Título: SF: Episode One
Director: Hiroyuki Nakano
Año: 1998
País: Japón
Duración: 111
Cuando en un clan samurai acogen como guardián de una katana de gran importancia a Kazamatsuri (Tomoyasu Hotei), un ronin al que apenas conocen, lo último que piensan es que éste la va a robar. Así sucede, y por ello Heishiro (Mitsuru Fukikoshi) se ofrece para ir a rescatarla, a pesar de no ser un samurai en absoluto al nivel de Kazamatsuri, por lo que acaba necesitando la ayuda de otro samurai pacifista, pero realmente bueno con la espada, Hanbei (Morio Kazama).
El cine de samurais es a la filmografía oriental, lo que el cine del oeste para la occidental. No es algo que esté inventándome yo, pero es importante recalcarlo de vez en cuando. Especialmente si recogemos obras readaptadas de un lado a otro, como sería Yojimbo con Por Un Puñado De Dólares o Los Siete Samurais con Los Siete Magníficos (qué sería del western sin el sr. Kurosawa), o obras que directamente combinan como es el caso de Sol Rojo, Sukiyaki Western Django o The Good, The Bad, The Weird.
En la presente, se ejerce un amago de desestructuración del género tal y como sucediera ya en occidente con el western, dando protagonismo a un samurai bastante inútil que no sirve para ser un ente individual y perfeccionado como tienden a presentársenos los samurais, sino que intenta recoger nuestro cariño precisamente en lo necesitado que está de ayuda para ejecutar su venganza. De este modo, la catarsis que consigue en el espectador es bastante nula, puesto que tampoco hablamos de una comedia pura, donde sí estaría justificado el personaje de cara a atraer al espectador, sino de una película que emplea ciertas dosis de humor para relajar la trama, ya bastante relajada de por sí, y en un aspecto de supuesta transgresión que no convence, al quedarse con demasiados elementos de los que supuestamente transgrede, que quedan, precisamente, con más calidad e interés que las transgresiones (por ejemplo, el samurai de verdad, Hanbei, tiene mucho más interés que Heishiro, el narrador y en principio protagonista de la historia).
Además, la historia se alarga excesivamente, teniendo bastante poca fuerza dramática en los giros, y dándole vueltas constantemente al argumento sin llevarlo a ningún lado, pecando de un exceso de superficialidad en la mayoría de escenas, al no profundizar en la historia, ni en la evolución de ningún personaje, dejándolo todo en una evidencia muy grande de lo que va a ocurrir, sin hacer sufrir al espectador. Todo esto acaba perjudicando al ritmo, al sobrar demasiada historia, especialmente si nos centramos en lo relativo a Kazamatsuri y qué es lo que hace por su lado. Lo más destacable respecto al guión es su inclusión de homenajes en los nombres de algunos personajes, al igual que ocurría en films como Mondo Zombie (y es que me parece mucha casualidad que aparezcan apellidos como Kurosawa, Suzuki o Mizoguchi)
En el aspecto técnico, también se procura un aspecto de transgresión mediante el uso del blanco y negro combinado con planos bastante poco clásicos e introduciendo el color en diversas ocasiones, especialmente para la violencia de las muertes. El problema es que salvo lo del color en las muertes, el resto no acaba de desarrollar en una lógica narrativa, y de hecho, en lugar de apoyar a la historia, saca al espectador de la misma al presentar planos que evidencian la presencia de la cámara al posicionarse en lugares meramente estéticos y destacar frente a la fotografía más clásica y austera que presenta el resto. De todos modos, admito que algunos de los planos logrados son realmente buenos, y cito, por ejemplo, aquellos que siguen a los personajes frontalmente por los caminos, o algún cenital de las peleas.
Desde el montaje tampoco se acaba de definir el ritmo correcto, y, dejando aparte los errores de raccord en relación a las posturas de los personajes que encontramos en más de una ocasión, tampoco llega a ayudar al desarrollo de la historia, aún sin ser excesivamente malo. Tampoco el sonido se acaba de situar correctamente, introduciendo música demasiado moderna como la electrónica o el rock para ambientar las peleas, dándole de ese modo otra vez la apariencia de transgresión y frescura, pero en realidad estropeando la sensación que podrían provocar las peleas a espada por sí mismas.
Y las actuaciones tampoco se quedan a un gran nivel, con un Mitsuru Fukikoshi que fuerza la actuación constantemente, con el tópico del personaje medio tonto e inútil de la comedia típica japonesa, pero sin llegar a hacer gracia con él, sino más bien pena. De hecho, la actuación, el personaje y el tiempo en pantalla acaban provocando mayor interés hacia Tomoyasu Hotei que por el protagonista, que aún así no acaba de presentarse como lo suficientemente frío ni acojona lo que debería. Morio Kazama sería quien mejor crea a su personaje, dándole profundidad y complejidad, al tiempo que lo hace creíble y lo suficientemente entrañable, convirtiéndose prácticamente en el protagonista de la cinta desde el momento en el que aparece. Y Tamaki Ogawa, sin grandes alardes, pero sin hacer tampoco un mal papel.
Por tanto, un film mediocre, que pretende ir mucho más allá de donde llega, y que podría resultar más entretenido en caso de haberse planteado con más corrección el estilo que se quería adoptar, porque ideas buenas, tiene unas cuantas.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 7.0
Técnica: 6.5
Guión: 6.5
Actuación: 6.0
TOTAL: 6.5
Originalidad/Riesgo: 7.0
Técnica: 6.5
Guión: 6.5
Actuación: 6.0
TOTAL: 6.5
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