Título: Harry And The Hendersons
Director: William Dear
Año: 1987
País: USA
Duración: 110
Volviendo de un día de campo en el que el pequeño Ernie Henderson (Joshua Rudoy) ha matado su primer conejo con ayuda de su padre George (John Lithgow), este atropella un extraño animal en mitad del bosque. Tras darse cuenta que se trata de un Bigfoot, George decide que entre ellos dos, su mujer Nancy (Melinda Dillon) y su hija Sarah (Margaret Langrick) van a cargar al enorme animal en el coche y llevárselo para casa, con la intención de sacar dinero de su descubrimiento. El problema es que el bigfoot al que creían muerto se despierta, dándose cuenta rápidamente toda la familia que es un ser inteligente y cariñoso al que proteger del vil ser humano en lugar de explotarlo cruelmente, enseñándoles una lección de vida y respeto a la naturaleza que George nunca podría haber imaginado.
A veces, ideas asentadas sobre un concepto a priori absurdo como lo sería la aceptación de un extraterrestre como un miembro nuevo de la familia -si, hablamos de E.T.- acaban teniendo muchísimo éxito, provocando la llegada de nuevas ideas basadas en el mismo concepto en los años siguientes. Este es el caso de Harry Y Los Henderson -también salida de Amblin- que si bien nace como una película con esa idea, acabaría por conseguir el éxito una vez reconvertida en una sitcom, al estilo de ALF aunque eso sí, sin el cinismo del kelmakiano. Ese mismo problema está ya implícito en la película, ya que la mala baba brilla por su ausencia y los buenos sentimientos son los que triunfan en una cinta infantil y facilona, que no obstante tiene ese punto de crítica al ser humano y su capacidad para destruirlo todo, por mucho que la perspectiva que use sea tremendamente maniquea y simplista.
De todos modos, y siendo conscientes de la pretensión de ser un film familiar hecho en los 80, con su punto de aventuras, sus guiños de humor y su enorme carga de buenos sentimientos, la película está mínimamente bien hecha. La puesta en escena es correcta aunque muy obvia y provocando un montaje un tanto incoherente en ciertas partes. Pero donde se lleva la palma es en el diseño de Harry, ese Bigfoot bonachón que escapa del salvajismo hasta el punto de ser vegetariano (en realidad un vegetariano bastante de escaparate, porque pasa de comer carne pero al pescado sí le da, lo cual es difícil de considerar vegetarianismo) y que enseña a su nueva familia que el amor entre especies es lo que puede salvar el mundo (y no, esta vez no hablamos de zoofilia, para eso pónganse La Bestia, por ejemplo). El principal problema es que, con todo lo facilón que pretende ser todo, la evolución de los personajes y situaciones carece de lógica, pasando George Henderson de ser un cazador violento y chapado a las costumbres más rednecks a ser un gran defensor de los animales en menos que canta un gallo, por no citar la transformación de su hijo, de psicópata obsesionado con las armas y la sangre a niño que ama a los animales simplemente con un cambio de localización. De todos modos, si dejamos estos detalles y vacíos de guión a un lado y nos tragamos los momentos lacrimógenos necesarios para que todos estos buenos sentimientos vengan a nosotros, la peli se deja ver.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 4.5
Técnica: 6.5
Guión: 5.0
Actuación: 5.5
TOTAL: 5.5
Originalidad/Riesgo: 4.5
Técnica: 6.5
Guión: 5.0
Actuación: 5.5
TOTAL: 5.5
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