jueves, junio 25, 2009

La Montaña Sagrada

Título: The Holy Mountain


Director: Alejandro Jodorowsky


Año: 1973


País: México


Duración: 114












Normalmente empiezo este tipo de críticas con una breve sinopsis para que los que no han visto el film se puedan orientar en el resto del artículo y decidan si quieren verlo o no. Bien, en este caso, si no la han visto, por favor, dejen de leer, y hagan lo posible para echarle un vistazo. Estamos ante una obra maestra que debe visionarse sabiendo lo menos posible sobre ella.

Bien, si han llegado a este párrafo, espero que sea porque la han visto, y no por haber hecho caso omiso del anterior, así que creo que no es precisamente necesario el hacer una sinopsis (como si fuese fácil hacerla, aún por encima, más allá de decir que supone una reflexión sobre la búsqueda de la perfección y de la autosuperación del superhombre desde un punto de vista interior y bebiendo de todas las filosofías posibles), y que podemos meternos de lleno en la cuestión.

Es increíble la maravilla de film ante la que nos encontramos. En opinión de un servidor, el mejor de Alejandro Jodorowsky con muchísima diferencia (y teniendo en cuenta la alta estima que le tengo a alguna de las otras, esto es decir muchísimo). Absolutamente único e irrepetible en todos sus planteamientos tanto a nivel formal como narrativo, dejando de lado cualquier tipo de pretensión o apariencia, y centrándose plenamente en el convertirse en filosofía filmada. La verdad es que si intento pensar en films similares en cuanto a profundidad y trabajo bajo lo que podríamos denominar ensayo audiovisual solamente se me ocurre citar Persona, o si acaso Stalker o Mulholland Drive, aunque esta a un nivel diferente, al estar más centrada en la forma del relato que en el ensayo sobre la realidad en sí mismo.

De hecho, esta forma tan propia es algo que lleva al film a convertirse en algo muy difícil de criticar, puesto que la narrativa, aún sin ser perfecta desde el punto de vista tradicional, logra llevar al espectador por los senderos que quiere, y las repeticiones de motivos, las variaciones de ritmo o las fragmentaciones del relato aquí no solo son comprensibles, sino que suponen un modo muy adecuado de crear el discurso, y al igual que en el Así Habló Zaratustra la fragmentación nos lleva a contemplar las distintas partes del nihilismo de Nietzsche, aquí nos logra diferenciar los distintos estados que la búsqueda de la perfección nos hará pasar, desde el nacimiento de la intención hasta el descubrimiento de la felicidad que nos permite saber que la hemos alcanzado.

La técnica, a pesar de la falta de medios, no se queda atrás frente al planteamiento del film. Con algunos de los planos más bonitos y sugerentes que podamos encontrarnos, logra no hacerse excesivamente patente, y no obstaculiza en absoluto al guión, sino que se pone a su servicio y eleva el discurso a donde debe estar. Quizás en el sonido es donde más se eche de menos un poco más de perfección, pero es un detalle nimio teniendo en cuenta esta falta de medios ya que hablamos de un film del 73 y sin un presupuesto elevado.

En las actuaciones es donde más se puede quejar el espectador más superficial, y es que hay que admitir que el acento mostrado por Jodorowsky al hablar inglés es bastante torpe, y que el resto de reparto, aunque ya no tengan este acento macarrónico, tampoco destacan. No obstante, este no lucimiento acaba resultando como una buena característica, puesto que nos lleva a poder estar más atentos al discurso, y no tanto a la acción, que por otro lado, no es tampoco la más adecuada para el lucimiento de dotes interpretativas.

Vamos, una de esas películas de obligada visión varias veces a lo largo de la vida, para poder recordarnos cual es nuestro lugar en el mundo, y hacernos reflexionar sobre a dónde queremos llegar en el tiempo que tenemos. Filosofía pura.







PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 10.0
Técnica: 9.5
Guión: 10.0
Actuación: 8.0

TOTAL: 9.5

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