domingo, noviembre 15, 2009

La Muerte Tenía Un Precio

Título: Per Qualche Dollaro In Più


Director: Sergio Leone


Año: 1965


País: Italia / España / RFA


Duración: 132











Cuando la banda del Indio decide liberarlo de la cárcel, dos cazarrecompensas deciden ir tras él, cada uno por su cuenta. Pero ambos son realmente buenos en su trabajo, así que deciden hacer un pacto para lograr el mayor beneficio mutuo. Un pacto que no dudarán en saltarse en busca de sus propios intereses individuales.

Si algo tiene éxito, y además un éxito justificado, para qué cambiarlo? Bajo esta premisa se pudo haber planteado la segunda entrega de la llamada trilogía del dólar, repitiendo director, protagonista y compositor de la música (del resto del equipo, poco se recicló). Incluso en ciertos elementos de la trama, la similitud con Por Un Puñado De Dólares es evidente, aunque presenten cada una su propia personalidad dentro de esta cercanía.

Además, en esta ocasión aparece un personaje como el hombre de negro interpretado por Lee Van Cleef, que plantea un contrapunto desde el lado de los menos malos para el de Clint Eastwood, complementándolo y aportando a la trama alguien capaz de estar por delante del personaje principal, aún sin ser un enemigo exactamente, sino un colaborador independiente con sus propios intereses.

Y es que esto es uno de los elementos básicos sobre los que bascula todo el argumento, las diferencias entre los personajes, que se mueven bajo sus propios intereses, sabiendo que les conviene colaborar en ocasiones, pero buscando siempre sacar el máximo beneficio. Y por supuesto, también hay violencia, engaños al espectador, y poca de la sordidez de las cantinas o de la vida más allá del trabajo de los cazarrecompensas, más habitual en otros westerns.

Pero tampoco necesita esta sordidez, puesto que el guión funciona sencillamente en cuanto que nos lleva a apoyar a los personajes principales, no sabiendo nunca hasta donde están engañándose mutuamente, y creando con esto en relación a la captura de los forajidos un interés en el espectador que le lleva a olvidar todo menos el objetivo, y la violencia reinante en los spaghetti westerns del sr. Leone. Así, consigue un ritmo muy bueno, que solo aparenta caer en ocasiones para, en estos descansos, aprovechar para girar y cambiar las tornas, y los esquemas del espectador y continuar así con la historia.

A esto, le ayuda una técnica muy bien planteada, con una capacidad de enganchar a pesar de la falta de diálogos hablados en fragmentos bastante largos, aprovechando para, mediante el montaje y la estructuración de planos, y su combinación con la música, crear los sentimientos necesarios en el espectador y contarle, sin apoyarse más que en la técnica y las actuaciones gestuales de los actores, algo mucho más complejo de lo que podría lograrse con diálogos. Especialmente, destacaría los momentos de tensión previos a los duelos, tremendamente bien orquestados y que ponen de los nervios deseando conocer el resultado de los mismos.

Echaría en cara el aspecto del sonido y los doblajes, como siempre en el cine orientado a la venta internacional y grabado en postproducción ya ni pensando en el propio mercado en el cual ha sido creado. No obstante, nada de esto entorpece el desarrollo narrativo del film, ya que el trabajo de sincronía y falseamiento desde la imagen y el montaje está elaborado para hacer que no cante demasiado.

Frente a las cámaras, pues Clint Eastwood interpretando al personaje que le haría famoso, duro, frío y calculador, pero que en esta ocasión se sorprende en varias ocasiones, ante el personaje de Lee Van Cleef, tan frío y calculador como él, en una combinación interpretativa que al mismo tiempo no permite al espectador el decantarse por ninguno de ellos, y sin embargo desconfiar continuamente de lo que ambos ocultan tras lo que se nos deja ver. Además, el papel de Gian Maria Volontè como rival de ambos se presenta con mucho trabajo interno y realmente logra su objetivo de ser odiado. Y también citar a Klaus Kinski haciendo un papel muy secundario como parte de la banda, pero con sus rarezas y lograr ser recodado, como debe ser con Kinski, al tratarse de un pistolero jorobado.

Vamos, una película muy bien hilada, con un trabajo muy bueno en todos sus aspectos, que engancha y juega con las sensaciones del espectador constantemente, convirtiéndose gracias a ello en un referente obligado de la historia del cine.







PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 9.5
Guión: 8.0
Actuación: 8.5

TOTAL: 8.5

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