jueves, julio 30, 2009

Sukiyaki Western Django

Título: Sukiyaki Western Django


Director: Takashi Miike


Año: 2007


País: Japón


Duración: 121












Un pistolero llega a un pueblo que se encuentra dividido en dos clanes que intentan controlarlo. Tras demostrar sus habilidades con el revólver, ambos clanes quieren contratarlo en sus filas, pero antes de decidirse por cuál escoger, preferirá escuchar la historia del pueblo y de esta rivalidad, que una mujer le contará en relación a leyendas que hay desde mucho tiempo atrás.

Si me obligasen a describir este film con tres palabras, tengo muy claro cuales serían: Western/Experimental/Exploitation. Si me dieran otras tres, serían spaghetti, samurais y violencia. Aunque violencia sea redundante después de todas las demás, pero es que también es una violencia redundante, que rodea toda la cinta como un aura que está presente en cada uno de los planos que la componen.

Y es que aquí lo que pueden ver es un extraño western, donde destaca de entrada la falta de ambientación, con un pueblo situado en un enclave lleno de vegetación (aunque en teoría está en Nevada), vestuarios totalmente fuera de lugar en un western histórico (incluso hay vaqueros con piercings), y demás joyas desfamiliarizadoras bebedoras del teatro de Brecht, y no cito el teatro de casualidad, ya que especialmente al comienzo, la ambientación me recordó sobremanera a una obra teatral (fondo pintado con el Monte Fuji y el sol poniéndose, todo ello sobre un escenario que representa un desierto), pero con efectos y acción al estilo del cine japonés de samurais, con elementos como la parada de katana con las manos que se empleaba en Shogun Assassin, mezclándolo con cosas del spaghetti western, homenajeando desde los clásicos de Leone recogiendo las bandas rivales de Por Un Puñado De Dólares y la búsqueda del tesoro de El Bueno, El Feo Y El Malo, hasta Django, de donde no coge solamente el nombre, sino que se le hace un homenaje textual al final.

El problema, no obstante, es que debido a todo este tratamiento desfamiliarizador, los personajes pasan demasiado tiempo sin resultar interesantes para el espectador, permitiéndole desconectar en fragmentos demasiado grandes de película, y por tanto haciéndole perder interés y caer en lo anodino. Especialmente esto pasa en el nudo de la historia, y en mi opinión surge ya desde un comienzo bastante poco centrado en presentar a los personajes, y excesivamente en la violencia y la espectacularidad pajera.

Tampoco ayuda la narrativa con un exceso de líneas temporales que establece en ese comienzo del film (y es que en 15 minutos tenemos establecidas 3 líneas definidas, aunque alguna ya no vuelva a surgir en el film prácticamente). Aún así, el final mejora todo este problema gracias a su tremenda espectacularidad y nivel de pajerismo propio de un film de grindhouse, y es que lo que parece haber intentado el señor Miike en esta ocasión sea lo mismo que hicieron los señores Tarantino (quien por cierto sale haciendo un papel) y Rodriguez en Death Proof y Planet Terror respectivamente, llenándolo de situaciones como katanas apartando balas, explosiones, disparos de revólver calculando la caída y la desviación del viento... Por otro lado, a estas líneas temporales se le suma la cantidad de situaciones y giros que acaban existiendo a lo largo de la historia, lo que hace bastante complejo el seguimiento de la misma.

De todos modos, Miike evita el caer en una evidencia del homenaje al cine explotitaion, y plantea, además de los elementos ambientales que describí más arriba, una fotografía muy especial, con una saturación muy intensa durante los flashbacks, que logra darle un aspecto muy propio y especial a la cinta, aunque a priori sea excesivamente molesto (luego uno se acaba acostumbrando). El montaje, logra un ritmo muy bueno para el film, siempre manteniendo hasta cierto punto esa teatralidad con muchos encuadres, pero convirtiendo todo en una narración audiovisual muy intensa, que no cesa en la acción. Además, hay que sumarle elementos nuevamente desfamiliarizadores como cierta parte que parece sacada de un trailer, o alguna coña de cara al espectador que no desvelaré por aquí, pero diré que tiene que ver con un caballo.

De hecho, y no quiero resultar repetitivo, pero es así, todo en este film tiene esta mezcla de desfamiliarización y exploitation italiana, puesto que también los actores caen en ello, al ser todos de origen nipón, pero teniendo todos los diálogos en inglés, con lo cual metemos una mezcla extraña ya por ahí (aunque hay que decir que tienen una pronunciación bastante correcta y entendible), y planteándose con una actuación que mezcla el histrionismo habitual de los filmes japoneses con una quietud más esencial del western, destacando negativamente aquí el papel de Tarantino, que no acaba de cuajarme dentro del conjunto global. También está, de cara a esta construcción de personajes, lo que comentaba del vestuario, donde sí hay un vaquero puro del género, de los vestidos de negro, como es el pistolero que llega a la ciudad, con otras vestimentas más japonesas y actuales, como son las de los miembros de los clanes y las mujeres.

En resumen, un curioso experimento que pierde interés por la falta de carisma de su historia en la zona central, pero que gana muchos enteros para todos los amantes del cine exploitation, con todos sus homenajes y situaciones disparatadas. Y además, planteando una cierta experimentación fílmica, que siempre se agradece.









PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 8.5
Guión: 7.5
Actuación: 8.0

TOTAL: 8.0

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