lunes, mayo 03, 2010

Kdo Chce Zabít Jessii? (Who Wants To Kill Jessie?)

Título: Kdo Chce Zabít Jessii?


Director: Václav Vorlícek


Año: 1966


País: Checoslovaquia


Duración: 80









La Dra. Ruzenka Beránková (Dana Medrická) investiga un método para evitar las pesadillas. Lo que no sabe es que dicho método saca el contenido de los sueños y lo crea en la realidad. Cuando por despecho le inyecta el método a su marido, el Dr. Jindrich Beránek (Jirí Sovák), para evitar que sueñe con Jessie (Olga Schoberová), la protagonista de una tira cómica que estaba leyendo para intentar crear unos guantes antigravedad, de su sueño salen la propia Jessie y también los villanos El Pistolero (Karel Effa) y Superman (Juraj Visny). Estos personajes, al tiempo que hablan mediante bocadillos de texto y se comportan como si siguieran dentro de un tebeo, comenzarán a destruirlo todo en sus correrías, viéndose la pareja en la obligación de hacer algo al respecto, aunque cada uno intentando beneficiar sus propios intereses.

Es extraño lo poco reconocido y reclamado que está el cine checoslovaco, a pesar de su extrañeza y personalidad. Ya dejando de lado obras como The Cremator, y simplemente centrándonos en las comedias, nos encontramos films del tipo de http://luisefroizpresenta.blogspot.com/2009/07/lemonade-joe.html o la presente cinta nos hacen pensar en ya no solo un uso del montaje especial y absolutamente pegado al mundo del cómic, sino un sentido del humor que también viene de la comedia gráfica a pesar de utilizar mucho juego basado en las líneas de diálogos.

Aquí, lo principal que destaca es el extremo a donde se llega a llevar la estética del cómic, llegando incluso más allá que Batman, con la cual comparte cierto gusto por el bizarrismo y ciertos modos en el tipo de comedia, además de año de producción, curiosamente. De hecho, esas mismas onomatopeyas que veíamos en la serie que hizo pasar a la posteridad a Adam West, están presentes aquí, aunque no demasiado pronunciadas, y lo más chocante es la decisión de que los personajes salidos del mundo del cómic hablen mediante bocadillos con la gente real (y dando pie estos bocadillos a más de un momento absurdo, como el niño que no puede leerlo, y por tanto no entiende a Superman).

Pero eso sí, la utilización de este tipo de gags está bastante bien dosificada para no saturar al espectador, y así queda solo como un aspecto secundario de la trama principa. Trama que por cierto también requiere de una gran suspensión de la incredulidad por parte del espectador, puesto que la ciencia ficción más loca crea aparatos de absoluto delirio pop como es la propia medicina de los sueños, que puede llegar a, por un lado intentar controlar la mente para evitar malos sueños y si es posible meter ideas políticas, y por el otro sacar los sueños a la realidad. Y esto por no citar la propia idea de un ingeniero que da conferencias en universidades de crear guantes antigravitatorios porque los leyó en una tira cómica de una revista científica!.

Es, por tanto, una historia llena de elementos absurdos y delirantes, que se apoya en ellos para ir consiguiendo una trama ligera y entretenida, con sus justas dosis de romance y acción, para hacerlo entretenido. Lo que se echa en falta es un poco más de mala leche en el humor, y algún tipo de subtrama que vaya más allá de momentos concretos, y que pudiera ayudar a rebajar algo la densidad de la principal, y sobre todo ayudarla en esa necesidad de liarse que tiene en la zona central para preparar el final y alargar un poco de más el relato de la misma.

Eso sí, los personajes podrían estar mejor trabajados, y, sobre todo, más presentados, ya que por ejemplo, del protagonista no llegamos a saber exactamente ni qué es lo que hace aunque le supongamos conocimientos de ingeniero, por trabajar en la fábrica, dar conferencias y trabajar con el invento de los guantes. Y los actores tampoco ayudan. Empezando precisamente por Jirí Sovák, quien en un principio parece un personaje mucho más imbécil y patoso de lo que va siendo después, y de hecho no acaba de ser razonable como se presenta en relación a lo que hace. Cosa que lo hace bastante poco natural o lógico (siendo este de los pocos aspectos donde sí se agradecería la lógica). Dana Medrická, por su parte, consigue un aspecto mucho mejor, y de hecho marca bien a su personaje tanto en las partes de mujer mandona, como en las de loca mucho más instintiva que cerebral, siendo por tanto un estereotipo bastante grande, pero no por ello menos gracioso, y más si tenemos en cuenta que pretende llegar a ganar un Nobel.

