domingo, noviembre 17, 2013

Cineuropa 2013 (IX): Quai d'Orsay

Título: Quai d'Orsay


Director: Bertrand Tavernier


Año: 2013


País: Francia


Duración: 113











Un buen día Arthur (Raphaël Personnaz) es contratado por Alexandre (Thierry Lhermitte), ministro de exteriores francés, para que le escriba los discursos y vigile el lenguaje. Para tener a alguien que le diga qué decir, vamos. Pero Arthur no es más que una pieza más del equipo que se encarga de analizar, comprender y preparar toda la maquinaria de imagen que es la vida de un ministro, un ministro con demasiados delirios de grandeza en todos los aspectos de su vida, a pesar de ser una persona bastante mediocre. Todo se vuelve más complicado cuando todo se ve envuelto en una más que posible guerra que los Estados Unidos quieren iniciar contra Lusdemistán, país inventado pero situado en oriente próximo, con petróleo y dictador, en una referencia nada oscura a la invasión de Irak y el trabajo llevado a cabo por Villepin como ministro de exteriores francés en esa época. Todo, basado en un cómic de Christophe Blain y Abel Lanzac, siendo de hecho éste último un exconsejero real de Villepin.

Una obra cinematográfica basada en un cómic basado en unos eventos tristemente reales que se convierte en una comedia absurda por cómo se lleva a los personajes hasta el histrionismo más absoluto, dando miedo al no saber hasta dónde es real lo contado y hasta dónde exageración del proceso creativo. Lo que sí tenemos claro es que la base es real y documentada de primera mano, y no es difícil imaginar el caos tan absoluto que puede ser un gabinete de prensa en una crisis como aquella. La gracia viene al mostrar la ineptitud y contradicciones del ministro, que una y otra vez se reitera en su pretenciosidad e incongruencia, limitando el trabajo de sus ayudantes y sabiéndose por encima del bien y el mal mientras lo hace.

El problema viene a ser que, si bien la película funciona, es ágil y las situaciones arrancan la carcajada del público una y otra vez, acaba volviéndose repetitiva al no tener un camino hacia el que orientarse y sobre el cual cimentar un conflicto, y simplemente optar por repetir una y otra vez gags de lo inútil que es el ministro. Incluso hay algún chiste repetido casi tal cual hasta 3 veces, como es el caso de los diferentes intelectuales a los que se le pide reescribir el discurso. Por lo demás, agilidad en el montaje, unos decorados impresionantes en interior de un gran palacio, buenas actuaciones y todo muy bien iluminado y fotografiado. Pero sin conseguir llenar, al dejar demasiado peso narrativo en un guión que no sabe resolverse.


PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 6.0
Técnica: 6.5
Guión: 6.0
Actuación: 7.0

TOTAL: 6.5

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