martes, junio 29, 2010

Kung Fu Contra As Bonecas (Bruce Lee Vs Gay Power)

Título: Kung Fu Contra as Bonecas


Director: Adriano Stuart


Año: 1975


País: Brasil


Duración: 105









Chang (Adriano Stuart) vuelve a su pueblo natal después de años entrenándose para ser un maestro del kung fu. Buscando a su familia por el pueblo escucha a María (Helena Ramos) siendo atacada, así que no duda en salvarla. La chica le explica que no podrá volver con su familia ni con su cerdo porque han sido asesinados a manos de Azulão (Maurício Do Valle) y sus secuaces. Ante esto, los jóvenes no dudan en aliarse para buscar venganza.

Habitualmente, al hablar de la Bruceploitation se mete dentro del fenómeno la presente cinta junto a otras cosas psicotrónicas y absurdas como El Dragón Ataca o Los Clones De Bruce Lee, o productos más descarados, evidentes y aprovechados como Bruce Lee The Invincible o Game Of Death II (por si ya el hecho de terminar Game Of Death no lo era bastante). Pero lo cierto es que aquí, la bruceploitation viene dada más por el distribuidor americano que por los propios productores originales (como ocurre muchas veces), que lo que copian a la hora de plantear el film es la serie Kung Fu, y en un tono más paródico que de explotación. Eso sí, el título nos puede hacer pensar en que sería un modo de buscar pasta sin reconocer el mérito de la serie protagonizada por el sr. Carradine, aunque no lo sea.
















Al menos, dejan claro de donde viene todo

Y es que, como digo, el tono empleado es más bien de comedia y cierta parodia, recogiendo cosas como las escenas con el maestro, la indumentaria, las escarificaciones por branding o lo de ir por ahí tocando un instrumento (en este caso un saxo cuyo sonido es bastante peculiar). Vamos, al estilo que podríamos ver en Mafia, Estafa Como Puedas, Hot Shots, o demás pelis de ese palo. Solo que hecho antes incluso que Top Secret!. Y este principio paródico, buscando un tono de comedia de chiste grueso que recuerda a las de Jaimito, o a El Show De Benny Hill, pero mezclándolo todo con el mundo del kung fu y los siempre presentes problemas de venganzas, crimen, corruptelas, etc., en lugar de buscar continuamente lo sexual, que está ahí de todos modos. Y, además, con muchos chistes de mariquitas.

Aún con eso, la película peca de una falta de acción y ritmo más que considerable, y en ningún momento llega a integrar al espectador dentro de la trama de venganza que tan bien funciona siempre en los tópicos de artes marciales. Pero bueno, hay que admitir que el tramo de presentación todavía mantiene algo de nivel, y el problema viene dado, sobre todo, por el alargamiento que la trama principal tiene en toda la fase central y final, y la falta de elementos humorísticos, o más bien la situación de ellos en malos momentos, donde no hace falta aligerar la trama.

Tampoco ayuda la técnica marcial de los personajes, que no deberíamos analizar duramente al tratarse de una comedia, pero que podría dar algo más de emoción al conjunto. De hecho, en más de una pelea aparentan estar haciendo capoeira y no kung fu, lo cual dentro de lo absurdo aún queda bien, porque normalmente veremos un montón de ostias absurdas y que cualquier persona sin taras físicas. Pero bueno, a nivel dramático están a la altura de las circunstancias, teniendo en cuenta lo poco que exige la cinta. Especialmente, destacaría a Maurício Do Valle, francamente absurdo en su situación de bandolero pirata sin sexualidad totalmente definida (dejémoslo en que es bi). Adriano Stuart, por su parte, bastante bien y comedido en el papel de protagonista medio imbécil y buena gente, tópico pero eficaz para una comedia.


"Esto" es el malo.

Del resto, podríamos tener en cuenta a Walter Stuart, el segundo mando en el bando de los malos, con la única pretensión de tirarse a su jefe, y bastante divertido, aunque cansino. Y tampoco nos debemos olvidar de Helena Ramos, quien se defiende a la perfección en las escenas de lucha, y también consigue un buen nivel dramático, aunque sin pizca de gracia en ningún momento.


