jueves, abril 28, 2011

Crebinsky

Título: Crebinsky


Director: Enrique Otero


Año: 2011


País: Galicia


Duración: 92









Feodor (Miguel de Lira) y Mijail (Sergio Zerraeta) son dos hermanos que, por culpa de una inundación, se quedan aislados de la sociedad. De todos modos, sobreviven junto a su vaca Muchka en un lugar de la costa, donde sus días transcurren tranquilamente mientras recogen objetos que trae el mar. Su realidad será alterada cuando, tanto los nazis como los americanos se acerquen a sus vidas, aunque no sean capaces de influenciar directamente su mundo extraño y fantasioso.


Otros sacan a pasear al perro... Urbanitas!

Normalmente, cuando me pongo a hacer estos comentarios de cine, lo hago tras ver las pelis en casa, tranquilamente, con libertad para revisionar algún fragmento o parar a echar una meada o coger un piscolabis (siempre quise usar esta palabra en algún texto, maldita sea). No obstante, cuando vas al cine este tipo de privilegios no están ahí, y a ello se suma que haya gente que puede incordiar pululando por la sala. Por otro lado, suelo hacerlos justo al terminar la peli, levantándome desde el sofá hasta el pc y poniéndome a escribir. Pero en esta ocasión no, he ido al cine, he visto la peli, he vuelto a casa, me he dormido viendo otra peli aquí, y me he levantado para escribir el análisis. Así que disculpen si algún elemento puede quedar más descolgado, pero es que ni siquiera la vi con ánimo de analizarla sino como espectador más o menos tradicional!

Para empezar, comentar respecto al estilo de la peli, esa mezcla de surrealismo y ambiente rural que enlaza directamente con el corto original de título casi idéntico (Os Crebinsky) que había aparecido allá por el 2002, y tomando mucho de las formas de hacer cine de Kusturica en cosas como Gato Negro, Gato Blanco (y con la que, al igual que en esta, me enfrento en mi gusto subjetivo al espectador medio, por lo que se ve del boca a boca). Incluso al respecto de esa mezcla, he leído de quien la compara con ¡Maldito Bastardo!, con la cual no puedo ser un juez imparcial, lógicamente, pero que considero en otro punto totalmente distinto por sus excesos para con el cine de terror, aunque conserve esa misma base de surrealismo rural.

Pistolas, mar, fachas y alemanes. Quitas la vaca, y es como estar en levante.

La verdad es que, de pasada, la idea de Os Crebinsky es más que correcta y atractiva, un punto de inicio extraño y extravagante y un mundo propio y bien establecido que enlaza, como su cartel ya hace ver, con muchos elementos de realismo fantástico. No obstante, la peli se ve bastante perjudicada por dejarse estancar en esa idea de la muestra estética y extraña de ese mundo, y olvidarse del contar una historia que enganche un poco más, o presentar situaciones un poco más divertidas. Porque la historia existe, si, pero se va dividiendo en 2 partes claras, una mientras están en la cabaña y los americanos los observan, y otra cuando se salen de esa zona para entrar en el mundo y son perseguidos por los nazis. Ambas parecen corresponder a una influencia de un formato televisivo de gags y de planteamientos de situaciones fragmentadas más que a intentar contar algo en sí mismo. Y aún por encima, salvando algún momento puntual como es el del saludo a los nazis, sin demasiada gracia pese a su pretensión de comedia. Por cierto, comentar aquí que, aunque siguiera los cánones legales con los animales, cosa que no pongo en duda y más conociendo a los responsables, decir que me dio algo de pena la vaca hacia el final, que al menos seguro que sufrió bastante stress.

Aún por encima, la falta de diálogos hace que se haga un poco pesada, por mucho que me parece una decisión más que correcta y una muy buena idea para presentar a sus personajes que ayuda mucho en la ambientación, pero que no ayuda en el tono de comedia que tiene la historia. En ese sentido, de hecho, y dejando de lado esa posible pesadez, retomando un poco de Le Dernier Combat, con esa comedia muda que no hace gracia pero crea un aura ligera en toda la peli que al menos se agradece y hace que deje un buen sabor de boca al respecto. Aún así, esa falta solo es de los protagonistas, puesto que el resto sí que hablan, y consiguen, además, un juego muy interesante de idiomas mezclando gallego, español, alemán e inglés que consigue aumentar en ocasiones el absurdo, amén de aumentar las diferencias idiosincrásicas de cada colectivo, aunque caiga en tópicos como es con los yankees.

