sábado, marzo 28, 2009

Anatomía De Un Asesinato

Título: Anatomy Of A Murder


Director: Otto Preminger


Año: 1959


País: USA


Duración: 160











Paul Biegler (James Stewart) es un abogado con más bien pocas ganas de trabajar después de no haber sido reelegido como fiscal. Un buen día, cuando empieza a quedarse sin dinero ni para pagar a su secretaria, le surge un caso de defensa de un hombre que ha matado al supuesto violador de su mujer. A pesar de lo complicado que parece en un principio, decide aceptarlo, y defenderlo como sea ante los hombres que ostentan ahora su antiguo puesto en la fiscalía.

El cine de juicios no me atrae. Es un hecho. No sé si es por lo extremadamente dialogado que es este género, si es que no creo en la justicia, o si es que no me gustan los abogados. Todo esto, a excepción de 12 Hombres Sin Piedad, film que me encanta, y en la cual apenas aparece nadie fuera de los 12 miembros del jurado, así que supongo que se trata del último de los supuestos.

Aún así, debo admitir que esta es una de las mejores películas de este género que he visto. El ritmo que el señor Otto Preminger logra ofrecernos aquí es impresionante, sobre todo en la parte inicial, antes del comienzo del juicio, y es increíble como se pasa de rápida la primera hora de las poco más de 2 y media que dura. No obstante, el juicio se hace monótono, como suele suceder, con testificaciones una y otra vez y a pesar de lo que el guión intenta provocar en el espectador, que es un cambio de opinión respecto al caso en sí, cosa que logra al menos conmigo, acaba resultando excesivamente denso, al mostrársenos el juicio prácticamente íntegro a nivel audiovisual, pareciendo obviar solo ciertas partes de llamadas, juramentos, etc.

El personaje principal, bien interpretado por el señor James Stewart, con algunos de los momentos de más cabreo que le he visto nunca, logra llevarnos a lo largo de toda su investigación del caso y el juicio con grandes momentos de frases lapidarias, cambios de registro en su momento exacto, y ciertas dosis de humor en todo ello, aligerando la pesadez del juicio, y en una lucha constante a lo largo del mismo contra un genial George C. Scott y un solvente Brooks West, que aún a pesar de esta manía mía hacia su profesión, consigue hacerme sentir realmente la rivalidad que existe entre la fiscalía y la defensa.

Lo dicho. Un film de juicios que pese a su duración no se hace extremadamente pesado para lo que suele ser el género, bien interpretado y dirigido, y que no se me olvide citar la banda sonora a base de jazz compuesto por el señor Duke Ellington, que aunque no se muestre demasiado, se agradece cada vez que suena.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 6.5
Técnica: 7.5
Guión: 7.0
Actuación 8.0

TOTAL: 7.5

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