lunes, abril 26, 2010

Long Weekend (Largo Fin De Semana)

Título: Long Weekend


Director: Colin Eggleston


Año: 1978


País: Australia


Duración: 92









Peter y Marcia son una pareja que se va a pasar un fin de semana a una playa totalmente olvidada y apartada para poder descansar. No obstante, la idea de diversión de Marcia es bastante distinta a la de Peter, y las discusiones parecen ser la tónica común en la relación. Y para colmo, no tardarán en descubrir que los seres vivos de la zona están bastante de acuerdo con Marcia en que no deberían estar allí.

La idea de animales atacando a las personas en venganza por los excesos cometidos en la era moderna se ve aparecer ya desde los films de serie B de los 50 como La Humanidad En Peligro, donde la radiación convertía a los animales en seres grotescamente grandes, y que después podríamos ver evolucionada en Los Pájaros, Tiburón, o El Alimento De Los Dioses, donde la naturaleza ya tomaba de un modo un poco más propio la venganza. Idea que a grandes rasgos se coge en la presente cinta, aunque se ve una originalidad a la hora de plantear la idea de la naturaleza como representante directo del mal, o más bien debería decir como un ente que rivaliza directamente con el ser humano por medio de métodos violentos. Es decir, el mal para los espectadores urbanitas (similar al Cabrón Del Campo).

No deja de llamarme la atención respecto al film el planteamiento de los dos personajes principales como dos personas tremendamente insoportables, logrando que el espectador los deteste aún a pesar de ser los absolutos protagonistas de todo el metraje, y de hecho casi los únicos humanos que vemos en pantalla, y por tanto los únicos con los que el espectador podría tener una cierta catarsis. Con esto, realmente se logra la alegría y jolgorio ante las cosas que les ocurren, pero al mismo tiempo, los momentos de tensión se orientan para sufrir poniéndonos de su lado, por mucho que podamos llegar a ver la venganza de la naturaleza como algo justo.

Para todo ello, se va ejecutando en un esquema in crescendo el nivel de virulencia de los ataques, consiguiendo un ritmo que, aunque llegue a ser excesivamente rápido y poco explicativo en la primera mitad de la cinta, sirve para ir poniendo mal cuerpo al espectador, al tiempo que lo va introduciendo y preparando para el final, punto fuerte del film, donde se acumula toda la tensión, usando una estructura propia y característica de thrillers como Perros De Paja o The Baby. De todos modos, hasta llegar a este tramo final, la violencia apenas se va haciendo presente, y el film se ve supeditado a un avance mediante elipsis y diálogos que provocan demasiados altibajos al carecer de una presentación lo suficientemente detallada como para que nos importe la situación de la pareja, salvando los buenos momentos hacia el final con creces los problemas narrativos y de ritmo que podrían plantear los más lentos.

Destacar, desde el punto de vista técnico, el buen uso de los momentos de susto inmediato, que ya desde su colocación en el guión por parte de Everett De Roche sirven de buen sustento para mantener alerta al espectador y apoyar la narración. Pero que además Colin Eggleston sabe conseguir que funcionen bien, con lo inesperados que deben ser, gracias a la no utilización de músicas que pongan alerta y aprovechando el ambiente casi idílico en que se desarrolla su puesta en escena tan tranquila pero extraña al mismo tiempo. Ambiente idílico que, además, Vincent Monton ayuda a conseguir con su trabajo de director de fotografía, bastante apropiado y bien llevado dentro de la grabación en exteriores que fundamenta casi todo el metraje. Exteriores que también hay que reconocer que ayudaban en esa ambientación que se consigue. Al respecto de todo este aspecto de uso de cámara, destacan negativamente los malos falseamientos de los ataques, donde se nota demasiado la falta de presupuesto y queda bastante cutre en más de un momento. Ah, y citar y echar en cara que por mucho mensaje pseudoecologista que pretende tener, hay animales sufriendo daños en algunos planos para ganar en efectismo.

El montaje de Brian Kavanagh, apoyando con bastante acierto esta tranquilidad extrañada con que se desarrolla el film, y apoyando también por desgracia los malos falseamientos de los efectos de los ataques, provocando que se noten demasiado los muñecos, etc. Eso sí, también hay que reconocerle el correcto trabajo en cuanto a la parte final, llena de tensión, y donde se establece un montaje paralelo muy correcto mostrando a ambos protagonistas y haciendo que el espectador realmente vibre por ellos.

En cuanto al sonido, destacar la introducción constante que hace Peter Burguess de ls gritos del dugongo y otros animales, apoyando con esto la tensión y extrañando toda la tranquilidad del paraje, y también ayudando en la introducción de los sustos inmediatos que comentaba anteriormente. Aún así, en ocasiones todo este uso de los gritos de los animales se vuelve demasiado falso y saca un poco de la película al espectador.

El principal problema que tiene el film a nivel general, recae en las actuaciones, y no es que sean especialmente malas, sino que son dos personajes con demasiado peso en la historia y que parecen hacérseles grandes a los actores, especialmente a Briony Behets, que deja a su personaje en un punto demasiado falso y frío, cargándose mucha de la carga dramática que podría tener toda la historia. John Hargreaves por su lado, tampoco llega a crear a un personaje demasiado profundo, pero al menos sí consigue en cierto modo transmitir algo de él, y hacerlo creíble, aunque solo sea en lo justo.

Resumiendo, un film curioso y original que pierde demasiado por el poco interés de los protagonistas, aún a pesar de estar relativamente bien planteada desde el punto de vista técnico y narrativo (especialmente el final).





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.0
Técnica: 7.0
Guión: 7.5
Actuación: 6.0

TOTAL: 7.0

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