miércoles, agosto 11, 2010

Nagai Yume (Long Dream)

Título: 長い夢 (Nagai Yume)


Director: Higuchinsky


Año: 2000


País: Japón


Duración: 58









Mukoda Tetsurou (Shuuji Kashiwabara) es un paciente de un hospital cuyos sueños le hacen vivir a través de tiempos cada vez más prolongados, lo cual le provoca un distanciamiento cada vez mayor de la realidad humana, tanto mental como físicamente. El doctor Kuroda (Masami Horiuchi) se encarga de su caso, con ayuda de su joven colega el doctor Yamauchi (Kenjirô Tsuda). Pero además, Kuroda sigue obsesionado con una chica muerta años atrás, cosa que le ayuda a sentirse fascinado por el caso de los sueños largos.

En japonés, medicina se dice medicina


La extraña relación entre la realidad y el mundo onírico es algo evidenciado y asumido en la ficción. Desde la reflexión de “que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son” de Segismundo en La Vida Es Sueño, muchos son los ejemplos que podemos encontrar. Sin ir más lejos, en el mundo del cine, podemos ver ejemplos de reflexión sobre esa posible mentira soñada que es la realidad en cosas como Matrix, Abre Los Ojos o El Origen. Y coño, a veces, incluso parecería preferible vivir en ese mundo onírico donde nos pueden esperar maravillas antes que vivir en el mundo real con sus problemas. Claro está, si obviamos la posibilidad de las pesadillas. Porque lo de vivir eternamente mola, que como se dice en la película el miedo a la muerte es un instinto humano puro, pero claro, vivir eternamente en felicidad y no sufriendo. Que para algo lo que prometen casi todas las religiones es sufrimiento si uno no acata sus normas.

Y esta es la idea con la que se juega en la presente cinta, consiguiendo un relato que mezcla la narrativa de terror gótico con un punto surrealista, amén de un cierto halo de drama psicológico, influenciado también en gran medida por sus características de TV-movie. Con esto, la peli empieza con una idea muy clara y bien definida, que avanza rápido y con interés por la vida de Mukoda, aunque finalizando esta trama demasiado pronto, variando hacia el protagonismo del mad doctor de turno, que se obsesionará con la substancia que permite el sueño eterno, dando valor a lo que hasta ese momento parecía ser solo una trama secundaria.

La cara realmente acojona, y con el movimiento del objetivo, aún más


Además, el ritmo es totalmente inconstante, siendo en conjunto demasiado bajo para la historia que se cuenta, aún a pesar de buenos momentos puntuales y del buen comienzo con toda la rareza del caso del hombre que tiene sueños largos. Pero es que toda la parte final, y la trama del doctor por sí misma, se cargan mucho el conjunto. De todos modos, hay que reconocer que la historia en sí funciona y se hace interesante, e incluso si conseguimos entrar en esa segunda trama con la historia personal de Kuroda tiene buenos detalles, aunque se quede trabada y llena de evidencias.

Pero bueno, es que en todo esto pesa demasiado la condición de TV-movie, y la mala definición e importancia que da Higuchinsky desde la dirección a los distintos personajes, quedándose el trabajo de cámara en algo obvio y con demasiado aspecto de cutrez en muchos momentos, y evidenciando con la fotografía la grabación en vídeo. Aún así, ayudando el buen uso de distintos objetivos y ángulos para conseguir introducir un ambiente pesadillesco en las imágenes que nos muestra, al igual que con distintos tipos de cámaras y trabajos de montaje, introduciéndonos mínimamente en la historia, aunque no siempre con el mismo acierto.

Tampoco ayuda el montaje, también hecho por Higuchinsky, ya que consigue apoyar muy poco el ritmo y cae en un uso excesivo de encadenados y cortinillas que restan seriedad y ambiente terrorífico a la película. Esto por descontar las introducciones de las ensoñaciones de Kuroda, principal problema al que se enfrenta la historia, ya que toman un peso excesivo y acaban por cansar, al resultar repetitivas y poco informadoras. Al igual que lo cansino y cutre de las transiciones con el hospital dibujado como forma de orientar en el paso del tiempo.

Si a Ned Flanders le funcionaron las cortinillas de estrellas...


Pero bueno, esta imagen del hospital, está muy por debajo del resto de efectos de Issei Oda, resultando bastante enfermizos y locos aún a pesar de que también tienden a terminar siendo muy evidentes y cutres, teniendo solamente perdón por la falta de presupuesto para más en cuanto al trabajo con 3D en el año 2000.

El hospital, todo un ejemplo de localización


El sonido, de lo mejor que podemos encontrar en la parte técnica, con un buen trabajo en el directo, y un montaje que apoya correctamente la ambientación que busca la imagen. Además, la música de Zuntata se adapta correctamente, y aunque en algún momento puede llegar a resultar excesivamente repetitiva, en general ayuda en extrañar con su trabajo ligeramente atonal.

Las actuaciones, dispares en su calidad, puesto que si bien tenemos a un Kenjirô Tsuda que está bastante bien, coherente en toda la cinta y bastante comedido aunque excesivamente superficial, también podemos encontrarnos en el extremo opuesto a Masami Horiuchi, excéntrico y forzado especialmente en la parte final de la cinta, a pesar de conseguir interiorizar mejor al personaje y dotarlo de más profundidad en todo el tramo inicial de la historia. Y aún así, con un último plano cojonudo en su trabajo corporal, porque expresivo poco puede.

Entre los restantes, destacar a Tsugumi, en un buen papel de chica inocente asustada, al igual que en el momento de volverse loca, pero con poco tiempo para desarrollar casi nada, y a Shuuji Kashiwabara, creíble en todo el tiempo con sus declaraciones a cámara y en su conversión posterior, aún a pesar de lo difícil que era no resultar ridículo con ese aspecto. Y Eriko Hatsune, totalmente carente de interés, aún a pesar de estar constantemente introducida por el montaje, ayudando a que el espectador la aborrezca, a pesar de lo mona que pueda ser.

Adivine cuál es la cinta sospechosa...



Resumen:

Una historia que en sí misma resulta interesante, pero llena de un montón de errores desde el trabajo de guión, dirección y montaje (es decir, del trabajo de Higuchinsky) que afectan a su ritmo y a la capacidad de captación de interés de cara al espectador muy negativamente.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 6.0
Guión: 5.0
Actuación: 6.5

TOTAL: 6.5

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