Ajustando el presupuesto, pero sin renunciar a los golpes efectivos

A nivel técnico, estamos ante una película decentilla si dejamos de lado lo evidentemente modesto de una producción brasileña de los 70 y los defectos que de ahí se derivan. Pero bueno, Adriano Stuart consigue que en todo momento el espectador esté dentro de la escena, destacándose en las partes de lucha, simples pero efectivas, teniendo en cuenta la calidad escénica de las mismas. Y con una fotografía de Osvaldo de Oliveira simple y desapercibida, que es lo que pretende.

A ello contribuye el trabajo de montaje de Lúcio Braun, que si bien no mete un gran ritmo y se encuentra con problemas como la introducción de algunos chistes en primer plano en momentos que no vienen a cuento y sacan al espectador, consigue estructurar bastante bien todo el conjunto, apoyando el guión en lo posible. Lo más destacado, los momentos de ralentización y aceleración en las peleas, por descontar alguna hecha solamente con motivaciones cómicas, así como planos que entran con calzador en las mismas, como serían los de saltos sin sentido, presentes no obstante en los tópicos de artes marciales.

Además, apoyando también el trabajo de los efectos especiales, que entre disparos, saltos y algún elemento de violencia más directa tipo puñales, están más que presentes, y pasan desapercibidos por la buena calidad que tienen. Aunque algún salto sí se nota preparado en punto concreto, pero eso era inevitable...

En el sonido, poco destacable, salvo por los elementos absurdos como es el sonido variante del saxo del protagonista, y bastante correcto por el resto, especialmente para el tipo de producción que es. Eso sí, la música, excesivamente presente para mi gusto, y casi nunca acompañando demasiado bien a la acción.


"Sempre odiei lateral direito". En serio lo dice


Resumen:

Una parodia de Kung Fu que podría resultar entretenida, aunque acaba dando la impresión de estar alargada en exceso y tener poco humor, a pesar del buen aprovechamiento técnico de los recursos relativamente limitados con que contaban.





PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Técnica: 6.5
Guión: 4.5
Actuación: 5.5

TOTAL: 6.0

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jueves, junio 24, 2010

Bacanal entre llamas lucenses




Pues como ya habrán leído los más avezados en el cartel de ahí arriba, anuncio la presencia de I'm Drunk dentro del Flame Fest lucense, donde también estarán Ataxia F, Amenaza De Muerte, Godtrip, The Weak Force y Few Days Later. Recalcar que coincidirá con la celebración Arde Lucus, así que ya saben, fiestas romanas, fuego y alcohol todo mezclado con brutal death.

Y sin necesidad de construir una máquina del tiempo en la que llevar gente que toque, instrumentos y un generador a visitar a Nerón, lo cual costaría más de 5€!.

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martes, junio 22, 2010

Liquid Sky (Cielo Líquido)

Título: Liquid Sky


Director: Slava Tsukerman


Año: 1982


País: USA


Duración: 112









Margaret (Anne Carlisle) es una modelo bisexual y andrógina, novia de Adrian (Paula E. Shepperd), una camella de heroína. Un día, encima de su piso se posa un platillo volante porque, tal y como explica el científico Johann (Otto Von Wernherr) a una vecina de las chicas llamada Sylvia (Susan Doukas), es una forma de vida que necesita las estructuras moleculares creadas por el opio, similares a las hormonas soltadas durante el orgasmo. Por eso, empieza por intentar disfrutar del hecho de que Adrian pase heroína, pero se aficiona a matar a la gente que se folla a Margaret en el momento en que se corren para alimentarse.

Las drogas han sido una constante dentro del mundo narrativo, ya desde los autores malditos, donde podríamos destacar a Thomas de Quincey y sus Confesiones De Un Comedor de Opio, o la generación beat y el sr. William S. Burroughs. Y en el cine no es menos. Desde los documentos de exploitation y condena como Alice In Acidland o Reefer Madness hasta las casi apologías del estilo de Arrebato. Si incluso Disney entró al trapo con una secuencia psicodélica por ingesta de alcohol en Dumbo!

Y así como las drogas han sido una constante, los seres de otros mundos, también. Y es que los extraterrestres de ficción ya nos han invadido en múltiples ocasiones con muchas intenciones, desde robarnos nuestras identidades sin más razón aparente que suplantarnos para vivir como en La Invasión De Los Ultracuerpos, hasta convertirnos en fuente de alimentos para una cadena de comida rápida como en Mal Gusto. Así que no es raro que, en algún momento, a alguien se le pasara por la cabeza mezclar ambas cuestiones. Y ese momento, tenían que ser los primeros años 80, donde las drogas artificiales y duras estaban en apogeo y lo extraño y bizarro venía desde los 70.

