lunes, septiembre 13, 2010

The Big Red One (Uno Rojo: División De Choque)

Título: The Big Red One


Director: Samuel Fuller


Año: 1980


País: USA


Duración: 162









Basado en la experiencia de guerra del propio Samuel Fuller, nos cuenta la historia de El Sargento (Lee Marvin) (El personaje en créditos es llamado “El Sargento” y solo da un nombre, que podría ser falso aunque no tiene por qué, en una escena: Possum), un veterano de la 1ª Guerra Mundial que ahora está al frente de uno de los escuadrones de la 1ª División de Infantería, también conocida como The Big Red One. Dentro de este escuadrón, se irá forjando una amistad especial entre cuatro de sus miembros, Zab (Robert Carradine), Griff (Mark Hamill), Vinci (Bobby Di Cicco) y Johnson (Kelly Ward). Juntos, se mantendrán a lo largo de la lucha contra el ejército alemán, pasando por África, Sicilia, el desembarco de Normandía o la entrada en Checoslovaquia a los campos de concentración.

Los sres. Miller y Rodriguez no inventaron nada en Sin City.


A lo largo de la vida de cada persona hay experiencias que marcan el devenir y crean un punto de inflexión que nunca se podrá borrar. La vida y errores cometidos en la adolescencia como en Sleepers, la muerte de un padre, como le ocurría a Íñigo Montoya en La Princesa Prometida, un asesinato y la pasada por la cárcel como en Solo Contra Todos… Pero si hay algo que realmente ha servido para la creación de la ficción con esta base es la guerra.

Y es que, pasarse varios meses o años con la vida en riesgo, sin más compañía que tus colegas de escuadrón y asesinando, o mejor dicho matando, como especifican en la peli (que hay que diferenciar moralmente), a un montón de gente desconocida sin realmente llegar a estar seguro de lo que uno hace, tiene que marcar. Y si alguno sí está seguro, es que ya viene marcado y tocado de experiencias anteriores. Por eso, gente como el sr. Hemingway o el sr. Fuller aprendieron a aprovechar su experiencia dentro de la guerra para producir ficciones cercanas a la realidad y mostrar con ello lo horrible y duro de los conflictos.

"Apuesto a que el tío que inventó esto nunca pensó en que se usaran en un fusil"


Contada con una narración en off de uno de los cuatro soldados que consiguen mantenerse al lado de El Sargento, consigue con ello hilar una serie de anécdotas que mezclan las incursiones militares y los momentos de acción con unos cuantos instantes de disfrute y tranquilidad como lo es la fiesta que celebran en Bélgica o los viajes hacia nuevas localizaciones, casualmente coincidentes con las experiencias del propio Fuller.

De todos modos, el guión peca de bastante falta de información hacia el espectador, dando por sentado que éste reconoce muchos de los momentos y cuestiones que se tratan, como lo es la existencia y el trabajo de la Big Red One, sumándose esto a la tremenda falta de cohesión y continuidad entre las acciones y a lo excesivo que se hace el metraje en la versión reconstruida que analizo, resultando con todo esto la posibilidad de conseguir que se pierda. No obstante, en gran medida lo que consigue si el espectador sigue dentro del film es ganar una mayor catarsis con los protagonistas, que más o menos tendrían la misma información. Y que tampoco es que esté ambientado en una guerra desconocida, ni en momentos demasiado complicados de reconocer, o aunque sea de entender, ayuda a esta segunda opción.

Ya saben, si quieren engañar a un comendo nazi, nada mejor que una loca con muñecas.


Todo esto, también debido a una dirección del propio Fuller que se centra más en la acción y en el mostrar lo que ocurre que en apoyar al espectador en cuanto a orientarse desde el exterior de la batalla. Por fortuna, consigue la suficiente fuerza como para que, si entramos en el juego de los personajes, la historia se haga interesante, y vibremos ante los episodios mostrados, haciéndolos creíbles e hilando el conjunto con buen criterio. Se le echa de menos, si cabe, una mayor utilización de los idiomas locales para orientar, ya que en varios momentos vemos a alemanes hablando inglés entre sí, dejando solo la utilización de idiomas para las escenas en las cuales existen conflictos lingüísticos, y liando un poco para saber si son realmente alemanes o no al comienzo de las escenas. Además, la foto de Adam Greenberg, natural y creíble, jugando constantemente con las duras condiciones de visión con polvo, niebla y demás efectos que van causando las condiciones a las que enfrentarse en una guerra. Pero dejando esto de lado también hay una excesiva similitud y una evitación del contraste lumínico y ambiental entre África, Sicilia o la Europa continental en que se desarrolla la acción.

Según el Das Reich, en la manifestación había 100.000 personas.


Un montaje de Morton Tubor en el original y de Bryan Mckenzie en la reconstrucción que, como el resto de la cinta, acaba sobresaliendo mucho más a nivel episódico que en el global, aunque es desde donde mejor se intenta establecer la relación de situación para que el espectador despistado no se pierda. Así, consigue un buen ritmo y un buen acompañamiento a la narración, apoyando toda la ambientación de la dirección y logrando centrar la atención en los conflictos de modo correcto, jugando muy bien con el suspense de las emboscadas en varios momentos como lo es el del Cristo en la cruz.

Desde el sonido, un buen trabajo, primando el buen trabajo respecto al ambiente y a los diálogos, consiguiendo, sin perder la historia, que el espectador entre en la situación que viven los protagonistas. Además, jugando en varias ocasiones con música diegética, y dejando la extradiegética para momentos muy puntuales y principalmente de conexión entre batallas.

Mostrar lo horrible de la guerra es mucho más fácil con niños.


Destacar en las actuaciones al sargento interpretado por Lee Marvin, que se eleva como protagonista, que para algo es el líder, y que consigue un buen nivel de dureza y sensibilidad hacia sus soldados, aunque le falte un poco de fuerza en su faceta más emotiva, con momentos como es el final o el de la niña italiana. Aún así, logrando dar mucha personalidad al conjunto.

Los soldados, a un nivel similar, con un Mark Hamill que consigue un crédito más destacado por nombre pero que no se eleva sobre Robert Carradine, Bobby Di Cicco o Kelly Ward. De hecho, realmente entre los cuatro todos consiguen diferenciar y marcar profundamente sus personajes, e incluso si me tengo que quedar con alguno es con Robert Carradine, resultándome Bobby Di Cicco el más forzado. Del resto del plantel, podríamos destacar a Siegfried Rauch, duro y conciso en el poco tiempo que tiene en pantalla, y consiguiendo establecerse como un antagonista creíble y con fuerza, y a Perry Lang, algo forzado pero entrañable en su papel de soldado que casi entra entre los llamados cuatro jinetes.

Que sí, que también hay batallas. Ahí está el desembarco de Normandía.



Resumen:

Una película que muestra con conocimiento de causa los horrores de la guerra, haciéndose dura y efectiva en su dirección, a pesar de resultar excesivamente inconstante al dividirse en demasiadas batallas y no lograr una línea bien cohesionada. No obstante, a nivel episódico, funciona bien y se hace entretenida.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 6.5
Técnica: 7.5
Guión: 6.5
Actuación: 8.0

TOTAL: 7.0

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