martes, julio 05, 2011

Murderball

Título: Murderball


Director: Henry Alex Rubin / Dana Adam Shapiro


Año: 2005


País: USA


Duración: 85









Durante los primeros años como competición oficial, el Murderball, Quad Rugby o Rugby en Silla de Ruedas fue algo en lo que Estados Unidos llevó la voz cantante. Sin embargo, Joe Soares, el considerado mejor jugador de este deporte, se puso a entrenar a Canadá, por puro despecho. La rivalidad, obviamente, está asegurada, y los jugadores estadounidenses no van a dar el brazo a torcer, igual que Soares no permitirá que lo den sus jugadores canadienses.


Y con esto empieza la película. Que grande es Mark Zupan!


Desde que descubrí esta película allá por 2006 en el Festival de Cine de Ourense, he ido comprobando las diversas reacciones cuando cito este documental en alguna conversación. Primero, al soltar el título, la mayoría del mundo se extraña, pero parece interesarse. Luego viene lo de que es rugby para tetraplégicos. Ahí las reacciones van en dos direcciones: o miran raro y hay que dar explicaciones de por qué es tan cojonudo, o en poco tiempo están agradeciendo la recomendación. Aunque solo sea un poquito.

De entrada, el nombre es, probablemente, la mejor descripción de lo que es este deporte: Una locura violenta que se juega con una pelota. Pocos deportes he visto que supongan tanto contacto como este, y además, todo ello encima de sillas de ruedas, tuneadas para la ocasión, tal y como dicen en el documental, al más puro estilo Mad Max. Y, créanme, llegan a acojonar las hostias que se meten.

Todo ello, partiendo desde el punto de vista de la competición pura y dura que tan buen resultado ha dado a algunos documentales como sería el caso de The King Of Kong, comenzando por los orígenes de la rivalidad USA-Canadá, y pasando a través de las vicisitudes que los competidores, y más especialmente los de la selección estadounidense y el seleccionador canadiense van atravesando.

En serio, no es un deporte para llorones.


Ello, mostrado desde un punto de vista muy cercano a los protagonistas, aunque eso sí, sesgándolo bastante en cuanto a que realmente solo vemos ciertas partes del carácter de Mark Zupan, Joe Soares y compañía. Y por compañía, nos referimos a jugadores yankees. Pero eso es lo de menos, porque gracias a situarnos en torno a estos personajes, se muestra la realidad de su vida diaria, con sus penas y alegrías, mostrándola de modo muy acertado, con poca tendencia a la sensiblería y a la búsqueda de compasión, pretendiendo siempre el tratamiento como personas (cosa evidente, pero que tiende a olvidarse en muchos documentales sobre la temática).

Gracias a todo ello, el ritmo es cojonudo, y tiene una enorme capacidad para entretener y hacer vibrar con los partidos y los enfrentamientos. Además, con esos giros de los acontecimientos que solo la realidad puede tener, y que aquí se aprovechan con mucho acierto para ir mostrando una evolución narrativa coherente y que va alternando las diferentes vidas y presentándonoslas poco a poco.

Vídeos antiguos de información variada. Molando desde antes de ser antiguos.


A ello, obviamente, ayuda enormemente el carisma que tienen los personajes, desde lo duro que demuestra ser Mark Zupan desde el primer plano en que lo vemos cambiándose, hasta lo difícil que le resultó a Andy Cohn aceptar su lesión, o lo tremendamente dictatorial y exigente que es, sobre todo al comienzo, Joe Soares con toda la gente que lo rodea.

También el planteamiento que se hace desde la dirección de Henry Alex Rubin y Dana Adam Shapiro es muy acertado, consiguiendo mucha fuerza en casi todo el metraje, especialmente en los partidos de apertura y cierre del documental. Algo más flojo el que vemos a mitad del film, con un exceso de intentar darle épica por medio de la música, que no llega a conseguir funcionar. Y todo gracias a una cantidad ingente de entrevistas, y de todo el acercamiento a las vidas privadas de los personajes, aunque sin que lleguen a hacer nada especialmente innovador en este aspecto.

A ello, sumamos la edición de Conor O'Neill y Geoffrey Richman, cohesionando perfectamente todo el conjunto de entrevistas, partidos, y tomas varias de las concentraciones. Como mucho, criticar ese partido que comentábamos más arriba, pero por lo demás, dándole un ritmo agresivo como el propio deporte en sí.

Y en cuanto a la banda sonora, destacaría el par de temas de Ministry que consiguen dar ese tono violento y agresivo sobre el resto, pero con bastante acierto, aún así, en casi todo momento. El resto del sonido, también cojonudo en cuanto a los choques, los golpes y las sensaciones de estar dentro en esas partes especialmente complejas que resultarían los partidos.

No, no había un modo más americano de ponerlos apoyando a alguien que entrena a Canadá.


Resumen:

Un documental sobre un deporte totalmente diferente y desconocido por el público masivo, como todos los paralímpicos, que por suerte nos enseña no solo el interior del mismo, sino la lucha entre individuos tremendamente competitivos consiguiendo gracias a ello una fuerza y un impacto tremendos.



PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 8.0
Guión: 8.5
Actuación: 8.0

TOTAL: 8.0

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