La película se estructura en un guión muy sencillo y cerrado, donde se juega con dos tramas paralelas bien diferenciadas, entre la vida de la protagonista, y la investigación del científico. Eso sí, esta segunda trama es más un relleno explicativo para lo que es el alien y sus intenciones que otra cosa, lo que motiva que gran parte de la historia se queda solo a medio presentar, con toda la extrañeza que supone. Pero bueno, si hay algo que destaca sobre todas las cosas, es la constante sensación de extrañamiento, tanto con lo que es la propia idea del film, como con la distancia de los personajes y sus propias características (las pocas que están definidas). También podríamos atender a una tercera trama, con una pareja de artistas, en la cual el tío es un yonki, pero que apenas tiene importancia y solo ocupa unas pocas secuencias.

El ritmo se hace bastante irregular y cansino, y si bien la parte del científico también tiene un componente de picardía que le da un aire más fresco, tampoco llega a compensar la lentitud de la trama principal. Por suerte, toda la sección final, con sus discursos, el concepto del alien yonki ya desarrollado y toda la psicodelia ya más asumida en el interior de la narración, gana bastante interés, y de hecho el final es lo suficientemente extraño como para explicar y compensar el desarrollo.

La ambientación, como decía, con buenas dosis de extrañamiento, y buscando mucha psicodelia, recordando en el conjunto al estilo de Café Flesh. Además, todo el juego que se hace con solo unos pocos interiores, además de conseguir reducir costes, cosa que aparenta ser necesario, ayuda en conseguir una sensación de encierro que colabora con todo ese extrañamiento. Aún así, Slava Tsukerman no arriesga demasiado en la forma narrativa, y solo el buen uso de la luz, con la fotografía de Yuri Neyman, consigue apoyar totalmente en la psicodelia que sirve de base para todo el film.

El montaje, del propio Slava Tsukerman en colaboración con Sharyn L. Ross, funciona apoyando esa diferenciación de las dos tramas que comentaba en relación al propio guión, consiguiendo en la totalidad de la cinta ir mostrando un montaje paralelo que acaba resultando cansino por lo que fragmenta todo el conjunto, eliminando el interés que podría conseguir la trama principal. Eso sí, hay que reconocer el buen acierto en cuanto a los efectos que se nos muestran cuando el alien hace de las suyas, tanto en los propiamente de postproducción como en los mecánicos. Ahí si que se consigue apoyar la narrativa psicodélica de que presume la cinta.

También desde la música que conforma la banda sonora, presente en casi la totalidad del metraje, con una estructura y calidad que se introduce en la mente del espectador, jugando con él para colocarlo en el estado correcto. En cuanto al montaje del sonido, sencillo y sin errores, consiguiendo una buena sobriedad aunque resultando algo soso.

En cuanto a las actuaciones, destacar a Anne Carlisle, que con su androginia donde admite referencia a David Bowie, juega con dos personajes antagónicos en sus formas, pero con un movimiento similar en cuanto a una gran estaticidad que hace que sean personajes lejanos al espectador y al resto de personajes de la cinta, mucho más naturales.

Para empezar, Paula E. Shepperd destaca por estar relativamente forzada en su papel, y sin conseguir resultar nada contundente ni creíble. Pero peor es si cogemos a Otto Von Wernherr, chirriante en todo su tiempo en pantalla, ya que solo se dedica a hacer un papel vacío con la única característica creíble de ser europeo (y menos mal). Entre el resto, Susan Doukas resulta bastante creíble, y algo más interesante que el resto, pero aún así, su actuación resulta forzada. Y poco más entre los que serían los actores de reparto.

Resumen:

Una peli con un argumento interesante y una puesta en escena lo suficientemente personal en cuanto a psicodelia y extrañamiento, pero con un ritmo bastante mejorable, al igual que sus actuaciones.






PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.5
Técnica: 7.5
Guión: 6.0
Actuación: 6.0

TOTAL: 7.0

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martes, junio 15, 2010

Black Books

Título: Black Books


Creador: Dylan Moran


Año: 2000-2004


País: Gran Bretaña


Temporadas: 3
Total Capítulos: 18
Duración Capítulos: 25









Bernard (Dylan Moran) es el dueño de una pequeña librería londinense. Odia al mundo, no le interesa la gente, y solo quiere estar tranquilamente bebiendo, fumando y leyendo. Un día, durante una borrachera, contrata a Manny (Bill Bailey), un hombre que se ha tragado un librito de autocontrol, llegando a un estado de nirvana hippioso que se combina con su infantilismo y sus problemas mentales. A ellos se les suma Fran (Tamsin Greig), dependienta de la tienda contigua y mejor amiga de Bernard. Una mujer neurótica, que se deja llevar por Bernard en el alcoholismo, aún a pesar de no tener la misma vista nihilista del mundo que este. Entre ellos tres, irán conviviendo a lo largo de la serie casi sin salir de la librería.

Lo que ocurre cuando juntamos el humor inglés de series como La Víbora Negra o, hasta cierto punto, el desarrollado en su día por los Monty Python con la estructura de una sitcom ya marcada desde I Love Lucy, es que nos encontramos con una serie más que entretenida, tremendamente absurda y muy gamberra, con la incorrección política hecha desde el punto de la historia y la ironía, en lugar del ataque directo como es habitual en el humor más americano al que estamos acostumbrados.

Basándose en un principio de mucho humor de diálogos, la serie, como digo, recoge una estructura narrativa básica de las sitcoms, con pocos espacios, capítulos autoconcluyentes, y sin apenas evolución en la historia a lo largo de ellos. No obstante, las temporadas sí incluyen ciertas variaciones, como es el pequeño detalle del cartel de cerrado de la librería, o la situación de Fran, centrándose la segunda temporada más en sus problemas personales que las otras dos (y perdiendo su trabajo en algún momento de la serie).

Eso sí, en lo que hay una evolución es en la finalización de los guiones, donde se puede apreciar una cierta calma en cuanto al alcoholismo e ironía constante de Bernard y Fran, y también una rebaja en el absurdo debido a las tramas que pierden en originalidad (llegando al límite con el capítulo donde Bernard se engancha a las apuestas, uno de esos magníficos tópicos tan manidos) y a un Manny que va variando su personalidad en la serie desde el loco estúpido del principio hasta un personaje mucho más maduro aunque también extraño que es al final. Toda esta evolución le hace perder frescura, aunque no obstante, hablamos de una serie de 18 episodios entre las 3 temporadas que dura, así que tampoco tiene tiempo de bajar demasiado el listón, encontrando en cualquiera de las 3 temporadas capítulos llenos de momentos sin ningún sentido y frases lapidarias por parte de Bernard.

Técnicamente, pues también busca esta sencillez habitual de las sitcoms y sus pocos espacios narrativos, con risas y uso de multicámara en los rodajes. Consigue, de este modo, resultar bastante ligera, y tiene por ventaja que no duda en salir a otros escenarios y ambientes, o a arriesgar con tiros de cámara introducidos por dentro de los escenarios, no solamente con una visión frontal de los mismos como es habitual en los esquemas tradicionales de estas series, pero tampoco profundizando en una visión totalmente tridimensional de los mismos.

Todo ello ambientado en busca de la suciedad inherente a la personalidad del propio Bernard, en esa librería oscura y desordenada que rige, y que destaca en muchas de esas salidas al exterior, especialmente si lo comparamos a la tienda de Fran, que aún sin saber muy bien qué vende al menos tiene una presentación bastante más agradable y alegre. El sonido y el montaje, siguen también esa tónica natural y evidente del formato sitcom, sin pretender hacerse notables en ningún momento, y apoyando a la narración cuando es necesario, sin demasiados errores en las pocas entradas paródicas que hay en otros géneros.

Las actuaciones acompañan a la perfección la línea por la que decide tirar el argumento de la serie, con un Dylan Moran que crea un irlandés malhumorado, cruel y alcohólico que se hace querer y lleva desde un principio las riendas de toda la serie, bien interpretado en su histrionismo que apoya a la personalidad de Bernard, siendo en gran medida una representación de la imagen que el propio Moran da de sí mismo. Bill Bailey, por su parte, en un punto mucho más físico, creando a un personaje tonto que no cae en el tópico, sino que innova en su punto que mezcla inocencia y problemas mentales, forzando en ocasiones al personaje, y Tamsin Greig, mucho más sosa que sus compañeros, no llegando a definir a Fran en toda la serie mucho más de lo que queda definida por el guión, limitándose a soltar sus diálogos y bromas y poco más.