El trabajo en equipo, fundamental para mantener una casa en tan buen estado.

Los personajes, además, ayudan como digo en esa falta de diálogos, puesto que sus idiosincrasias de quedarse fuera del mundo los hacen seres alienados y externos al mundo que conocemos habitualmente. Así, tanto Miguel de Lira como Sergio Zerraeta consiguen unos personajes bastante bien logrados y tiernos, especialmente hacia el final, que si bien no consiguen contactar con el espectador casi en ningún momento, no es lo que intentaban, así que en ese sentido perfectamente.

En cuanto al reparto, la presencia de Luis Tosar me parece que pesa demasiado para el mercado interno gallego, y también para el español, que son por lógica los principales a los que está orientado el film, y sobre todo por el hecho de hablar en inglés, que hace ver más al actor que al personaje, y especialmente por el tono satírico con el que se comporta. Del resto, muy bien Celso Bugallo también en su juego de actuación sin palabras y enfrascado en su mundo, y también Olivier Bigalke como oficial nazi. Farruco Castromán también a buen nivel como soldado franquista, pero más externo al universo de la peli que el resto, cosa que también le ocurre a Patricia de Lorenzo. Entre los restantes, más o menos sin ningún destaque especial, pero acompañando bien la historia.

En el aspecto técnico, la dirección de Enrique Otero, bastante sencillita y sin intentar lucirse demasiado, quizás por cuestiones presupuestarias. Pero también sin llegar a hacer un gran apoyo del surrealismo, tal y como podría haber hecho. Ayudado por la fotografía de Sergio Franco, también sencilla, sobre todo por ser en exteriores en su mayoría, pero logrando unos planos tremendamente bonitos jugando con las formas y colores de la Costa da Morte, y también de los bosques gallegos, buscando precisamente apoyar esa fantasía y maravilla del mundo de los Crebinsky, e incluso el contraste de la naturaleza con lo rural y el abandono.

La vaca, el mejor amigo del niño.

A esto ayuda el montaje de J.R Lorenzo y el propio Enrique Otero, especialmente destacable en las transiciones a flashbacks, que si bien están demasiado presentes nos ayudan a entender la vida de estos dos individuos y cómo llegaron en mucho a ser quienes son. Por lo restante, criticar si acaso algún momento donde los cortes se hacen incómodos y parecen destacar la filmación en lugares diferentes, cosa que se me agudizó también por el hecho de conocer bastante bien algunos de los parajes, pero consiguiendo un ritmo bastante bueno en cuanto a la narración. Y destacar también la secuencia inicial en stop motion hecha por Juan Pablo Echeverry y su enlace con la imagen real, perfecta para meternos ya en vereda del estilo de la peli, explicando someramente qué es lo que les sucedió a los protagonistas.

El sonido, de Xavier Souto, pues primordial como es lógico al haber esa falta de diálogos, y con muy buen nivel, donde destaca ese juego de equívocos en momentos por culpa de ellos, o descubrimientos como el de la vaca. Además, ayudando a la perfección a las distintas ambientaciones que tendremos en el film, y apoyado con una música de Pablo Pérez que evidencia ese beber de la zona de Europa del Este (si no llegaba el propio argumento y el nombre), mezclado con lo de aquí, que se hace entretenida.

Bodas de rusos y gallegas, pocas ha debido haber en esa época, pero debían ser divertidas.



Resumen:
Una peli con muy buenas ideas y un buen trabajo técnico para llevarlas a cabo, pero que por esto se queda principalmente en una estética interesante, fallando sobre todo en el guión, que podría haber llegado a ser más entretenido y con algo más de historia para hacerse realmente interesante.



PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Técnica: 8.0
Guión: 5.5
Actuación: 7.0

TOTAL: 7.0

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jueves, abril 21, 2011

La Casta De Los Metabarones

Título: La Caste Des Méta-Barons


Autor: Alejandro Jodorowsky (guión), Juan Giménez (dibujo)


Año: 1998-2003


País: Francia


Edición: Reservoir Books


Tomos: Integral de 584 pag.









Los Castaka son una casta guerrera con unos códigos rígidos de conducta, mantenidos para ser siempre los mejores guerreros del universo, que los ha llevado a recibir el título de metabarón. Entre estos códigos están hechos como que cada nuevo hijo debe asesinar a su propio padre al llegar a la edad adulta para hacerse metabarón, o que deben lograr el dominio absoluto del sufrimiento físico y mental, sustituyéndose las partes del cuerpo perdidas en el proceso por elementos robóticos.

Mírenlo qué mono... antes de convertirse en el guerrero más poderoso del universo.


Las sagas familiares son, sin duda, una de las bases de las artes narrativas. Ahí están ya como ejemplos los relatos en los que se basan las religiones, ya desde los griegos con todo su olimpo, hasta la judeocristiana, con toda su evolución descrita en el Antiguo Testamento. También dentro de la literatura aceptada como fantástica por todos entran estos conceptos, y ahí está El Silmarillion de Tolkien, o dentro del cine, obras adaptadas como El Cuarto Mandamiento o Gigante, donde la saga era un poco más limitada que en los restantes ejemplos, también debido a las limitaciones del medio, o incluso estando Star Wars también ahí, evidente influencia para el presente cómic aunque solo sea por su importancia en la ciencia ficción.

Es dentro del cómic donde este concepto consigue un mayor desarrollo, aunque sea por las simples motivaciones comerciales del seguir semana tras semana con nuevas entregas de los mismos personajes, configurando así universos complejos que van evolucionando, por parte sobre todo de las grandes compañías Marvel y DC. También dentro del manga existen cosas similares, y ahí está Dragon Ball y todo su universo. Aunque en estos casos, precisamente esa cuestión comercial que lo va creando les hace perder lógica y coherencia en más de un momento, todo hay que decirlo.

Fuck yeah, eso es conducir con cojones.


Coherencia que aquí está perfectamente cuidada desde un comienzo, dándole su carácter de obra cerrada y definida. De este modo, la evolución de los Castaka se va presentando al espectador desde el nacimiento de la casta bajo el cargo de metabarones. Precisamente esta evolución se va consiguiendo explicar con fuerza en cada uno de los episodios en que se divide gracias a centrarse en cada uno de los castakas y haciendo así una propia estructura bastante cerrada en cada uno, aunque con los cliffhangers necesarios para enganchar directamente con el siguiente todos los problemas y dudas que van teniendo en cada una de las generaciones, y sobre todo las vueltas y vicisitudes por las que se superan para dar continuidad a la saga.

Aún así, la metanarración que supone la historia de Tonto y Lothar, en ocasiones puede acabar sacando de quicio por sus excesivas interrupciones que no parecen llevar a demasiado, además de por su excesivo énfasis en un lenguaje que demuestre su condición de robots y haga un intento de orientar al lector sobre la realidad y los posibles cambios que ha sufrido la raza humana y el universo dentro de ese tiempo en que nos ambienta la historia. No obstante, gracias a esto también se llega a tener presente su existencia, elemento esencial para enganchar con el final de la historia y de Sin Nombre, el último metabarón.

Y claro, como decía antes al respecto de la coherencia, pues con personajes muy definidos y que evolucionan según unas explicaciones lógicas y creíbles, aunque algunos detalles pueden resultar algo chocantes, en especial desde el momento en que entra en juego Cabeza de Hierro, el personaje más complejo de todos en su concepción como personaje apenas humano a pesar de obedecer ciertos elementos de pensamiento humano y no puramente robótico gracias a su espíritu de metabarón.

Sí, Lobezno también influye aquí, como no!


Además, todo ello con giros extraños y en ocasiones bastante enfermizos, que recuerdan a los elementos con los que se jugaba en las tragedias griegas con esas traiciones que pueden llegar a provocar incestos solo por amor y para seguir la intención del amado en continuar con la saga, o incluso vueltas de tuerca sobre el vencer incluso a la naturaleza al no ser capaz de amar Cabeza de Hierro.

