martes, febrero 15, 2011

La Venganza Del Sexo

Título: La Venganza Del Sexo


Director: Emilio Vieyra


Año: 1969


País: Argentina


Duración: 87









El Dr. Zoide (Aldo Barbero) es un científico loco que se dedica a raptar gente con ayuda de una especie de monstruo-zombi deforme. Su intención es la de dominar el sexo mediante la ciencia, y necesita gente para ponerlos a practicarlo. Todo ello, por supuesto, tutelado por un cerebro parlante. Pero un periodista (Ricardo Bauleo) se interpondrá en su camino, intentando descubrir su trama, colaborando de cerca con la policía. Para ello, tendrá que enfrentarse a sus guardianes zombis y arriesgarse a ser una víctima más de sus experimentos.

Antes de empezar, y ya que hoy coincide... FELIZ BIG CULO DAY 2011!


Si hay una cosa impresionante en el mundo de la exploitation es la caradura de tantos productores y distribuidores a lo largo y ancho del mundo. Y su pura preocupación por sacar rendimiento a sus pelis. Digo esto por la gran cantidad de escenas introducidas para la versión americana, con desnudos integrales, lesbianismo e incluso orgías, buscando explotar, aún más, el carácter de sexploitation que ya la original tendría de por sí. Y según cuenta Darío Lavia en el 2000 Maníacos (#26), sin pagarle.

Porque sí, la original ya plantea una trama que no es más que una excusa psicotrónica para hacer una peli con algunas tetas, probablemente intentando explotar en lo posible la salida que otras cintas argentinas, como las de Armando Bo con Isabel Sarli, estaban teniendo por lo alto del continente. Que tampoco vamos ahora a llorar porque le estropearan la peli a Emilio Vieyra. Digamos que solo la tunearon un poco para mercados más abiertos que el argentino.

De todos modos, eso, que es una pena no tener una copia de la versión original al menos para compararlas. Y así, ya aviso, que el análisis lo hago sobre esta, imaginándome qué estaba y que no. Pero coño, que teniendo en cuenta lo bizarro del conjunto, tampoco es un problema. Así que termino con las disertaciones sin sentido ni interés sobre la distribución exploit, y comencemos con el análisis.

Siempre procuro evitar comentarios de estética, y todo el mundo es libre con su cuerpo. Pero ante esto yo solo puedo gritar: VIVA LA DEPILACIÓN!


Lo primero, el guión. Ya han visto arriba lo psicotrónico de la idea. Aún así, la trama acaba resultando bastante sosita y anodina, por lo vacía que se queda. Y es que a la falta de información en cosas tan necesarias como el porqué el dr. Zoide (Curiosidad que acabo de aprender: poner una Z después de Dr. hace que mis dedos se escapen a escribir Zaius…) está ahí haciendo esos experimentos o el a qué viene eso de los 200 años de investigación, se le suman partes donde la idea se va por las ramas, dándonos algunos momentos más bizarros como el enamoramiento del monstruo, pero que no ayudan. Y mucho menos aún, toda la parte de la investigación. Pero bueno, eso es un tipo de tramas a las que soy reticente por mí mismo.

Con ello, el ritmo se vuelve totalmente irregular, y eso sumado a los insertos larguísimos de sexo (la peli tarda 15 minutos en empezar realmente, por culpa de los primeros, y calculé que en total pueden superar los 15 minutos) tampoco ayuda a que la historia enganche al espectador, volviéndose cada vez más lenta y alargando en lo posible para llegar a la duración de largometraje. Aún con todos los elementos extravagantes y algún diálogo algo divertido como las rajadas sobre su mujer que hace el barman (Justin Martin), se acaba haciendo pesada. Pero bueno, esto tampoco es totalmente culpa del guión. Porque tampoco hay que obviar la dirección.

El monstruo-zombi mayordomo-ayudante. El verdadero protagonista en la sombra, como todo el mundo sabe.


Desde ese aspecto, hay que reconocer que Vieyra consigue un ambiente malsano y con puntos sórdidos muy interesantes teniendo en cuenta el bajo presupuesto. Pero con el problema de que todo se vuelve exageradamente lento y pesado, especialmente en la parte final. Las secuencias de acción se hacen torpes y sin ritmo, y los momentos de diálogos, extremadamente sosos. Por suerte, algunos planos le van dando golpes de fuerza a la historia, y partes como las del doctor transformándose sí llegan a tener interés.