Por otro lado, también destacan las apariciones estelares, en determinados episodios, de gente como Simon Pegg, Nick Frost o Graham Lineham, que dan muestra de en qué ambientes humorísticos se mueve la serie, resultando, habitualmente, buenos personajes de reparto con un apoyo al humor bastante grande.

Resumen:

Una serie más que entretenida, muy absurda, bien planteada desde la producción y desde los guiones, pero que pierde fuelle con el paso de los capítulos, en beneficio de un humor más blanco y tradicional.






PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 7.5
Técnica: 7.5
Guión: 8.5
Actuación: 7.5

TOTAL: 8.0

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martes, junio 08, 2010

Gritos En El Pasillo

Título: Gritos En El Pasillo


Director: Juan José Ramírez Mascaró


Año: 2006


País: España


Duración: 75









El director de un manicomio perdido en mitad de ningún sitio ha decidido pintar las paredes del mismo para que ganen en alegría. Para ello, manda llamar a un dibujante de cuentos, el mejor según el propio director. El dibujante se pone a hacer su trabajo, pero descubre un pasillo oscuro en el que se escuchan gritos, y decide dejarlo para el final. Y además, en el manicomio pasan cosas raras todo el tiempo…

Cuando se habla del cine de animación, a menudo se cita la animación tradicional, la animación en 3D, la animación stop motion, las marionetas… pero siempre se obvian técnicas tan exclusivas y minoritarias como la animación con cacahuetes. Sí, con cacahuetes pintados. Y realmente es lógico y perdonable, dada la “escasa” producción de esta índole a nivel mundial.

Pero bueno, a fin de cuentas, desde los inventos del sr. Méliès con los trucajes (sirva como ejemplo El Ilusionista Del Fin De Siglo), pasando por los cortos del sr. Blackton como Humorous Phases Of Funny Faces, el cine de animación ha ido evolucionando, mezclándose y sirviendo para efectos, como la filmografía de Harryhausen, o precisamente funcionando como una base para estructurar una narratología propia, como en las obras del sr. Disney.

En la presente cinta, funciona más este esquema que seguía esa estructura de narrativa propia, bebiendo en su oscuridad de fuentes como el sr. Kafka o el sr. Poe, mezclándose con las animaciones del sr. Starewicz o, en un ejemplo más reciente, Tim Burton, pero pervirtiendo aún más la historia de lo que haría este último, hasta conseguir crear una peli de terror psicológico que funciona cojonudamente y deja un buen sabor de boca. Aún así, hay que tener en cuenta que el arranque es excesivamente lento y poco motivador para el espectador, hasta que todo lo que ocurre en el manicomio empieza a desvelarse.

Otro punto a destacar es el lugar donde se mueve el guión, siempre entre el terror serio del que hablaba en el párrafo anterior y el propio hecho de que son cacahuetes, con el absurdo que ello arrastra. Destacan detalles como los garrapiñados en lugar de electro-shocks, las nueces-perro o el hecho de que los internos sean denominados caducados mentales, todo ello sirviendo de vehículo para aligerar y entretener al espectador, sobre todo en esa primera mitad en que se está desarrollando toda la base del relato.

La ambientación está perfectamente lograda por parte de Raúl López Serrano, jugando con las formas expresionistas que se aparecen por todas partes, desde las ventanas hasta la propia textura irregular de los cacahuetes y todos los objetos, recreados en unas proporciones realmente extrañas y bizarras. El propio movimiento de los cacahuetes, a veces hecho con palos que los guían desde abajo, o a veces desde arriba, pero siempre evitando el entrar en plano, también ayuda en todo esto, y sobre todo si le añadimos la lógica falta de brazos de los frutos secos, aunque estos actúen con cosas y las agarren misteriosamente. Las características pintadas sobre los mismos consiguen darles una buena personalidad, y también apoyan toda esta extrañeza con el hecho de que sus facciones son totalmente rígidas y varían entre plano y plano, estando solo pintadas sobre la cáscara y punto.

