domingo, septiembre 13, 2009

Punto Límite: Cero

Título: Vanishing Point


Director: Richard C. Sarafian


Año: 1971


País: USA / Reino Unido


Duración: 95












El trabajo de Kowalski (Barry Newman) consiste en llevar coches de una ciudad a otra. A pesar de tener tiempo más que suficiente, un día decide correr desde Colorado a San Francisco llevando un Dodge Challenger del 70. La policía, como es lógico, empezará a perseguirlo, y Kowalski no hará más que encontrarse gente que lo apoya, gente como Super Soul (Cleavon Little), un DJ de radio que se comunica con él para decirle donde está la policía.

Cruzar Estados Unidos en coche debe ser algo realmente divertido. Conducir por esas rectas interminables, a través de desiertos inmensos, con un sol abrasador… Casi tan divertido como cruzar Australia, vamos. Lo que sí es seguro es que ver gente haciéndolo lo es, ya sea en carreras violentas como en La Carrera De La Muerte Del Año 2000, persiguiendo maleantes precisamente en Australia como en Mad Max, o escapando de la policía como ocurre aquí.

Lo que se nos presenta, bajo esta idea de la carsploitation, es una película muy directa, que casi se conforma como una road movie (tampoco es que sea muy raro el mezclar carsploitation y road movies, la verdad), en la cual no se pretende hacer simpatizar al espectador con el protagonista por medio de grandes discursos sobre quién es ni de sus motivaciones, sino que sencillamente se le salpica de vez en cuando alguna información sobre el pasado de Kowalski por medio de flashbacks puntuales y sobre su personalidad en unos cuantos diálogos, dejando de este modo un personaje distante, convirtiéndolo en cierto modo en un héroe al que vemos desde fuera, pudiendo así admirarlo y apoyarlo, a pesar de ser sencillamente alguien que no sabemos ni qué pretende demostrar con lo que hace, si es que intenta demostrar algo.

Esto se consigue en base a una eliminación ya de entrada de los preceptos narrativos clásicos, arrancando con un flashback que nos lleva desde el final hasta el comienzo del camino, saltándose todo el proceso de presentación para introducirnos directamente en el nudo. De hecho, incluso en el final (que me encanta), la destrucción de los cánones narrativos es brutal, definiéndose todo en cuestión de unos segundos, y dejando de este modo todo el tiempo de película para el nudo, que de hecho, es tan simple como un hombre que escapa, unos policías que lo persiguen, y una gente que lo ayuda en su camino. De hecho, es en esta gente del camino donde se establece todo el trazo dramático de la acción, por medio de la radio que lo ayuda, como unos años después se copiaría en The Warriors, o en momentos como el semichiste de mariquitas que, francamente, está metido con calzador, aunque se agradece que por aquel entonces se pudiera tener libertad para hacerlos sin que las asociaciones se echaran encima por discriminación.

Esto plantea un cierto problema, puesto que los giros aquí apenas tienen fuerza, debido a la linealidad y la poca escapatoria que tiene la historia de por sí, por lo que hay momentos en los cuales el ritmo puede llegar a resultar cansino para el espectador, especialmente en las partes que transcurren simplemente en la carretera corriendo sin más (aunque esto también es favorable, ya que el protagonista también debería aburrirse y está bien el mostrarlo). Otra pega sería la eliminación de las noches, que nos deja con la duda de qué ocurre en ellas. Son demasiadas horas desaparecidas directamente de la historia, supongo que en pos de abaratar costes de iluminación, pero que es una pena perder.

Este abaratamiento de costes, por desgracia, también se hace evidente en otras partes del metraje, donde el montaje pasa todo el trabajo para hacernos sentir la emoción de la conducción y el enfrentamiento directo en carretera, en lugar de haber arriesgado el físico y los coches para poder dar una muestra filmada realmente y no solo crearla en nuestra imaginación. De todos modos, contando con esta intención (o pocos medios), la dirección se plantea de un modo bastante correcto, sobrepasándose no obstante en los planos de los elementos que rodean, como la gente que observa la persecución, perdiendo un poco toda la diversión de la misma.

El montaje busca un ritmo bastante lento y pausado, sorprendente en relación a la velocidad que se supone que transmite la historia, y también resulta en ocasiones excesivamente extraño al no seguir del todo los coches, y hacer cambios de plano más en relación al ritmo de la música, aunque en la pantalla ya no veamos más que un montón de cosas desenfocadas, sacando de este modo de la historia, y aumentando la sensación de que sencillamente es algo que estamos viendo, no intentando meternos en el interior y catartizar, pero también cargándose con esto mucha de la emoción que podría provocar la historia.

Una música que está bastante bien introducida, cuajando de un modo correcto en la historia, ayudando en el aumento y mantenimiento del ritmo, y a la que le echaría en cara el cortarse de golpe junto con el montaje en más de una ocasión, chocando de frente el espectador con esos cortes. Además, se muestra habitualmente como música diegética, pero se hace evidente que está metida a posteriori al no escuchar otros sonidos de lo que ocurre ante la cámara.

Respecto a las actuaciones, es comparable la longitud al espectador con la que se mantiene Barry Newman, que se queda excesivamente frío en demasiadas ocasiones, y por miedo a no forzar, no acaba de mostrar a Kowalski como todo lo profundo que debería, frente a la cercanía que propone Cleavon Little, cuya interpretación de locutor es más que aceptable, a pesar de no ser tan convincente en su rasgo de ser ciego. El resto, apenas tienen tiempo en pantalla para poder hacer nada, y solamente aprovechan para no cagarla. A excepción, eso sí, de Anthony James, que con su personaje de gay atracador solo se fuerza y no resulta en absoluto interesante.

Vamos, un film que resulta entretenido a pesar de su ritmo lento y de ciertos errores tanto de guión como técnicos, que no le restan más puntos de los que le dan los aciertos que tiene, donde destaca el planteamiento básico de la narrativa a seguir.








PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.0
Técnica: 7.5
Guión: 8.0
Actuación: 7.0

TOTAL: 8.0

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