Además, la dirección de foto de Aníbal González Paz le echa una gran mano en toda esta ambientación, gracias a un uso cojonudo de la iluminación y de la película en blanco y negro, transmitiéndonos un espíritu que proviene directamente de la serie B americana de los 50, y con un gran énfasis con las sombras en los interiores que parece intentar beber del expresionismo. En los exteriores, evidentemente ya no tanto. Es lo que tiene rodar de día, que el sol no es fácil de regular. Y aún así hay un plano de crepúsculo, o quizás una falsa noche, que se hace bastante bonico.

Aunque no se lo crean, hay quien necesita mirar esto un par de veces para asegurarse que el de arriba es el del retrato robot.


Las actuaciones tampoco lo ponen fácil para darle ritmo, que conste. Tremendamente apagadas todas ellas, y solo resultando algo interesante la del mad doctor Aldo Barbero, que aún así se contiene muchísimo y acaba resultando muy poco loco para mi gusto. Que conste que al menos va siendo coherente y algo creíble, con un mínimo de fuerza. Algo totalmente contrario a lo que hace Ricardo Bauleo, tremendamente ineficaz a la hora de conseguir que nos importe un mínimo su personaje, y muy apagado todo el tiempo.

Por parte de Susana Beltrán, algo mejor, aún así forzada en casi todo el tiempo que está en pantalla, y teniendo que interpretar a un personaje tan poco lógico que es normal que se hiciera un lío la pobre con como hacerlo. Y Gloria Prat, otra que tal baila, con una actuación fría y lejana, dedicándose a soltar sus frases y poco más, resultando tan anodina como el protagonista. Si al final los mejores acaban siendo los zombies, el cerebro y el monstruo, que al menos hacen bien su cometido en la historia!

Así son los cerebros parlantes, por si nunca han visto uno.


En el resto del apartado técnico, un montaje de Jacinto Cascales sin alardes ni complejidades, pero tampoco sin demasiados errores más allá de la falta de ritmo, que se le debe atribuír, como decía, más al apartado de la dirección que a ningún otro. Por mucho que desde aquí quieran pensar en lo que alarga las escenas. Único, para destacar, algunos momentos de planos superpuestos como es en la pantalla que me recordó horrores a la de Robot Monster por la técnica, o las transformaciones, fundiendo planos de la mejor manera posible dadas las condiciones. Pero poca cosa más. Como curiosidad, destacar esa diferencia entre las escenas rodadas originalmente y los insertos, con momentos que destruyen el raccord como parejas follando que de repente se convierten en 4 personas por arte de magia, o ver al protagonista poniéndose los gayumbos en un simple cambio de plano. Pero bueno, eso solo son detalles que no restan a la cinta, sino que le dan ese encanto que tiene la explotación.

Aldo Barbero, flipándolo y explicando su plan de dominación.


Y en el sonido, pues quizás no debería meterme demasiado, porque la copia está con el idioma original, pero variando constantemente en los momentos sin diálogos a un sonido que parece totalmente postproducido y que no sería de extrañar que respondiese a la versión americana, con cachos cortados y pegados. Pero bueno, tomándolo como bueno, decir que se queda muy vacío en muchas partes, y con una calidad bastante bajita correspondiéndose con la falta de presupuesto. Aún así, podría rellenarse un poco, porque ese silencio es parte de lo que ayuda a caer en la pesadez a la peli. Y la banda sonora, poco interesante y excesivamente cansina en todas las veces que tenemos que ir soportándola a lo largo de la historia.

Para rematar, podríamos hablar un poco de los efectos, con esas máscaras sacadas de las peores tiendas de chinos de la época (y el led en la del monstruo queda cojonuda, hay que admitirlo), y momentos como el del cuchillo clavándose, que reflejan el espíritu y la base sobre la que se construye toda la cinta. Eso sí, el cerebro al menos, aunque no parezca demasiado un cerebro, una vez nos lo creemos se hace entrañable. Y era uno de los puntos más difíciles de lograr.


Si, zombies guardianes con perros. Qué pasa?


Resumen:
Una peli que, a pesar de su argumento totalmente demencial se acaba haciendo pesada por una mala dirección y un guión no del todo trabajado. Además, los actores no ayudan, y, desde luego, los insertos de sexo que se rodaron para vender en el mercado americano, tampoco.




PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Técnica: 6.5
Guión: 5.0
Actuación: 3.0

TOTAL: 6.0

1 comentario:

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