martes, noviembre 02, 2010

Merantau Warrior

Título: Merantau


Director: Gareth Evans


Año: 2009


País: Indonesia


Duración: 107









Yuda (Iko Uwais) es un joven indonesio y perteneciente a los Minangkabau que se va de casa para hacer su Merantau, es decir, a aprender de la vida teniendo que enfrentarse a ella por sí mismo. Para ello se va a Yakarta, donde se encuentra con el niño Adit (Yusuf Aulia) y su hermana Astri (Sisca Jessica), a la que salva de manos de su jefe, Johni (Alex Abbad). Pero la red de tráfico de mujeres en que se involucra Johni es demasiado poderosa, y Yuda se tendrá que enfrentar para poder salvar y asegurarse de dejar a salvo a Astri y a Adit.

Peleas con tubos de hierro. Fantástico.


En la corriente actual del cine, como en la mayoría de las actividades vitales que llevamos a cabo, es imposible la no observación del pasado para fundamentar nuevas experiencias. Si, las teorías posmodernas, la nostalgia, etc. Y por esto tenemos tantas resurrecciones de subgéneros como sería el zombie, gracias a 28 Días Después o El Amanecer De Los Muertos, o la acción pura de los 80 y primeros 90 con esos buenos ejemplos que serían The Expendables o La Jungla 4.0. Todo ello, evidentemente, retomándose de modo que se adapte a los nuevos tiempos y su mirada hacia atrás, no siguiendo los mismos cánones que en su momento.

Y otro gran género en el que vemos esto, es en el de las artes marciales. Expliquémoslo: en los años 70 teníamos básicamente el cine de Kung Fu made in Hong Kong con ejemplos claros en Las 36 Cámaras De Shaolin o King Boxer o el de Kárate japonés donde destacamos por ejemplo la trilogía de The Street Fighter. Vale, había algunas cosas como La Sombra De La Garra De Cristal, por citar alguna otra indonesia, pero su repercusión no era la misma y estaban siempre supeditadas a las anteriormente citadas. Sin embargo, en la actualidad, aunque haya homenajes a esto del tipo de Kill Bill, e incluso pelis de los Shaw ahora que parecen querer volver como Drunken Monkey, la evolución nos lleva a nuevos estilos de lucha, en ocasiones propios de sus países de origen, auspiciados bajo el éxito de Ong Bak y su Muay Thai, o simplemente con grandes especialistas en artes foráneas como es el caso de la chilena Kiltro.

Esta cara solo significa una cosa: la has cagado, imbécil.


Y es en esta nueva estirpe del género donde se sitúa la presente cinta. Estableciéndose bajo la premisa de una película con ciertos toques sociales en su trama, se dedica a ofrecernos lucha en forma de Silat de un modo constante. Especialmente una vez que presenta la trama y comienza el conflicto. Y es que el guión del propio Gareth Evans se estructura de un modo simple y directo, obviando todas las posibles explicaciones al respecto de cuestiones como el tiempo que pasa, la obtención de más dinero por parte de Yuda una vez llega a Yakarta, o ese tipo de cosas que no nos aportarían nada en absoluto aunque nos puedan hacer replantear la historia y su verosimilitud si las pensamos y somos demasiado exquisitos y exigentes.

Desde arriba parece menos espectacular la subida, pero la imagen mola bastante más.


Porque aquí, lo que importa son las peleas, y en base a eso se hacen las cosas. Y Evans lo demuestra en todos los sentidos, y si tiene que dejar un guión un poco más flojo e incluso bastante malo en su final (totalmente innecesario y destrozando mucho de lo conseguido en los minutos anteriores), lo hará. Porque sabe que conseguirá marcar ritmo en base a su dirección.

