miércoles, octubre 19, 2011

Das Wachsfigurenkabinett (El Hombre De Las Figuras De Cera)

Título: Das Wachsfigurenkabinett


Director: Leo Birinsky / Paul Leni


Año: 1924


País: Alemania


Duración: 83









Un hombre (William Dieterle) consigue trabajo como publicista de una caseta de figuras de cera. Allí se encarga de escribir historias para los personajes exhibidos, y escoge para ello a Harun Al-Rashid (Emil Jannings), un vicioso califa que intenta seducir a la mujer de un panadero y a Iván El Terrible (Conrad Veidt), que se obsesiona con que le intentan matar para usurparle el puesto, convirtiéndose estos relatos en la base fílmica que se nos presenta.

Lo más tópico a la hora de pensar en relatos enmarcados en relatos, es pensar en Las Mil Y Una Noches. Y aquí, casualmente, incluso resulta obvia la influencia en la historia ambientada en Bagdad, donde además algún plano en la huída me hizo pensar en El Ladrón De Bagdad. Esto último no se si por plagio o coincidencia ya que son del mismo año. Aún así, lo importante aquí es la manera de mezclar los relatos, usando ya la ahora clásica fórmula de presentar a los protagonistas de la historia continente en la historia contenida ejerciendo un papel también protagonista, de modo que desde un principio vayamos cogiéndoles cariño.

El caso es que las historias, enlazadas por esa publicidad para el gabinete de las figuras de cera, giran en torno a tiranos gobernando y dominando cruelmente a su pueblo, la primera más con el aire de aventura oriental, y la segunda desde una perspectiva cercana al terror y al drama, dando con esto bola a esa teoría de Kracauer que hablaba de visiones y temores al nazismo en la etapa expresionista del cine alemán. Todo ello, eso sí, planteado con una puesta en escena tirando a plana y poco dinámica incluso teniendo en cuenta su año de producción, aunque con algunos aciertos de imagen como serían el reflejo en el diamante del califa, o algún fondo de escenario recogiendo parte de la estética caligarista y un poco muy poco del expresionismo ortodoxo. Este caligarismo, eso sí, mucho más utilizado en la escena final, donde se mezcla con tintes de impresionismo y, mediante superposiciones, logra una secuencia onírica llena de movimiento y extrañeza muy agobiante y muy interesante.


PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Técnica: 7.0
Guión: 6.5
Actuación: 7.0

TOTAL: 7.0

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