Título: The Pig Keeper's Daughter
Director: Bethel Buckalew
Año: 1972
País: USA
Duración: 92
Moonbeam (Terry Gibson), la hija del criador de cerdos es conocida por el pueblo por ser una muchacha inocente, que se deja hacer de todo por los hombres. Sus padres quieren conseguir que encuentre a un hombre que la quiera y la cuide, y cuando un forastero llega, no dudan un instante en plantearse el juntarlos. Por otro lado, está Pretty Patty (Patty Smith (A.K.A. Peggy Church)), una joven virginal, que cada vez tiene más interés en qué se sentirá.
No les ocurre que, con solo leer el título y sentirlo resonando dentro de sus cabezas, notan una tremenda sordidez que se desprende de él? Personalmente, me ocurre. Lo de hablar sobre la hija de un granjero, especializado en la cría de cerdos, me parece que deja muy clara la intención de sexploitation, con la suciedad y la estupidez por banderas, como corresponde a tantas cintas del género, haciéndonos pensar en pelis como la muy similar ya desde el título The Farmer’s Daughters, que no obstante presentaba un cariz más pornográfico que la presente, además de ser más seria y compleja en la trama. Además, todos nos hacemos una idea de los peligros estereotipados de jugar con las hijas del rural, como en el cortometraje Amor Serrano, y esto no hace sino añadir interés, o al menos curiosidad, hacia el visionado de la película en sí misma. Y a esto ya le podríamos sumar las ideas que desvelan PsyOpus en su tema homónimo por introducir más sordidez en las relaciones con los cerdos.
La pena es que una vez que la ponemos, se queda, como prometía, en la simple muestra de varias escenas de sexo, pero con un hilo conductor sumamente fino y sin demasiada gracia en los interludios, a pesar de que en cierto modo sí se busca ese tono de comedia que atraía en un principio. La gran pena es el hecho de que no existe un conflicto apenas definido para unir todo esto, dejando todo el film en una anécdota de imágenes diseñadas para la muestra de carne. Y a ver, sé que es una película cuya intención es la muestra de sexo y nada más, pero joder, por culpa del descuidar el elemento narrativo, no se logra interesar en absoluto al espectador, y se demuestra que esto hace ganar en gran medida a otras obras del género, ya que es la razón principal por lo que films como Garganta Profunda, Emmanuelle o las obras de Russ Meyer lograron hacerse un mínimo hueco en la memoria colectiva cinéfaga, frente a obras como la presente, o la mayoría del porno, tanto hardcore como softcore, moderno.
Además, el ritmo se destroza en varias ocasiones por culpa de estas escenas de sexo, resultando tremendamente largas y repetitivas, a pesar de lo cual debo admitir que sí tienen algo de gracia en cuanto al cómo llegar hasta el momento del folleteo, especialmente el extraño gag del tipo atado y la sugestión de una violación homosexual (que no llega a más que a la sugestión, para variar el resto del film).
Si a todo esto le sumamos una dirección no excesivamente buena, cuyos únicos méritos están en algunos planos para mostrarnos los descomunales pechos de casi todas las actrices, pero que hace más que evidente el hecho de que se intentaba no mostrar demasiado los genitales de los actores (grandes momentos de ellos tapándose con la pierna para evitarlo), y que, aunque intenta innovar en cuanto a algunas aberraciones o algunos planos hechos con objetos en primer plano, no consigue dramatizar ni contar nada con ellos, solo darle un poco más de variedad a lo que vemos.
Ya respecto al sonido, estamos ante un despropósito mayúsculo, con las voces de los polvos grabadas a posteriori pero sin pretender siquiera doblar a los actores, pareciendo solo ambientar con gemidos y algunas frases no demasiado acertadas. A esto, le añadimos fallos de raccord de sonido en varias ocasiones, sin preocuparse de que los diálogos queden uniformes, y marcando qué planos son tomados desde más cerca del actor.
Y los actores, sencillamente horribles. Ellas, escogidas solamente por sus cualidades físicas, con unas tetas que recuerdan a las de divas ochenteras como Sabrina Salerno, pero que realmente no son capaces de hacer nada más que mostrarse, y ellos, pues poco mejor lo hacen, aunque sí lo suficiente para el tipo de película que estamos planteando. Destacaría, aún así, al criador de cerdos, interpretado por Buck Wayne, y que logra al menos transmitir la suciedad que plantea el personaje en sí mismo.
Vamos, una sexploitation justita, que ni plantea el estructurar una historia, y que tampoco acaba de resultar demasiado excitante, aunque cuenta con mujeres de bustos generosos y algunas situaciones divertidas.
PUNTUACION
Originalidad/Riesgo: 6.0
Técnica: 5.0
Guión: 3.0
Actuación: 2.5
TOTAL: 4.0
Originalidad/Riesgo: 6.0
Técnica: 5.0
Guión: 3.0
Actuación: 2.5
TOTAL: 4.0
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