Los personajes del cómic, pues un trabajo más complejo, al presentarse como entes semivacíos, aunque sin que se llegue a saber bien que pasa con el pistolero, un personaje que interpreta Karel Effa y que se va diluyendo en el film, pasando hacia el fondo a medida que también pierde en su interpretación de malvado, que por cierto nunca llega a conseguir. Esto choca diferencialmente con el personaje de Juraj Visny, Superman, que si bien comienza como un forzudo tonto acaba pareciendo aprender y coger más cabeza, pero siempre mostrándose muy bien ambos como personajes irreales dentro del universo del film. Olga Schoberová, por su parte, hace de Jessi un personaje extraño pero creíble, que nos hace pensar en ella tanto como la heroína que es en la ficción como la mujer entregada que es en el sueño de Jindrich, y consiguiendo compensar muy bien ambos fundamentos.

Para presentarnos todo esto, la narrativa que se nos plantea desde la dirección de Václav Vorlícek y la fotografá de Jan Nemececk es, en contra de lo que parece indicar toda la forma del guión, relativamente sencilla y clásica, aunque con una tendencia hacia el uso de planos largos y abiertos, lo cual ayuda en la separación de los personajes por parte del espectador, y además permite presentar la situación de un modo realista y acorde a las convenciones para dejar el trabajo narrativo más experimental al montaje y al sonido.

Digo esto, evidentemente, porque desde el montaje de Jan Chaloupek y Jaromír Janácek, o más bien desde la postproducción, es donde se da todo el sentido al guión mediante los efectos visuales de las voces, las onomatopeyas, y los efectos más comiqueros. Realmente en cuanto al montaje, se queda como un film también sencillo y que se evita las complicaciones, no teniendo, gracias a esto, fallos destacables.

Y realmente el aspecto más raro es el sonido, hecho por Adolf Nacházel, puesto que si bien hay partes de él sencillas y naturales, existen otras tremendamente extrañas. Ya dejando de lado los sonidos que se escuchan al saltar los globos de texto o ese tipo de efectos, hay partes que, sin demasiada lógica están metidas en postproducción, incluyendo, aparte de voces dobladas, elementos como el jadeo de un perro para justificar su presencia en el diálogo, siendo muchos de ellos totalmente evidentes, y que ayudan en la creación de una atmósfera irreal, aunque no siempre sea lo necesario en relación a lo que nos cuentan en pantalla. Resalta, eso sí, la escena onírica, conseguida en gran medida gracias al sonido.

También ayuda en esa escena el departamento de arte, dirigido por Karel Koci, consiguiendo un ambiente de irrealidad fantástico. Y por terminar con el aspecto técnico, comentar lo justito de los efectos en cuanto a paredes y rocas, evidenciando demasiado el cartón piedra, frente a lo bien conseguido en el resto, siendo todo sencillo y barato (golpes, cosas arrancadas, disparos…).

Resumen:

Una comedia extraña, con elementos tremendamente absurdos y delirantes, y un buen trabajo desde detrás de las cámaras, que no obstante se ve algo afectada por algunas de las actuaciones, y por el desarrollo de los personajes.






PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.5
Técnica: 7.5
Guión: 8.0
Actuación: 7.5

TOTAL: 8.0

2 comentarios:

Cecil B. Demente dijo...

Me encanta esta película, mi triunvirato de cine checo lo conforman Who wants to kill Jessie, Maté a Einstein Caballeros y Happy End, y sin dusa es esta última la que me parece una obra maestra en toda regla, échele un vistazo amigo.

Luis E. Froiz dijo...

Happy End la desconozco, pero tomo nota. Maté a Einstein está entre mis próximas, y de hecho, junto con Mañana Me Levantaré Y Me Quemaré Con Té, son las dos películas que me hicieron desviar definitivamente mi mirada hacia el cine checoslovaco y la locura absoluta que propone.

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