Y así es. O al menos en las peleas. Porque en las partes de diálogo y evolución de la historia todo es más simple y convencional, incluso anodino y falto de fuerza. Pero las coreografías, que el propio director ha preparado, consiguen dar un plus de intensidad a todo el conjunto. Y teniendo en cuenta que la mayoría del metraje es pelea, esto es decir mucho. Curioso, por cierto, cómo van mejorando ya no solo en intensidad en cuanto pasa metraje, cosa normal, sino también en cuanto a ejecución, o al menos en dificultad y espectacularidad.

Para que dormir en el 1er piso si puedes pasar trabajo y subir al 3º?.


Claro está que para esto, la actuación de Iko Uwais ayuda enormemente. Porque se nota cuando un actor es un artista marcial de verdad y no es necesario falsear casi ninguna de sus acciones. Así que su trabajo en las coreografías es cojonudo. Pero además, a nivel dramático está a un buen nivel, siempre con esa pinta de personaje medio paleto e inocente aún a pesar de ser inteligente que no duda en sacrificarse por el bien. Solamente se le podría echar en cara algo de carencia de intensidad, pero no se le puede pedir todo y aquí lo que importa no es eso.

Y además, también el resto del reparto bien definido en cuanto a esas peleas, logrando que las peleas de varias personas tengan buen criterio, fuerza y credibilidad. A nivel dramático, cobraría importancia Sisca Jessica, que se hace creíble aunque sin darle ningún tipo de fuerza ni profundidad al personaje, sin apoyar así el desarrollo de la trama en el sentido de darle emoción. Mads Koudal, bien en su papel antagonista, fuerte y frío, pero forzado en más de una ocasión, aunque consiguiendo hacerse odioso. Especialmente al trabajar en pareja con Laurent Buson, mucho más comedido y creíble, aunque por ello cayendo mejor al espectador.

Una pelea a un armario solo se puede terminar de un modo.


De los restantes, podríamos hablar de Alex Abbad, bien y asqueroso, consiguiendo hacer mucho avance en la trama, y con la putada de un personaje tan perdedor y segundón, características que él, de todos modos, fomenta. Doni Alamsyah, por su lado, justito en sus diálogos, pero bien en la pelea, así que en conjunto no hay queja teniendo en cuenta lo poco que está en pantalla. Para terminar, podemos hablar de Christine Hakim, inconstante, pero con buenos momentos, especialmente en el final.

Y estas peleas, contadas con el montaje de Evans, correcto sin demasiados fallos en su mayoría y consiguiendo un buen ritmo, aunque mejorando a medida que pasa la cinta. Especialmente, vemos una gran diferencia en cuanto a las peleas, donde de la primera, montada a base de plano contraplano incomodísimo y muy falso, se llega a ir ganando en ritmo de combate incluso falseando de un modo muy correcto momentos en peleas como lo es la del ascensor, aunque lleguen a cantar por raccords de movimiento y posición.

Cuanto simbolismo en el color de los contenedores...


La fotografía, hecha por Matt Flannery, correcta a la hora de mostrarnos, casi siempre, muy bien toda la acción meneando la cámara por todo el escenario y dando mucha fuerza con ello. Destacar la cantidad de juego que busca en cuanto a uso de grúa y planos cenitales, y lo bien que consigue que entren en su mayoría. Se le echa en falta, aún así, un poco más de combinación y compincheo con el montaje para falsear unas cuantas caídas y golpes en los que cantan los cables de un modo excesivo.

En el tema del sonido, más que decente en cuanto a los efectos, sin plantear ningún momento especialmente incómodo ni chocante. A excepción de los momentos donde la música copa toda la banda de sonido, sobre todo porque esta no acaba de funcionar demasiado bien, más si tenemos en cuenta los momentos de tensión dramática, donde se transmite bastante poco.

Cuantas veces se puede ver una pelea en un ascensor?



Resumen:

Una gran peli de artes marciales, totalmente llena de acción, y con un guión que, si bien tiene sus errores, sirve perfectamente como base estructural a la historia. Además, con unas interpretaciones decentes y un trabajo técnico muy bueno.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Técnica: 8.0
Guión: 6.5
Actuación: 7.0

TOTAL: 7.5

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