jueves, octubre 08, 2009

La Carrera De La Muerte Del Año 2000

Título: Death Race 2000


Director: Paul Bartel


Año: 1975


País: USA


Duración: 84











En un futuro cercano, el mayor entretenimiento de USA es una carrera en la cual, además de intentar llegar lo antes posible a la meta, es importante llevarse por delante a pacíficos viandantes para acumular puntos. Pero hay organizaciones rebeldes que no están de acuerdo con la celebración de esta carrera, símbolo del gobierno autoritario que se ha impuesto en el país, así que intentarán desbaratarla por todos los medios.

Realmente, esta es una de las películas que mejor definen el espíritu del cine exploitation: hacer cine sin importar nada más que que impresione y llame a la gente buscando el morbo y/o la diversión porque sí y, por supuesto, ganar dinero con ello. Y es que veamos, quien puede negar lo divertido que resulta pensar en conducir coches con el objetivo de atropellar gente? A juzgar por el éxito que tuvo su día el Carmageddon (exploitation videojueguil directa de esta peli), o qué es lo que hacemos todos la primera vez que cogemos un GTA, nadie puede negarlo. Y además, combinándose esto con una carrera, que ya sabíamos que en la narrativa molaban gracias a cosas como Los Autos Locos, y que después se copiaría en films como Los Locos Del Cannonball.

Bien, pues aún por encima, aquí también entra en juego el aspecto cyberpunk de los coches y una ambientación postapocalíptica que siempre mola aunque aporte tan poco a la trama como aquí. Digo esto porque la trama se centra principalmente en la carrera, y solo se toma como excusa este futuro apocalíptico para entender la existencia de la misma, pero ni la tecnología ni la sociedad en general distan mucho de los años 70. Y aunque se puede ver en ello un cierto aspecto de crítica a la sociedad y a la industria del entretenimiento, realmente es algo que solo está ahí para llenar un poco más, y hacerse más disfrutable mediante lo que sería ese punto subversivo.

De todos modos, la trama solo es una excusa, y realmente el guión son un cúmulo de escenas medianamente hilvanadas, donde podemos ver persecuciones, explosiones, algunas mujeres desnudas y poco más, rebotando estas escenas importantes para aparecer, manteniendo más bien poca coherencia entre ellas en muchos casos. De hecho, la presentación pasa casi inadvertida, y de repente se nos mete ya en el meollo de la carrera, aún sin saber exactamente a qué se enfrentan los protagonistas. Así, nunca quedan claras muchas cosas de su procedencia, ni de cómo se inventó, ni de sus normas, ni de cómo la sigue la gente, ni por qué hay unas pocas personas en la calle aunque se esté celebrando… y sin embargo, todo da igual, puesto que lo que pretende es eso, suponer un montón de momentos medianamente recordables, muy disfrutables, y con frases muy grandes que consiguen hacer grande a la película.

Y esto se hace también desde la técnica, que ni se plantea hacer otra cosa que esa muestra de las escenas de guión con el menos presupuesto posible, quedando en ocasiones demasiado cutres y evidentes (lo de saltar cuando el coche pasa cerca NO CUELA) y en ocasiones directamente sin sentido (raccords como una montaña en un acantilado!). En las escenas de interior, por su lado, el look televisivo cobra mucha importancia (y me refiero más allá de las escenas directamente grabadas para que se suponga que es de la televisión del mundo de ficción en que se nos sumerge), y donde mejor se desenvuelve la fotografía es en los interiores de los coches y en los momentos directamente en carretera.

Estos momentos de carretera, montados en su mayoría con cámara rápida que le da más encanto al film por su cutrez, e incluso en alguna ocasión logra dar buen aspecto a la velocidad de los coches. O al menos, hace divertidas las persecuciones y los giros. El resto, pues bastante correcto, fallando en los falseamientos de los atropellos, pero más bien porque no parece haber ni metraje bueno para poder engañar. Así que lo más decente se queda en el sonido, donde aún así también encontramos grandes errores como diálogos donde canta que los personajes hablaban en tomas distintas (llegándose a repetir alguna frase), doblajes y foleys tremendamente evidentes…

Y tampoco los actores se lucen mucho. David Carradine se pasa el tiempo declamando el texto sin mucho carisma, logrando a partir de la mitad de la cinta ir dando un mínimo de profundidad al personaje, pero sin ser ninguna maravilla nunca (y sin destacar ni favorable ni desfavorablemente las escenas donde no está él bajo la máscara, curiosamente). Stallone por su parte, exagerándose muchísimo, en una interpretación que para la película que se trata está más que justificada y supone la mejor y más divertida de todas. Por su lado, la tercera en importancia, Simone Griffeth, se queda en la media del film, siendo adecuada para el mismo, pero con muchos altibajos y poca naturalidad en muchas ocasiones, a pesar de pretenderlo. Del resto, destacaría a Louisa Moritz y Don Steele, que consiguen hacerse creíbles en su hiperexageración de los presentadores de televisión, sirviendo además de como narradores, como elementos de diversión y crítica social aún más evidente que la que establece el propio guión al respecto de los medios y las masas.

Vamos, un film que, aunque contenga muchos errores en todos los aspectos, resulta muy divertido de ver gracias a su guión sin sentido pero creado en pos de la espectacularidad sin complejos.









PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.0
Técnica: 5.5
Guión: 8.5
Actuación: 6.0

TOTAL: 7.5

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