Donde sí podríamos echarle en cara una falta de fijación es en el aspecto de la ambientación, que si bien no cae en incoherencias, es gracias en gran medida a no explicar excesivamente en qué consiste ni como está organizado todo el universo que se nos presenta, mucho más complejo que el de El Incal, que solo se centraba principalmente en una Tierra, pero basado en él, y dejándose entrever solo a través de las historias una parte del mismo, suficiente para que el lector se pueda hacer una idea completando los huecos, pero que también hace pensar en las maravillas que se podrían haber relatado al respecto, aunque se saltaran la lógica que es que Tonto no tendría que explicar ese tipo de detalles a Lothar.

Estos son los dos robotijos que nos irán guiando y tocando los huevos con sus interrupciones.


Y en cuanto al dibujo, pues un trabajo muy bueno, en busca de un aspecto sobrio dentro de la imaginería fantástica e hiperfuturista que se plantea, aunque con la pega de centrarse excesivamente en los personajes, y dejar solo para ciertos momentos las presentaciones más generales y globales, perdiéndose con esto esa oportunidad que citaba antes de mostrar con mucha más riqueza la realidad narrada y sus características como las puertas dimensionales, espacios abiertos transitados, etc. También se podría echar en cara una falta de definición en los propios personajes cuando no están en primer plano, así como momentos demasiado faltos de realismo en cuanto a algunas caras de los rivales, que contrastan con el buen hacer en los diseños de los monstruos más grandes.

Donde sí destaca muy favorablemente el dibujo es en la muestra de las luchas y las escenas dinámicas, consiguiendo mucha fuerza e intensidad en ellas, y fallando si acaso en el excesivo celo moral al respecto de mostrar la brutalidad de las mutilaciones de los metabarones o de las escenas con un contenido sexual, donde esa falta de definición que comentaba más arriba, o la ocultación se hacen demasiado patentes.


Y esto, un Cetacyborg, uno de esos maravillosos monstruos de Juan Giménez.




Resumen:

Un cómic con muy buen ritmo gracias a un guión perfectamente planeado, que a pesar de su complejidad no tiene problemas en la narración, y con un dibujo agradable que aunque podría mejorarse, apoya muy bien la historia y la ambientación hiperfuturista con mucha influencia cyberpunk que tiene, enganchando enormemente con todo ello.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 8.5
Dibujo:: 7.5
Guión: 9.0
Personajes: 9.0

TOTAL: 8.5

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jueves, abril 14, 2011

Antes Del Incal

Título: John Difool Avant L'Incal


Autor: Alejandro Jodorowsky (guión), Zoran Janjetov (dibujo)


Año: 1988-1995


País: Francia


Edición: Norma Editorial


Tomos: Integral de 296 pag.









John Difool es un chaval criado en los suburbios de un mundo degenerado, Tierra 2014. Las posibilidades de salir adelante para él son casi nulas y más cuando pierde a sus padres. Pero todavía está la opción de convertirse en detective, para lo cual tendrá que pasar una prueba de investigación que lo introducirá en secretos nada cómodos de desvelar para los corruptos gobernantes.

En Tierra 2014 los bomberos ya no son lo mismo...


Lo de hacer precuelas es algo más o menos habitual. Creo que sería absurdo hablar aquí de Hannibal o La Amenaza Fantasma como dos grandes ejemplos de sobras conocidos. Quizás, por similitud al tema que nos trae, podríamos hablar más de las dos precuelas de Dune, Preludio A Dune y Leyendas De Dune (casualmente podemos recordar que el propio Incal nace de la frustración de los sres. Moebius y Jodorowsky a la hora de hacer la versión cinematográfica de la novela de Frank Herbert). Pero bueno, serían cientos los ejemplos que podríamos poner en la ficción, desde siempre, pero especialmente desde los 70.

