década del presente milenio gracias a las adaptaciones de Kick Ass o Watchmen. Pero, dejando aparte la necesaria nota de que Watchmen ya fue publicado en 1986 y que en el 1999 ya se estrenara Mystery Men, también hay que tener en cuenta que, básicamente, toda esta parafernalia aparece en el mundo de los superhéroes desde los comienzos, donde estaban superhéroes como Batman (aún con sus batmecanismos), el Capitán América (aunque tenía el suero de Supersoldado), o Kingpin (con su imperio criminal como defensa) dentro del bando de los villanos. Y esto por citar solo unos cuantos nombres bien conocidos por el público masivo.

Escoger un nombre nunca fue fácil

Pero bueno, tampoco entrarían demasiado dentro de la categoría de “gente normal”, como ya es más el caso de los vigilantes o los freaks de Kick Ass, o incluso de toda esa gente que en la realidad coge esta idea como inspiración y ya están defendiendo el bien con nuevas identidades. Y el protagonista de la presente cinta también debería incluirse en este campo. Y destacando que es anterior a las otras dos pelis.

Solo que siendo chilena, pues con muchas menos probabilidades de triunfar, cosa que es una auténtica pena, porque calidad no le falta. Ya desde la historia, que se mueve constantemente entre un cine de acción que aprovecha los conocimientos de artes marciales de su protagonista al igual que ya habían hecho los mismos autores en Kiltro, y una comedia desfasada que se basa en la absurdez inherente a la sociedad actual y al propio hecho de que un tío se vista de superhéroe. Destacables los momentos de diseño de traje, más problemático aún que el de Spider-Man, o cosas como el presentar las misiones en un aspecto que parece entrar directamente del mundo de los videojuegos.

Es una suerte tener un hermano que te imagina los trajes y dibuja bien

Esto, con una trama que mezcla bastantes aspectos, desde los problemas y motivaciones del propio protagonista en relación a su hermano y el crimen que sufrieron de pequeños al estilo de Batman Begins, hasta los personajes que van apareciendo y los comentarios de la opinión pública y todo el sensacionalismo absurdo y enfermizo de las televisiones. Eso sí, en este aspecto no acaba de convencerme todo el ascenso a la gloria de la reportera, ni queda demasiado creíble por lo superficial del caso que se le hace. Aún así, consigue ser entretenida y sin apenas ningún bajón a lo largo de todo el film, ni siquiera en rellenos como lo es el del trabajo de portero que consigue el protagonista.

Superhéroe de día y portero de noche, así es la vida de Mirageman

Aparte, también desde el punto de vista técnico es notable el buen trabajo narrativo que Ernesto Díaz Espinoza hace con la cámara y la ambientación, consiguiendo mantener bien la atención del espectador todo el tiempo, jugando con efectos clásicos de movimiento de lentes y cámara constantes, pero dejando ver y entender lo que está ocurriendo. Lo que no me acaba de convencer es, hacia la parte final, el juego de color extraño que se lleva a cabo, no se si culpa de la dirección de foto de Nicolás Ibieta, por otra parte sin demasiados errores pero tampoco grandes momentos, o por efectos de eliminación de colores y saturación de los azules que haya usado el propio Díaz Espinoza en el montaje.

Un montaje bien empleado, aunque excesivo en algunas de las peleas, donde, aunque se evidencia que las coreografías hechas por Marko Zaror son perfectas y los que las interpretan saben lo que hacen, en pos de la espectacularidad se opta por acercamientos para aumentar la potencia de los golpes. Conste que funciona bastante bien. En cuanto al resto, un comienzo algo más zafio y cortado, pero que consigue mejorar con el tiempo, apoyando a la perfección el ritmo del guión y el trabajo de cámara.

Mirageman contra los adolescentes pandilleros. Misiones de alto riesgo

Y el sonido, aunque marcado en más de una ocasión por el trabajo de postproducción, perfectamente integrado dentro de la imagen, utilizándose para aumentar toda la fuerza, exagerando sólo lo necesario los golpes, y funcionando bastante bien, a excepción de algunos momentos donde el ruido de fondo tapa demasiado las voces, sacando al espectador de la peli. Pero esto pasa sobre todo al principio, y en momentos puntuales. La música, desapercibida y acompañando correctamente a la historia, pero sin destacar en absoluto.

Y en cuanto a las actuaciones, destacable Marko Zaror consiguiendo un papel interesante, que aparte de dar hostias como panes perfectamente coreografiadas (a excepción de algunos momentillos que canta demasiado la distancia de seguridad), transmite un mínimo de profundidad dentro de su aspecto de gorila sin demasiadas luces. María Elena Swett, forzada en casi todas sus apariciones, sin llegar a hacerse creíble en ningún momento, y cargándose más de lo que consigue crear dentro del film con su personaje, ya de por sí bastante odiable.

"Si no está Mirageman, estoy yo, así que tengan cuidado" Pseudo-Robin dixit

Iván Jara, por su parte, genial en cuanto a los momentos de humor más físico, y algo menos en su personaje de bufón absoluto, aunque llegando a resultar ridículo en algún momento, y traspasando la línea hasta la cual todavía tenía gracia. Ariel Mateluna, un buen papel, para el poco tiempo que tenía, especialmente cuando empieza a abrirse, porque en los momentos más introvertidos fuerza los problemas mentales de su personaje. Y entre los restantes, destacar a Mauricio Pesutic, forzado pero bien en la dureza y autoconfianza de su personaje.

Batman porque era millonario, que si no, hostias del Batmóvil

Resumen:

Una película divertida y entretenida, muy bien planteada desde el plano técnico, y basándose en un guión que mezcla artes marciales, un héroe sin superpoderes y algo de crítica a la sociedad actual, pero sin renunciar a su condición de comedia de acción.




PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 8.0
Guión: 8.0
Actuación: 7.5

TOTAL: 8.0

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