Título: Death Race
Director: Paul W.S. Anderson
Año: 2008
País: USA / Alemania / UK
Duración: 111
En un futuro cercano, las prisiones son controladas por empresas privadas. En una de ellas, se saca dinero emitiendo a todo el mundo carreras a muerte entre los reclusos. Pero tras un accidente del piloto estrella, la empresa debe buscar a un sustituto. Ese sustituto será Jensen Ames (Jason Statham), un antiguo piloto encarcelado tras ser acusado de asesinar a su mujer.
Lo primero que quiero destacar sobre este film, es el hecho de que en realidad, no se trata de un remake. En absoluto. Sencillamente es una película que toma elementos de la original, y los remezcla con muchas otras ideas, estableciendo un conjunto nuevo. De hecho, poco se mantiene del espíritu de La Carrera De La Muerte Del Año 2000, y aquí se busca un film de mucha más acción, que no obstante cuenta con un guión tradicional donde entra una historia más argumentada, pero que explota mucho menos los medios con los que cuenta, y peca de ser bastante tópica y mucho más políticamente correcta que la versión del 75. Y es que incluso desaparece el elemento principal del encanto de la original, que eran los puntos dados por los atropellos de gente inocente, así como esa pequeña crítica social que se hacía con todo el seguimiento de la violencia por parte de los espectadores y el descerebramiento producido por la televisión.
De este modo, mezcla la idea de la carrera mortal, más similar a videojuegos como Deathtrack, con power ups al estilo del Mario Kart, y elementos de pelis exploitation como sería La Historia De Ricky y sus cárceles dominadas por empresas y alcaides cabrones, o 1997: Rescate En Nueva York, por lo de la isla reconvertida en cárcel hipervigilada de la que es imposible escapar, de donde si quieren, también pueden ver influencias de La Roca.
Con estas premisas y homenajes/copias/influencias, el film comienza ya de un modo muy claro, estableciendo la diferencia con la obra del 75, y rompiendo con todo en cuanto a su estética, los disparos de los coches, y Frankenstein interpretado (bueno, doblado), por David Carradine en un accidente digamos que bastante grave. A partir de aquí, ya con la carrera y la situación social presentada por texto en pantalla, se nos mete de lleno en la historia de Jensen Ames (Jason Statham), en una estructura que peca de una falta de presentación, y no nos permite saber casi nada de la vida del protagonista, llevándonos a toda velocidad hasta el conflicto que supone la cárcel y la carrera. Este problema de la poca información, ocurre a menudo a lo largo del film, que se queda así demasiado vacío, al no tener motivaciones reales para las situaciones que presenta.
Los giros se colocan de modo canónico, avanzando el guión sin demasiados errores, pero por caminos demasiado explorados ya por el cine de acción, con una venganza que no logra la suficiente fuerza dramática a pesar de que lo intenta constantemente con flashbacks a la primera escena, y situaciones que no acaban de conseguir la profundidad que intentan transmitir como sería la charla con Hennessey (Joan Allen) sobre la hija de Jensen.
A nivel técnico, se aprovecha muy bien el presupuesto con el que se contaba en cuanto a hacer una película espectacular, llena de explosiones, disparos y violencia, pero aún así el sr. Anderson no acaba de explotarlo correctamente, al alargar demasiado algunas escenas, como sería toda la primera carrera, e introduciendo planos bastante tópicos, donde destaco la llegada de las mujeres, consiguiendo con esto atraer puntualmente al espectador target del film, pero sin mucho interés en realidad, quedándose en algo anecdótico y excesivamente gratuito.
La frialdad de la fotografía y la textura que se le da al film, excesivamente oscura y áspera, ayuda en cuanto a la ambientación cruda y ruda carcelaria y de la propia idea de la carrera, pero no introduce al espectador en la historia, convirtiéndose en un mero observador por culpa de ella y de sus caídas en lo tópico y evidente. Tampoco ayuda el montaje, hecho con oficio, pero pasándose con las partes montadas a toda velocidad, simplemente siendo impresionantes, pero sin contar nada realmente, a modo de supuesto lucimiento del montador pero siendo también vacío, principal problema del film.
Toda esta frialdad, se refleja también en las actuaciones, sólidas en cuanto a la dureza y al estereotipo dramático de un film de acción de estas características, pero faltándoles profundidad, ya que ni Jason Statham logra que nos interesemos o nos parezca que su personaje es algo más que dureza en ningún momento, y parece guiarse solo por odio y violencia en su vida (excepto en la primera escena, donde parece estar metido con calzador). Joan Allen no consigue dar fuerza ni maldad a su personaje, perdiendo mucha credibilidad por ello, y a quien destacaría sería a Ian McShane y Frederik Koehler, que hacen un buen equipo en el box, consiguiendo buena compenetración entre ellos y haciendo un buen papel ambos (cada uno en su rol, eso sí). Entre los demás, no destacaría a nadie, pues se mueven por tópicos vacíos que sencillamente son creíbles externamente pero no parecen tener nada más que esa faceta externa.
Por tanto, un film que pierde la oportunidad del guión de establecer una narrativa interesante en cuanto a la violencia y fuerza del relato, quedándose en un simple film de coches y acción que se acerca mucho al mundo de los videojuegos pero se queda en lo superficial.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 6.5
Técnica: 7.0
Guión: 7.5
Actuación: 6.0
TOTAL: 7.0
Originalidad/Riesgo: 6.5
Técnica: 7.0
Guión: 7.5
Actuación: 6.0
TOTAL: 7.0
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