Título: Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo.
Director: Sergio Leone
Año: 1966
País: Italia / España / RFA
Duración: 186
Un hombre sin nombre se alía con un bandido para sacar tajada de las recompensas que ofrecen por él. Tras traiciones mutuas, acaban descubriendo el paradero de un tesoro enterrado, pero cada uno conoce solo uno de los dos datos necesarios para encontrarlo, por lo que se ven obligados a colaborar. A esto se suma un pistolero mercenario que también acaba tras el tesoro, y no dudará en hacer lo posible para encontrarlo, por sucio que sea.
Tras dos películas del mismo género hechas por el mismo director, el mismo actor protagonista, y el mismo compositor de una música más que característica, se podría pensar que no es posible lograr una tercera obra de características y éxito similar. Pues este no es el caso. De hecho, ocurre lo contrario, ya que todas las partes involucradas ponen aquí el listón más alto de toda la trilogía, logrando crear una narrativa absolutamente épica, con un trabajo de ambientación tanto ante las cámaras como en su banda sonora grandilocuente a más no poder, y excediendo ya totalmente los límites del género del western tal y como se entendía hasta ese momento.
Y es que aquí nos encontramos con elementos propios del western, evidentemente, sobre todo en cuanto a la individualidad de los personajes, clave del personaje del sr. Eastwood en la trilogía del sr. Leone, pero también con un punto de aventura mucho mayor, con una historia enorme, en la cual ocurre de todo a los protagonistas, que se cruzan, se engañan, se intentan matar… Y todo hasta el desenlace final, con el ya famoso duelo a seis manos en el cementerio.
Además, hay que tener en cuenta el gran elemento antibelicista que plantea, mostrando todo el horror de la guerra, algo que está habitualmente fuera de la vida de los cowboys, pero importante en la vida de un hombre como Sergio Leone, un italiano obligado a vivir en su adolescencia la 2ª Guerra Mundial. A este respecto, me parece sencillamente impresionante el plano en cuanto el Feo llega al cementerio, capaz de helar la sangre a cualquier persona, o el trabajo respecto a la creación de los oficiales de los bandos, similar a la posterior Apocalypse Now.
Como digo, la historia es, por definirla en una palabra, épica. Todo el viaje que abarca en la vida de sus personajes, y cómo se van enredando en la trama los tres protagonistas está perfectamente hilado, sin errores, y con un ritmo constante, que permite los descansos suficientes al espectador para no hacerse larga ni difícil de seguir, aún a pesar de lo complejo de la trama, llena de giros que no hacen otra cosa que ir aumentando la tensión y la duración de 180 minutos con que cuenta, necesarios para llegar a introducir todo en una misma cinta.
Ayuda también la perfecta planificación técnica, que se mueve con soltura entre los estilos ambientales que toca, que viajan desde un pueblo del oeste, hasta las trincheras del frente guerrillero, o el duelo final en el cementerio. Y todo ello se hila sin chocar, y al mismo tiempo sí se definen de un modo muy claro si las planteamos por separado, tanto en la fotografía y selección de planos como en el trabajo de montaje y la creación del ritmo. La música, pues qué decirles, si es una de las bandas sonoras más famosas de la historia del cine, y no por casualidad. Ambienta a la perfección la historia, al mismo tiempo que tiene personalidad para hacerla única e inolvidable, y servir como representante de la película siempre que se escucha.
Falla, eso sí, en el sonido, como otros westerns italianos, debido a ese elemento que es el doblaje, que obliga a jugar con demasiados momentos grabados en postproducción, notándose en ciertos momentos, perdiendo por esto a veces el realismo y sacando al espectador de la película en cierto modo. No obstante, salvo los doblajes, estos sonidos no resultan demasiado cantosos en ningún momento.
Respecto a las actuaciones, Clint Eastwood, haciendo su papel de antihéroe de toda la trilogía, de personaje duro y frío pero a la vez medianamente preocupado por el bien, a un nivel altísimo. Lee Van Cleef, haciendo de malo, y creando un personaje tremendamente creíble y odiable. Y Elli Wallach, nuevo en la trilogía, creando un personaje más estereotípico, como el sucio y traidor bandolero que acompaña al Bueno, pero consiguiendo no dejar dudas sobre su personaje en ningún momento. Es curioso, porque del resto del elenco, apenas se puede dar importancia a ningún personaje, y a pesar de ayudar enormemente en el desarrollo de la historia apenas tienen tiempo frente a la cámara. No obstante, debo admitir que están también a un nivel muy alto.
En resumen, un western que ya evoluciona hacia un punto que estaría fuera de la clasificación de géneros, con un trabajo genial desde todos los puntos de vista, y de visionado obligatorio para todo cinéfago y cinéfilo.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 9.5
Guión: 9.0
Actuación: 9.0
TOTAL: 9.0
Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 9.5
Guión: 9.0
Actuación: 9.0
TOTAL: 9.0
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