Al respecto de la apreciación que tienen, hay que reconocer que es raro que al público lleguen a entusiasmarle este tipo de productos. Porque mola eso de ver qué era de los personajes antes de que los conociéramos, pero claro, tenemos una serie de ideas prefijadas, y la nueva historia debe conducir directamente a estas ideas. Y no siempre se consigue. Ni siquiera en las secuelas, y eso que cuentan con mucha más libertad narrativa al respecto.

Ahí tenemos a un joven John Difool en el mejor ambiente para criarse y ser un hombre de provecho, los burdeles.


Este es en gran medida el defecto que se encuentra en este volumen. Si bien la obra en sí misma no plantea una mala historia, la idea que se prefija después de leer una joya de la ciencia ficción filosófica como es El Incal, es que aquí debería haber elementos muy similares. Sin embargo, el sr. Jodorowsky opta por una óptica mucho más de aventuras, con su punto de suspense metido por medio de una investigación, que además nos lleva a ver la suciedad del mundo en que estaba ambientada gran parte de la historia original.

Desde este punto, y ya despegándola todo lo que puedo de la original, debo admitir que la lectura es bastante amena y entretenida, enganchando en su justa medida. La división por álbumes, correcta cerrando y abriendo nuevas tramas constantemente, y variándolas y evolucionando, pero dejando siempre ese arco argumental global que hila todo y nos lleva hasta el final sin perder la coherencia ni el interés por los personajes.

Ahora bien, es en el final donde toda esta coherencia se ve alterada por esa necesidad de cerrar página dando pie a que El Incal tenga relación directa con el argumento y con el devenir vital de John Difool, y aquí la historia comienza a acelerarse dando las cosas demasiado por el aire y con demasiada simplicidad para justificar ese comienzo e intentar tener las tramas cerradas y que no queden posibles flecos. Y esto, introduciendo, en ese último capítulo, nuevos personajes que aparecerán después, y solo dando un pequeño tinte sobre ellos para explicar, ahora sí, un poco de lo que era la historia urdida para esa obra siguiente en el tiempo de la narración.

ME ENCANTAN los personajes de cómic con nombre evidente, como Cabeza de Caracol.


Todo ello, eso, buscando una suciedad absoluta en el mundo en que se ambienta, con una sociedad tremendamente decadente llevada al consumismo irrefrenado y al abandono hacia los placeres, donde la TV retransmite las muertes en directo como espectáculo, y la división social es una total y absoluta diferenciación de clases. Es decir, esa crítica vaga hacia distintos aspectos de la sociedad contemporánea, ya clásica de las distopías, encontrándose desde 1984 hasta V de Vendetta o Blade Runner. Eso sí, con ideas bastante divertidas en cuanto a las perversiones y la degeneración de la carne que va unida a esa degeneración social.

En ese mundo, esos personajes representan perfectamente esa degradación y decadencia social, y así lo hacen ver en los giros que van pegando, pero centrándose en definir demasiado a los buenos, los malos, y los que son maltratados y controlados por los malos, dejando entrever demasiada diferencia y mucha falta de ambigüedad, que condiciona a una evolución simplista y maniqueísta hacia la creación de un héroe, una heroína y unos amigos, que siguen bastante bien el viaje del héroe clásico de Joseph Campbell. Cosa que también perjudica y provoca esa aceleración y variación absoluta del final, que rompe con todo lo que fue estableciendo y pervierte también en cierto modo ese camino.

En la traducción española, al monstruo se le llamó El Insaciable. Sea cual sea el nombre, es genial.


El dibujo, de Zoran Janjetov, sigue muy de cerca la línea marcada por Moebius, con esa caracterización marcadamente dibujada, olvidándose de la búsqueda del hiperrealismo, pero con trazo fino y buena atención a los detalles. Aunque evidentemente con unas cuantas diferencias, y es que Janjetov le da una importancia mayor a los detalles físicos, y obvia más los ambientales, como se ve además claramente en esas páginas finales, donde copia mucho del comienzo de El Incal para ir hilándolo, y llega a hacer viñetas básicamente idénticas, cosa que beneficia para elementos como lo es el diseño de personajes llenos de tumores, que consiguen de este modo ser realmente asquerosos.

