domingo, octubre 18, 2009

Death Racers

Título: Death Racers


Director: Roy Knyrim


Año: 2008


País: USA


Duración: 90











En un futuro cercano, un terrorista se hace fuerte en una zona llamada La Zona Roja, poblada por criminales, y amenaza con envenenar todo el agua desde ese punto neurálgico. Para evitar esto, el Senador decide ofrecer la libertad a 8 presos a cambio de que hagan una carrera donde los atropellos de criminales dan puntos, para llegar a capturar al terrorista.

Si el remake de un film exploitation es ya algo que llama de un modo morboso y bizarro a cualquier zinéfago, una película que explote el posible éxito de este remake, es ya una visión obligada, por muy pocas esperanzas que se pueda tener en la calidad de la misma. Y menos, si tenemos en cuenta que está producida por The Asylum, una compañía que destaca precisamente por sus absurdas explotaciones de títulos tales como Transmorphers, Pirates Of Treasure Island, o The Terminators.

Si sumamos a esto la colaboración en el film de los raperos de Insane Clown Posse, sórdidos capaces de todo, pero siempre unidos a proyectos absurdos y con cierto divertimento como eran los videojuegos de Backyard Wrestling o Big Money Hustlas (cosas que, a fin de cuentas, tienen lógica con su carrera musical), pues sabemos que estaremos ante una cinta que puede ser de lo peor (y que en ciertas cosas lo será), pero que también puede ser tremendamente divertida por lo bizarro.

Pues bien, aquí se destaca antes de nada un montón de errores en cuanto a la continuidad del guión, que se fragmenta continuamente y pretende mantenerse en ritmo mediante la mezcla de la carrera con la presentación televisiva de la misma, tal y como se hacía en La Carrera De La Muerte Del Año 2000 (film de donde evidentemente recoge también elementos como los atropellos y su puntuación, o la ambientación en un futuro distópico), y la trama de politiqueo que crea el conflicto, aunque nada le importe al espectador, puesto que a ninguna de ellas se le da un interés real, ni una importancia mínima en el desarrollo.

Y es que la historia no acaba de centrarse ni de dar fuerza al conflicto, y el argumento se queda como algo que sobrevuela un montón de escenas con cosas en común, pero no demasiada lógica en cuanto a su continuidad. No obstante, no hay que negar la búsqueda de violencia porque sí y ciertos momentos bien pensados de cara al entretenimiento, que se pierden en ese poco trabajo de cara a conseguir enganchar al espectador con un mínimo de historia, conflicto y desarrollo de personajes.

Estos errores del guión se ven acrecentados por el pésimo trabajo tras las cámaras, evidenciando constantemente la grabación en vídeo, con un exceso de cámara en mano, y una fotografía horrible, que satura demasiado, llegando a ser incluso incómoda para la vista debido a que a esto se le suman sombras tremendamente marcadas que no dejan ver las zonas más oscuras de la imagen, todo ello errores estúpidos que serían fácilmente remediables, y solo le dan aspecto cutre al film sin necesidad de ello.

Si ya nos fijamos en el montaje, aparentemente llevado a cabo por alguien que cogía por primera vez un programa de edición, y le resulta divertido repetir el mismo plano, meter todas las transiciones y efectos posibles a lo largo del film, e incluso utilizar moviola en varios (muchos) momentos del mismo, es cuando vemos el despropósito real que supone la cinta. Eso sí, hay que reconocer que al menos hay alguna noción de montaje, y se intenta orientar al espectador colocando siempre la misma imagen chunga en 3D para explicarnos que vamos a ver escenas en el interior, siendo incapaz de plantear lo absurdo y ridículo que es esto a la 4ª vez que vemos ese mismo interior. Y también se le debe reconocer que trampea bastante bien los cutrefectos empleados con los golpes y chorretones de sangre, cuestión bastante difícil de zafar teniendo en cuenta lo ridículo de los mismos.

Efectos estos metidos en su mayoría en digital, y cometiendo errores, por supuesto, en momentos como disparos de armas que no se ven pero si se escuchan. Y es que el sonido tampoco se queda atrás en cutrez, puesto que introduce muchísimos foleys, que se meten sin ecualizar correctamente para que no destaquen respecto al resto del sonido, aparecen momentos en los que se escucha a los actores repetir la frase al final de una toma y al principio de la siguiente… y no olvidemos la BSO, que sirve de catálogo para Psychopathic Records, metiendo sobre todo temas de ICP, pero al menos sin quedar demasiado mal respecto a la película en sí misma.

Las actuaciones son todavía más bajas si cabe, destacando un poco por encima los Insane Clown Posse, que a fin de cuentas se interpretan a sí mismos, y a Jennifer Keith, quien al menos es capaz de transmitir mínimamente lo que su personaje siente internamente, aún a pesar de verse bastante forzada todo el metraje. Y nadie más destacaría en absoluto, forzándose todos los actores, y presentando personajes completamente vacíos todo el tiempo.

Vamos, una película realmente mala, con algunas ideas buenas e incluso algún buen momento, pero que cayó en las manos menos aconsejables para llevar a buen fin un proyecto.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 5.5
Técnica: 3.0
Guión: 4.0
Actuación: 2.5

TOTAL: 4.0

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