Con esto es con lo que juega el propio director y guionista, Juan José Ramírez Mascaró, con ayuda de la fotografía de Alby Ojeda Cruz, para conseguir crear el terror y lo malsano dentro de la película, gracias también al destaque con las paredes pintadas por el protagonista, y apoyándose de nuevo en las formas expresionistas de los planos y las luces, mezclándose al entrar en los personajes con planos extrañamente sesgados en picados y aberraciones, además de seguimientos desde el exterior del edificio y otros ejemplos. Eso sí, en algún momento perdiendo en cierto modo al espectador, al no acabar de entrar ni explicar bien los espacios de movimiento, sobre todo en la salida del protagonista al exterior y la persecución.

A esta pérdida ayuda, en cierto modo, un montaje no del todo acertado por parte de Guillermo García, con momentos demasiado incómodos y planos pegados que no acaban de conseguir una explicación coherente de la acción. Y además, sin acabar de apoyar el ritmo narrativo en casi ningún momento.

Desde el sonido, pues destacar todo el trabajo de postproducción que ha habido, consiguiendo introducir bastante bien al espectador en el interior del film y haciéndose coherente en casi todo momento. Y la música, sin mayor destaque, la verdad, salvo la pequeña selección operística del director del manicomio.

Donde podemos encontrar un mayor bajón, es en la calidad de las actuaciones de los doblajes. Y es que me imagino que no será fácil doblar a un objeto absolutamente inanimado como un cacahuete. Pero es que la falta de fuerza y de credibilidad en que caen Gonzalo Navas, Gaspar Ramírez o Luis Jiménez son propias de uno de esos horribles doblajes dirigidos a niños, sin llegar a ser apoyados por los que están algo mejor, como los personajes de Jaime Vaca o Patricia Riquelme, quienes al menos logran hacer algo con un mínimo de interés y que permite al espectador creérselo.

Resumen:

Una peli arriesgada en su técnica de animación, y que falla en la presentación y en su actuación, pero que a medida que avanza consigue, gracias a un gran guión y una gran ambientación, convertirse en una obra de terror psicológico alucinante.






PUNTUACION

Originalidad/Riesgo: 9.5
Técnica: 7.5
Guión: 8.0
Actuación: 6.0

TOTAL: 8.0

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miércoles, junio 02, 2010

Desbrozadora - Por Qué Debería Crer En Ti?




Bueno, ya está en mis canales habituales (Youtube y Vimeo) el videoclip que hice para el grupo DESBROZADORA. Aunque ya llevaba unos días rulando por Youtube, subido por ellos mismos, decidí esperar hasta que estuviese en mi canal para avisarlo (total, menos de una semana de diferencia).




Antes de nada, agradecer a toda la gente que colaboró desinteresadamente en el vídeo, consiguiendo y dejándonos las localizaciones (Whipcunt y Dora), o dejándonos las desbrozadoras (los dos Manolos Ferreira, uno por dejarla y otro por ayudar a cogerla, y David Ferreira por el contacto y esfuerzo de intermediario), por dejarnos algo de atrezzo (Moha), o por cedernos vestuario (Marisa, y también los propios actores).

También, el buen trabajo y esfuerzo como ayudantes de los ya habituales a mi lado Pablo Fernández, Gonzalo Alonso y Andrés Carrasco.

Y por supuesto, a ambos actores por su colaboración y paciencia.

Sin más, aquí tienen la versión de Youtube:




Y aquí la versión de Vimeo:



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martes, junio 01, 2010

Hoy toca post publicitario

Esta semana está bastante completita para mí, así que les dejo un poco de info al respecto de cosas que pueden hacer:



Primero, hablar acerca de Festicurta, festival donde se estrenará, entre otros, Amencer Vagamundo, dirigido por Andrés Carrasco, y donde aporto mi trabajo como director de foto, cámara y montador. Aquí tienen el avance youtubero:






Segundo, publicidad del festival Brutality In Your Face, donde tocaremos I'm Drunk este sábado, junto a Distilling Pain, Desbrozadora y Vortex.




Y ya puestos, también publicitar el Trash Entre Amigos que se celebrará en Coruña el viernes, aunque yo no tenga nada que ver (no todo va a ser autobombo), pero que me parece una iniciativa más que interesante, dentro del marco de Cinema Periférico, donde se proyectará El Ataque De Los Muertos Sin Ojos.

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