Echar en cara, algo de pacatismo (cosa de censuras de la editorial al recolorearlo, pero aceptadas supuestamente por los autores), ejemplificándose esto en una viñeta de esas copiadas donde ahora hay sujetador donde antes había tetas. Aún así, reconocer que hay bastante violencia en momentos, con degollaciones y cortes varios incluidos, pero con poquita sangre. Además, falla también en una estaticidad excesiva en algunos fragmentos de la historia, como la lucha de los anarcopsicóticos en la tv, donde no acaba de coger la fuerza que podría por el guión, al separarse demasiado la acción de una viñeta de la siguiente. Que conste que, en general, con un acabado bastante interesante y que funciona.

Y ahora, comparen dibujo con el que salía en el análisis de El Incal.



Resumen:

Una obra interesante por sí misma, mucho más sencilla que El Incal, y bastante entretenida pero con el problema de estar conectada con dicha obra, perjudicándose a sí misma al tener que traicionar ideas para explicarse como precuela.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Dibujo:: 8.0
Guión: 6.5
Personajes: 6.0

TOTAL: 7.0

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sábado, abril 09, 2011

El Amor Es Una Perra Del Infierno!



Antes de que se me olvide, aunque es un poco tarde para hacerlo, avisar de que mañana, a las 8 de la tarde como pone en el cartel, y en el TNT como también pone (si es que no se para que escribo más de lo que pone ahí), me pondré a meter vídeo de fondo al proyecto electrónico/analógico ambient de la gente que ven ahí arriba.

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jueves, abril 07, 2011

El Incal

Título: L'Incal


Autor: Alejandro Jodorowsky (guión), Moebius (dibujo)


Año: 1980-1988


País: Francia


Edición: Norma Editorial


Tomos: Integral de 312 pag.









John Difool es un detective de pacotilla que un día, de pronto, se encuentra con que tiene en su poder el Incal, una pequeña pirámide de luz de la cual desconoce todo, excepto que le ayuda y tiene ciertos poderes. Pero mucha gente quiere robárselo, motivo por el que, con ayuda de su loro de cemento Deepo, irá escapando y encontrándose aliados esenciales para proteger el Incal, como el Metabarón, mayor cazarrecompensas del imperio, Tanatah y Animah, protectoras del Incal luz y del Incal negro, Kill, un hombre-perro, o Soluna, el andrógino perfecto nacido de Animah y criado por el Metabarón.

Si hay quien las come, por qué no cabalgar ratas?


En el mundo de la ficción seriada hay obras que suponen para sus autores, un continuo trabajo a lo largo de un montón de años, jugando a camino entre el continuo vagar y mirar hacia adelante para ir enganchando al público, y por tanto seguir existiendo, y la búsqueda de una consecución final, no entendible para el público hasta completarse. Esto podemos verlo en algunas pocas series televisivas, como Twin Peaks o Carnivale, o en gran cantidad de cómics, donde además el trabajo se vuelve mucho más personal que en audiovisual. Autores como Akira Toriyama, que tuvo como principal ocupación Dragon Ball durante 11 años aún a pesar de hacer otros trabajos y acabar tirando demasiado hacia adelante a ciegas (también debido al ritmo de trabajo), Alan Moore y David Lloyd, que curraron durante 5 años en V de Vendetta, o Jodorowsky y Moebius en la presente obra así lo atestiguan.

Si, un hombre perro, y John Difool disfrazado de detective prototípico en primer término.


Esto tiene su parte buena en cuanto a la posibilidad que da a la historia de evolucionar, de girar sobre sí misma y renovarse, convirtiéndose en estructuras tremendamente complejas, pero también la parte mala del evidenciar cómo en muchas ocasiones esta evolución no está prevista desde un principio, sorprendiendo tanto al público como al autor en sus giros. De entrada, es la impresión que uno se lleva de los primeros tomos de El Incal, en los cuales la historia vaga sin demasiado rumbo, a pesar de enganchar y resultar intrigante por lo extraño del planteamiento y lo poco que sabemos de lo que ocurre, y quién es ese John Difool, y qué hace el Incal, y todas esas tramas de traiciones de poder que se nos presentan.

Pero, ah, una vez que se nos descubre la trama, y vamos entendiendo quien es cada uno de los personajes, y como de grande es el peligro al que se están exponiendo, todo gana muchísimos enteros, aumentando en ritmo e interés hasta llegar a su culmen en el clímax final, perfectamente pergeñado, y dando un sentido y una profundidad enormes a todo el conjunto. De este modo, el conjunto de los 6 tomos se divide en 3 parejas, donde primero conocemos a los protagonistas, luego se enfrentan realmente al conflicto evidente, y finalmente llegan a lo profundo, estableciendo un viaje de aprendizaje que termina en cotas de metafísica y de la filosofía vital habitual en Jodorowsky.

Una de las mayores putadas cuando vas a por alguien: descubrir que se ha suicidado antes de que llegaras.


Contado todo con un uso de las elipsis que se hace constante, y usando a los personajes para aclarar lo aclarable en el tiempo eliminado, consiguiendo así un ritmo veloz, que obvia los tiempos excesivamente muertos o las tareas más aisladas, en pos de una continuidad lo más grande posible dentro de cada página. Y esto lo hace usando como base las directrices más puras de la ciencia ficción, en un futuro donde hay viajes espaciales, una infinidad de mundos diferentes, una compenetración enorme con la tecnología, obviando la naturaleza, y en una sociedad que difiere solo en parte de la actual, con tendencia a la lucha constante para conseguir el poder por parte de muchos de los habitantes, y que si bien no acaba de explicar en toda la profundidad que podría, sí muestra y organiza de modo coherente para que el lector no se pierda en el maremágnum de planetas, galaxia, imperio y demás jerarquizaciones.

Para ello, fundamental el trabajo de Moebius, quien recrea y muestra de un modo más que acertado todo este mundo extraño y complejo, donde vemos parajes como el planeta de Oro, las ciudades-pozo o el planeta Tecnos, diferenciados todos ellos entre sí por los juegos de colores y por un gran uso de los espacios y de los diseños con que estarían construidos y mantenidos, aunque manteniendo, casi siempre, una luminosidad especial que permite entender toda la escena, por exagerada que pueda parecer al comienzo. Destacaría dentro del dibujo, también, los diseños más monstruosos y fantásticos como seres vivos, desde los bergs o los mutantes, hasta los elementos de la tiniebla, o la imagen real de Soluna.

La idea de un bosque de cristal me encantó desde un principio. En serio.


De todos modos, esa buena definición del diseño de los espacios, se queda solo en el diseño, puesto que a la hora de ambientar escenas complejas como partes de combates, entre viñeta y viñeta pierde demasiado al lector si se limita a observar el dibujo, frenando demasiado la acción. Esto ocurre sobre todo al cambiar los puntos de vista y los tamaños de los planos que utiliza para las mismas. Aún así, rápidamente uno vuelve a resituarse, apoyándose en el contexto, sin ningún problema.

En cuanto a los personajes, tenemos un gran trabajo ya no solo en el personaje principal que es John Difool, sino también en los coprotagonistas, donde todos los rasgos están definidos, mostrándose a través de sus acciones y diálogos. Especialmente si tenemos en cuenta lo complejo de todo respecto a la evolución que sufren en relación a su contacto con el Incal y al aprendizaje que van teniendo a lo largo de la historia. Respecto a los personajes que rellenan y ayudan a la evolución de las tramas, se encuentran mucho menos definidos, con una importancia solo pasajera y concreta, y respondiendo en base a esto, aunque mostrando un mínimo de complejidad y profundidad.

Cuando estás hablando con una figura geométrica mágica y omnisciente, realmente la existencia pega un giro interesante.



Resumen:

Una historia que, aunque en su comienzo trastabilla un poco y no parece tener muy clara la dirección que va a tomar, a medida que avanza engancha por su complejidad, adentrándose cada vez más en la metafísica de Jodorowsky, y todo ello con un dibujo aparentemente sencillo pero efectista y muy detallado y unos personajes perfectamente definidos.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.0
Dibujo:: 8.5
Guión: 9.0
Personajes: 9.5

TOTAL: 9.0

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